Un clásico dijo: la historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa. Guardando las distancias y las calidades podríamos decir que aquí entre nosotros se repite la tragedia y la farsa.
Chávez, ya lo sabemos, fue un hermoso intento de cambiar el rumbo suicida de la humanidad conducida al abismo por el capitalismo hoy unánime en el mundo. Un ensayo valiente por construir un mundo donde la sociedad dejara de ser la suma de egoísmos y se convirtiera en la suma de afanes amorosos. Las etapas de este intento ya las estudiará el historiador, lo que ya podemos afirmar es que se avanzaba hacia la transformación de la relación humana y la construcción de una economía que la sustentara. En ese camino hubo errores, ahora sabemos que el principal fue la no formación de una vanguardia, de una generación de relevo, no educar suficientemente a la masa hoy a la deriva y víctima del chantaje clientelar.
Desaparecido el Comandante se esfumaron el impulso socialista y los socialistas, aquella gesta fue sustituida por su contrario y como ha sucedido en la historia, la reacción, la contrarrevolución surge de las mismas entrañas del Chavismo. Gorbachov, Kerensky, Temer, Lenin Moreno tenían su correspondiente en el seno del Chavismo. Se reafirma la tesis incomprendida de que la principal lucha de una Revolución es la lucha ideológica interna.
Y el gobierno de Maduro, el madurismo falsificación del chavismo que sustituyó al Comandante, abrió paso al Yeltsin tropical: Falcón el de Lara apareció como candidato, o mejor como peón del Banco Mundial, de los intereses capitalistas mundiales. Va a las elecciones bufas que Maduro, el Gorbachov de la farsa, implementa para quedarse en el poder sin percibir que ya su tiempo histórico se agotó, que ya cumplió su papel de aplastar al Chavismo; va a las elecciones Falcón para exponer el programa económico de la restitución del capitalismo, del entierro definitivo del Chavismo.
En realidad, Falcón no es el candidato, el candidato es Francisco Rodríguez, el hombre del Banco Mundial, de los capitalistas internacionales que lo envían para cuidar el pago de la deuda, y la liquidación de los bienes nacionales, de PDVSA, de la Faja, del Arco Minero.
Estamos en el medio de una etapa oscura, la tempestad anunciada ya llegó, la sociedad se bate entre un gobierno fracasado, agotado, sin estrategia, sin perfil, y una arremetida brutal del capitalismo maquillado con la candidatura de Falcón que cuenta a su favor con el derrumbe de un gobierno desprovisto de ideología.
En la disputa del poder no entra el Socialismo, el capitalismo juega solo, el futuro en estas circunstancias se vislumbra horrible, más allá de las promesas electorales que hace francisco rodríguez, tras esa demagogia se esconde un paquetazo bestial que vendrá acompañado de una represión como nunca se ha visto.
Da tristeza y también pena ajena ver a líderes chavistas, que son, eran esperanza de restitución del camino de Chávez, adulando a Maduro, plegados a sus disparates, repitiendo consignas chavistas sin contenido, que contradicen la realidad que vivimos; líderes que en nombre de una falsa y absurda unidad no reaccionan, al contrario, avalan la traición. Pero también reconforta ver que líderes históricos van despertando del enorme golpe que significó la caída en combate del Comandante, van superando el aturdimiento y se preparan para dirigir la gran batalla por la recuperación del camino de Chávez.
