"Los espíritus mediocres suelen
condenar todo aquello que
esta fuera del alcance de ellos"
La Rochefoucould
El ingenio del pueblo, siempre se hace presente en cualquiera conversación, y muchas veces se ríen de las ingenuidades de algunas personas, cuando actúan, y creen que se la están "comiendo". En días pasados, me encontraba en una cola para comprar el gas, y a medida que el sol iba calentando, un señor, arreciaba sus críticas contra el Presidene Maduro, como si fuese un asiduo lector de Rafael Ramírez, Jesús Vivas Santana, Toby Valderrama, y Oscar Heck, para no alargar la lista, porque estoy seguro, que con estos cuatro, sale un endiablado "coctel" de sus repetitivos mensajes, y de seguir por ese camino de falsedades, van a terminar creando un concurso de mentirosos, y por supuesto entre ellos está el ganador.
Esperar en medio de un sol canicular, por momentos va encrespando el ánimo, y parece difícil conseguir el calmante en medio de este verano inclemente. El señor hablaba, y en medio de su incontrolable perorata, 4 o 5 personas empezaron a escucharlo, uniéndose al ataque, sin dejar de alargar la mirada por un callejón muy estrecho, por donde iba a llegar el camión con las bombonas. En medio de la aglomeración se escuchó la voz de una mujer, de piel tostada por el sol, con un sombrero que apenas le dejaba ver los ojos, porque aparte de cargarlo hasta las orejas, la estatura no la ayuda al lado de los presentes. Las palabras de la dama, apuntaron de manera directa, pero muy serena, hacia el señor, quien muy impetuoso seguía arremetiendo contra el Presidente: "Compadre, si Chávez, no lo volvió loco, Maduro, si lo va a terminar de rematar" Al momento se escucharon las carcajadas de los presentes, como si hubiesen ensayado para un concurso de chistes.
Desde ese momento, la mujer, se paseaba con cierta autoridad sin dejar de hablar, con varios razonamientos sin adornos en el vocabulario, pero con cierta lógica, y mucha malicia para defenderse. Unos la miraban de arriba abajo con gestos de contrariedad; otros la aceptaban, y a la vez esperaban ansiosos la respuesta del aludido. Sin embargo, se había desinflado, haciendo las "paces" con la fémina, quien no dejaba de reír a pesar del fuerte calor del mediodía, generado por el astro rey, bajo un cielo totalmente despejado, sin ninguna muestra de aparecer una nube para calmar el incesante vapor de esa hora.
Ese ligero roce entre personas con los mismos problemas, nos demuestra, como cualquier momento, y motivo están en el orden del día para atacar, y denigrar del Presidente Nicolás Maduro, desde las gafedades de una ex miss: Alicia Machado, hasta el descarado ex funcionario Rafael Ramírez, quien está demostrando una capacidad increíble para escabullirse de la justicia con miles de falsedades, al extremo de dar la impresión de haber sido un funcionario perfecto, sin ninguna mancha en los años que estuvo dirigiendo PDVSA, y de seguir con sus relatos, va a terminar haciéndole ver a todo el mundo, que dejó un país inmaculado por obra y gracia de su gestión.
Si, una mujer del pueblo, tiene el suficiente valor para enfrentar a un hablador, que muchas veces lo hace por desconocimiento de causa, sin llegar a profundizar en la cantidad de obstáculos, que el imperialismo, y sus títeres han venido regando en el camino. Por mi parte es una tarea urgente seguir desenmascarando a un acusador de oficio, quien, está juzgando por su condición, y es tan falso, que, en ninguna parte de sus largos escritos, he conseguido una sola palabra en contra del capitalismo, y menos refiriéndose al imperialismo, su próxima residencia. Para él, el enemigo es Nicolás Maduro, y por la forma, como lo viene atacando, no me queda otra, sino repetir la expresión de la señora: ¡Maduro, lo tiene loco! La razón es muy sencilla: sigue creyendo, que el Comandante Chávez, se equivocó, cuando en las postrimerías de su vida, señaló a Nicolás, como el auténtico patriota para enfrentar los grandes obstáculos, propios de un proceso de cambio, más, cuando un enemigo tan poderoso, como es el imperialismo, siempre está olfateando el petróleo para llevárselo.
