Mi palabra

El dólar, la cara de Henry Falcón, y Rafael Ramírez

"En materia de dinero,

no hay compañero."

Refrán español

El locutor de un canal mexicano, con la sonrisa del que está acostumbrado a dirigirse a través de un medio al servicio del gran capital, leyó de manera sarcástica, dos informaciones relacionadas al movimiento del dólar en varios países latinoamericanos. En primer lugar, se refirió al endeudamiento del gobierno de Mauricio Macri – Argentina– en una cifra astronómica con el FMI, por el orden de los 30.000 mil millones de dólares, como para poner a pensar a cualquiera persona, que sienta algo por su patria. En segundo lugar, tocó la arremetida de la moneda estadounidense, frente al peso mexicano; en esta oportunidad lanzó dos "bombitas", algo parecida, cuando un lanzador se la tira suavecita, al bateador para tratar de engañarlo: una mala, y la obra buena –de esa manera se expresó–la perversa, la manera, como el dólar, viene golpeando al peso mexicano; la caritativa–según él– porque ahora los emigrantes, van a poder mandarles más dinero en dólares a sus familiares.

Lo que no dijo, este narrador de noticias, es la terrible tragedia que, significa el signo monetario estadounidense en los países latinoamericanos, porque en resumidas cuentas a todos, con la excepción de Venezuela, los han convertidos en su "caja" chica, y el que ha logrado salirse de ese encierro, sigue sufriendo en carne propia por la dependencia de años, relacionada con la parte tecnológica.

Ese inmenso deseo de acariciar los "verdolagas" no es nada nuevo en un sector importante de nuestros compatriotas, pero a medida que la crisis se ha venido profundizando, el interés adquiere otros matices, sin importarles; dónde, cuándo, y cómo, pueden satisfacer sus urgentes necesidades de multiplicar sus dividendos a través de los dólares, y luego mandarlos a su país. Para esto los medios de comunicación se convierten en los principales voceros, para crear el desconcierto, y a la vez la estampida, hacia países, donde la apetecible moneda todavía permite realizar cambios, o al propio país emisor.

A pesar de todas estas implicaciones negativas, por demás comprobadas en los intercambios comerciales, siempre aparecen personas, haciéndole el juego al gran capital–imperialismo– como esta, sucediendo con algunos candidatos de la campaña electoral, que nos lleva al próximo proceso electoral del 20 de mayo; se promocionan, como cualquiera prostituta a través de los dólares, sin importarles la suerte del país; lo que una educadora ya jubilada, explicaba en una improvisada reunión: ¡no les importa venderle el alma al diablo, han perdido totalmente la conciencia! Le podemos agregar: no saben, lo que es perder la humanidad; expresión muy bien utilizada por el cantor del pueblo Ali Primera, en una hermosa canción.

Es tanta la ambición por el signo monetario estadounidense, que he visto muchas veces a madres, llevando a los hijos a las prácticas del béisbol, con la idea fija de hacerlos unos "grandes ligas" pensando en el dinero. Ese mismo pensamiento se le fue despertando a muchos jugadores cubanos, y en muchas oportunidades se asilaban, enloquecidos por el "sueño" americano, interés muy bien llevados por los Estados Unidos, para desestabilizar países en nombre de la libertad.

En nuestro país, convirtieron el robo, y la corrupción en una acción de nunca acabar, a pesar de los grandes esfuerzos del gobierno. El ejemplo más claro, y visible es PDVSA, donde no terminan de encontrar desfalcos–robos– millonarios en dólares (recomiendo leer la última información del Fiscal general de la República, Tarek William Saab, en APORREA) y todavía uno de los grandes culpables –Rafael Ramírez– se encuentra dictando clases de pulcritud, y honestidad. ¿Qué explicación nos puede dar sobre esto?

Todas las acciones emprendidas por el gobierno venezolano de erradicar este mal, que cualquier pensante se puede dar cuenta, se encuentra con serios obstáculos colocados por el imperialismo, incitados algunas veces por connacionales nuestros –Borges, Ledezma– y ahora el nuevo fariseo de la política venezolana: Henry Falcón, quien está demostrando un cinismo a toda prueba, faltándole poco para presentarse en la Casa Blanca –así no lo inviten– y de esa manera retratarse con Donald Trump, para mostrar las pruebas de su docilidad hacia la política estadounidense, como lo hizo años atrás, María Corina Machado, antes George W. Bush. Con toda razón, Oscar Wilde, dijo: "La ambición es el último refugio de todo fracaso."



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Narciso Torrealba


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