He escuchado con mucho detenimiento la respuesta del gobernador del Estado Sucre hiciera en su programa de radio habitual donde expresó una genérica y ambigua afirmación, en el momento de asumir la responsabilidad frente a "la intervención de la actual "Casa de gobierno". Digo que preste particular atención al futuro urbano de la "Casa de los padres del sabio Cajigal", porque es evidente que en esos debates siempre aflora lo que en los papeles oficiales no se dice: las convicciones y los prejuicios que determinan la lectura definitiva que cada quien le da a los acontecimientos del mundo objetivo.
Sin pretender eludir el asunto planteado y asumiendo las consecuencias de esta respuesta, voy a utilizar la ocasión para dejar claro el asunto de la "intervención de la Casa de Gobierno" como mecanismo ad hoc en la pretensión de proteger aquellos bienes que considerados como poseedores de valores culturales e históricos significativos, se encuentren amenazados por diversas circunstancias. Y quisiera que usted entienda, señor gobernador, que su posición oficial está determinada por el "…desprecio y el resentimiento hacia todo aquello que huela a cultura vieja y del pasado…" como se lee en su discurso al momento de presentar a un grupo de "hip-hop", y ahora, agrede con una genérica y ambigua afirmación de que se trata de una "intervención de un rancho de la burguesía de la época a punto de caerle encima", refiriéndose a una casona perteneciente al inventario de bienes del área de interés cultural e histórico de la ciudad de Cumaná.
Sin duda, seguro estoy, que usted señor gobernador, ducho en la materia, aceptaría que existe una buena dificultad para calificar –como usted lo hace-, una particular expresión de la actividad humana como representativa de nuestros más altos valores culturales como un "…rancho de la burguesía de la época…". Pues siempre tal afirmación quedaría a las preguntas inevitables: ¿Por qué, esa expresión totalizadora se ha demostrado sustentada, más que en criterios culturales e históricos inobjetables, en el conjunto de valores, creencias e imágenes que hemos conformado como representativas del mundo que observamos?... Ideología se llama.
No piense que le estoy pidiendo que, en vez de preocuparse por el "Área de Interés Cultural e Histórico de la ciudad de Cumaná", lo haga por las expresiones culturales populares que a usted le desagradan. Entiendo, que a usted le preocupe que la apetencia del empresario contratista de la obra y la complicidad de las autoridades, acaben con el coto ambiental, cultural e histórico que lo constituye un "…rancho de la burguesía de la época a punto de caerle encima…", a menos que esté pensando, como parte de su seguridad y protección, en "socializarlo" para convertirlo, en una casa que sea, de verdad, digna de un nuevo boliburgues en nombre de todos nosotros los cumaneses.
Pero, en fin, cada quien está donde le corresponde, o donde le interesa, estar. En todo caso, para que la "preocupación personal" que lo anima no sea sólo un mero dolor de cabeza por un "…rancho de la burguesía de la época a punto de caerle encima…" y para que efectivamente no se confunda eso con una "preocupación patrimonial" que vaya más allá de una elite arquitectónica o etnológica y se convierta en un sentimiento colectivo, hay que hacer muchas más cosas que llamarnos "chismosos".
Cumaná, está llena de monumentos nacionales y por lo tanto de declaratorias patrimoniales, pisoteadas por un gobernante regional que, a troche y moche, está levantando una obra deleznable desde todo punto de vista, para rendir un estereotipado homenaje a su yoísmo y su egocentrismo. Por eso, nos llena de congoja y nos alerta la inutilidad de acciones oficiales si los valores que se pretenden defender no son realmente interiorizados como valores de todos. En efecto, la Casa de Gobierno, sometida a los avatares de un gobernador prepotente, de mirada corta, desarraigado frente a un "Área de Interés Cultural e Histórico de la ciudad de Cumaná" que se está cayendo a pedazos, mientras las apetencias comerciales se devoran esos restos y los poderes constituidos, como siempre, apuntan a objetivos desenfocados por el triste destino de muchos bienes patrimoniales, tangibles e intangibles, que sortean un mundo de ignorancia, maltratos y negociaciones.
Por todo esto, le pido a usted señor gobernador, que trabaje en lo que debe ser su norte de ahora en adelante: El esfuerzo de creación de una conciencia colectiva, elaborando planes integrales de conservación y desarrollo que encaucen los impulsos públicos y privados dirigidos a utilizar el patrimonio como estrategia para mejorar la calidad de vida. Diseñando proyectos pedagógicos de atención al patrimonio que se articulen transversalmente con el eje educativo. Demostrando con un buen programa de divulgación, lo bueno que puede resultar para el verdadero desarrollo del Estado Sucre, la construcción de la identidad regional.
