Mi palabra

Violencia económica

"En el mercado libre es natural la victoria del fuerte

y legítima la aniquilación del débil.

Así se eleva el racismo a la categoría de doctrina económica."

Eduardo Galeano

En cualquier lugar, donde usted se detenga un instante a preguntar o ver los precios actuales de los productos de consumo masivo, o los repuestos de vehículos para movilizarse–automóviles, motos, y bicicletas–se va a encontrar la violencia económica desatada, como reemplazo a la guarimbas de hace meses atrás, y es que, el imperialismo, y la oligarquía, utilizan cuantiosas sumas de dinero–dólares– para penetrar la manera de pensar y sentir de la población, para tratar de someterlas, como el águila de rapiña, cuando en su muy calculado vuelo, divisa desde las alturas la presa, y en el momento preciso la atrapa para devorársela.

Esa voracidad propia del instinto animal, es una herramienta muy poderosa del gobierno estadounidense, y la oligarquía criolla; la han utilizado en repetidas oportunidades para tratar de aplastar el proceso venezolano. Sin embargo, nunca se imaginaron la resistencia del pueblo, así, como nadie se imaginaba–incluso los mismos opositores–que en poco tiempo la inflación, y el tren descarrilado de la hiperinflación iba a colocar contra la pared a propios, y, extraños. Los precios están haciendo respirar profundamente a los consumidores, y cada momento se hace muy difícil escapar de una realidad creada por la dirigencia de la oposición, sin la mínima capacidad para entender el grave daño, que le están haciendo al pueblo venezolano, al pedir sanciones contra el país, al no tener los argumentos suficientes para convencer a unos electores, que repetidamente han engañado.

Es tan compleja la situación económica del país, que algunos candidatos ilusos, demagogos, y oportunistas sin ningún discurso creíble para llegarle a los votantes, andan pregonando la dolarización, sin pensar que es la oportunidad esperada por el imperialismo, y el gran capital, para pisotear nuestra soberanía, a través de una realidad a la vista de todo el mundo: la dependencia economía, a través de la moneda estadounidense, el cual la han convertido en la verdadera espada de Damocles contra la patria de Bolívar. Por eso, no es raro, que, al preguntar por el precio de cualquier producto, aun, cuando haya sido elaborado en nuestro país, muchas veces se escucha la voz ingenua, y burlona del vendedor ¡Precio de dólar today! La razón es muy clara: la raíz de la transculturización está profundamente sembrada en el subconsciente de un sector importante de la población, porque la globalización nos encierra a todos, y para escapar se necesita mucho amor por la patria, y nuestros semejantes. Por eso, no está demás repetir un fragmento del discurso del Comandante Fidel Castro, en la XII Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, en Durban, 2/9/1998: "Algún día no nos separarán orígenes étnicos, ni chovinismos nacionales ni fronteras, ni ríos ni mares, ni océanos ni distancias. Seremos, por encima de todo, seres humanos llamados a vivir inevitablemente en un mundo globalizado, pero verdaderamente justo, solidario y pacífico. Ese día hay que ganarlo luchando."

Lamentablemente todos los adelantos tecnológicos de los últimos años, le han servido al imperialismo para penetrar en las economías de países, que buscan zafarse del cerco monetario, con el apoyo incondicional de países con gobernantes sumisos, y arrodillados, con grandes fortunas– la mayoría empresarios– destacando entre ellos: Uribe, y Santos en Colombia; Temer en Brasil; Macri en Argentina; el renunciante del Perú, Pedro Pablo, y el recientemente electo en Chile, Sebastián Piñera. ¿A quién pueden defender estos señores? Por supuesto a su misma clase, y por eso han enfilados las baterías, contra el Presidente venezolano Nicolás Maduro Moros, quien viene demostrando capacidad para resistir los embates de los enemigos tanto internos, como externos.

No es casualidad, que antes cualquier intento del gobierno venezolano por defender nuestras principales riquezas, especialmente el petróleo, se alborota la jauría; y en todas las iniciativas para proteger a los de abajo, con las pensiones, bonos, y aumentos de salarios, rápidamente aparece una escalada de precios, apagando cualquier beneficio. Los defensores del gran capital, cada momento vomitan sus opiniones, contra un gobierno, al cual le pueden tildar muchos errores, pero nadie puede negar, que ha sabido enfrentarse con dignidad, y valentía a cuanto enemigo aparece a la vera del camino, apoyado abiertamente por los presidentes estadounidenses.


 



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Narciso Torrealba


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