Nunca creí que llegaría ese día, hasta que una mañana vi un camión con 80 cestas plásticas, que me dijo el responsable del grupo, venían de la Biblioteca Nacional a buscar mis libros, unos cuatro mil, posiblemente, toda mi biblioteca.
Después de explicarnos cómo estaban mis pulmones, una de las conclusiones del neumonólogo que me examinaba en mi apartamento, fue que debía decidir entre mi salud y mis libros. Esa misma tarde, uno de mis hijos sacó unos 100 que tenía en un estante en mi habitación.
¿Cómo saldría de los otros, distribuidos en estantes en todo el apartamento? Comencé un período de consultas, y hasta se seleccionaron para bibliotecas en Yaracuy y Barinas. Mis amigos de la Librería Mediática me recomendaron que se los donara a la Biblioteca Nacional, y seguidamente contacté a su director, Sady Loaiza, quien aceptó venir a mi residencia, conversamos sobre los libros y me dijo que me enviaría dos funcionarios para que se acordara la mudanza. Este proceso duró varios meses, hasta que, al fin, llegó el día nunca esperado.
Mucho antes, a comienzos de 1964 mi modesta biblioteca recibió un fuerte golpe: en un allanamiento de la Digepol a mi residencia en Santa Eduviges, me robaron varios libros. Desde el Cuartel San Carlos, donde me llevaron preso, comencé a reclamarlos, hasta un telegrama envié a Gonzalo Barrios, ministro del Interior, sin respuesta, ni noticias de los libros.
Entonces se expresó la solidaridad de mis antiguos compañeros de El Nacional, estimulados por Arístides Bastidas y Carlos Lezama, quienes hicieron una colecta y me compraron una Enciclopedia Salvat.
Mi biblioteca ahora estaba conformada por libros de periodismo y de comunicación social, historia, política contemporánea e internacional, biografías, novelas, poesía; de estas últimas reservé “Poda” de Andrés Eloy Blanco, que pudo ser el primer libro que compré, tiene sello de la Librería Suma, editado en 1950, el mismo año aparece firmado en San Felipe, y el “Canto General” de Neruda, impreso cuando el poeta estaba perseguido y, por suscripciones, entre estos, varios venezolanos financiaron la edición; de los pocos ejemplares que llegaron a Caracas burlando la vigilancia de la Seguridad Nacional, pude comprar uno.
Junto a varios diccionarios y libros de consulta, igualmente reservé un tesoro como es un ejemplar de la segunda edición de “Cien Años de Soledad” (junio 1967), agotada la primera en mayo sin salir de Argentina, con dedicatoria del autor, escrita años después:
“Para Eleazar Díaz Rangel, con todo el cariño del amigo, GGM”.
E igualmente conservo el libro más grande sobre Chávez (32 cm x 26 cm) editado en Moscú, en ruso y castellano, con abundantes fotografías de Venezuela y del chavismo, y una Constitución que no circuló porque contenía las reformas que no fueron aprobadas (2007), pero que el ministro William Lara se adelantó a editarla ilustrada, y amigo como era y alumno que había sido, me obsequió un ejemplar.
Una vez clasificados y organizados, confío en que estos libros serán útiles en la Biblioteca Nacional a aquellos lectores que los necesiten, y que en tal sentido quedará inequívocamente asentado en el documento que firmaré con el profesor Loaiza, director de la Biblioteca Nacional.
1- La gira de Lula por el Sur de Brasil fue un éxito en cuanto a la movilización en todas las ciudades que visitó. Entre tanto un tribunal en tiempo récord desconoció una solicitud de sus abogados. Confirmando la denuncia del acuerdo de los medios, el Gobierno y el Poder Judicial para impedir que se postule a las presidenciales, que, dicen todas las encuestas, ganaría en la primera vuelta.
2- El poderoso movimiento estudiantil en EEUU demandando limitar la libre venta de armas, contemplado en una enmienda de la Constitución, defendida por la Asociación Nacional del Rifle, en representación de los fabricantes de armas, ha tenido un extraordinario desarrollo, a pesar del silencio de medios, _agencias, y de la falta de apoyo de políticos y de partidos. El sábado 24, en 800 ciudades de ese país y en otras del exterior, hubo marchas y mitines para exigir restricciones. Existe un antecedente cuando, durante la guerra en Vietnam los estudiantes se movilizaron reclamando el cese de la guerra, y todos los análisis concluyeron que ese había sido uno de los factores que obligó a Washington a retirar sus tropas. Quizás el presidente Trump consciente de la fuerza de esas movilizaciones recordó esa derrota y en una reacción histérica dijo que “jamás será revocada la tercera enmienda”.
3- En la historia de la diplomacia, salvo en la época de la segunda guerra mundial, nunca se había visto que decenas de países se pusieran de acuerdo para expulsar diplomáticos de un país, en este caso fueron 130 rusos desde 12 países. He leído dos explicaciones, una que estas tensiones internacionales estimulan el armamentismo, y necesariamente, la compra de armas. Y, la otra, que el objetivo es ensombrecer el mundial de futbol en Rusia. Nadie cree la versión de Londres… salvo que muestre las pruebas que dice tener.
4- Dos irreparables pérdidas durante la Semana Santa, la del maestro José Antonio Abreu, quien dio ejemplo de la no exclusión al incorporar a niños, adolescentes y jóvenes en las orquestas y coros de música clásica, y la del maestro Mateo Manaure, de quien se puede asegurar pintó Caracas de colores.
5- ¿Qué pensarán los venezolanos de lo que el Fiscal está descubriendo en Pdvsa? Lo pregunto porque durante mucho tiempo, se tuvo una buena opinión, y se creía que era una empresa eficiente y limpia de corrupción, capaz de autocontrolarse, y hasta de depurarse. Pero pareciera que hoy no se puede abrir una puerta de alguna de sus dependencias, ni examinar un estado de cuenta, sin que broten toda clase de irregularidades y corrupción. El último caso ocurrió en la refinería de Paraguaná. Y no había nadie que se fijara en eso.
6- Visionario como pocos ese Hugo Chávez. Cuando nadie lo pensaba, se le ocurrió proponer el petro, que ahora se ha convertido en blanco de las iras del presidente Trump.