En el caso de la derecha, es como “populistamente” se dice que: no hay peor perdedor que la persona despechada. Generalmente por género es de la mujer de quien se suele decir, cuando alguien se ha hecho la burla prometiéndola llevar al altar, y resulta: o que alguien se cruzó en el camino y la dejaron con los crespos hechos, o que finalmente como dice Sabina en una de sus canciones: “uno no sabe lo que gana hasta que pierde a una mujer”.
Pero volviendo al caso de estos dos términos, en los que se han producido -a decir de René Zavaleta- un ascenso de masas de la mano de gobiernos de izquierda (Lula, Kirchner, Correa, Chávez, Evo Morales, Ortega, Lugo, Mujica), que instauraron gobiernos que, por su naturaleza ideológica y política; a diferencia de aquellos prohijados por el neoliberalismo que precedieron a los actuales (De la Rua, Sanguinetti, Sánchez de Lozada, Henrique Cardozo, Pérez de Cuellar, etc.); hoy, y tal como sucede en la lucha por el poder, la derecha ha empezado a recuperar terreno perdido, en base ya no a la propuesta política que tiene que ofrecerle a la gente, que no es sino gobernar en favor del capital y sus operadores, como son las trasnacionales; ha comenzado no sólo descalificando la naturaleza misma de estos procesos -tildándolos de populistas- sino que además cuestionando la forma en la que estos gobiernos deben construir su base material económica; a través de la única forma que las sociedades lo han hecho desde la era primitiva, por medio de extraer los frutos producidos por la tierra y la naturaleza.
¿O habido, y hay acaso sociedad alguna que prescinda de esos medios de subsistencia, que por ejemplo, durante los gobiernos neoliberales; incluso se les otorgaba la propiedad de los hidrocarburos en boca de pozo, para que una vez extraídos les pertenezca a las trasnacionales petroleras?
Estamos entonces ante dos falsos conceptos, que en esta era de las pos verdades han posicionados falsos debates destinados a desprestigiar lo que gobiernos de izquierda han logrado en favor de sus pueblos, que aunque despectivamente se los denomine populistas, y a las medidas económicas orientadas a recuperar los recursos naturales a través de la nacionalización extractivistas; no son más que una tergiversación terminológica del despecho de las derechas por descalificar lo que los gobiernos populares han hecho en favor de la gente.