El intento liderado por el Comandante Chávez, un capítulo en la larga batalla del hombre por construir el reino del amor, por tomar el cielo por asalto, ha sido pospuesto, las fuerzas de la antivida han triunfado.
Cinco años han pasado desde la muerte del Comandante, los dirigentes y la masa humilde, paralizados han visto degradar el legado de Chávez, convertirlo en una grosera compra de voluntades y una entrega vil de la Patria. Se persigue a los chavistas rebeldes a la traición, se deforma la imagen de Chávez, se utiliza para engañar.
Debemos reconocer que el Chavismo ha recibido duros golpes, que sus líderes históricos han sido anulados, que ha sido deformado, asimilado a este desastre que hoy se vive. Reconocer la situación es el primer paso para recomponer las fuerzas chavistas. El Chavismo tiene el vigor de una tradición de lucha de milenios, es parte del caudal histórico que comienza con Espartaco, Cristo, y continúa hasta nuestros días; Bolívar, el negro José Leonardo, Fabricio, el Che, Fidel y culmina por ahora con el Comandante Chávez. Se trata de un río de rebeldes, no de sumisos, que no se detendrá hasta ver a la humanidad liberada de sus propios cadenas.
En poquísimos días presenciaremos un acto bochornoso, los usurpadores montaron un sarcasmo de elección y obligan a la masa a participar en la excreta. Ese evento marca el inicio de una nueva etapa, será la certificación de la dominación capitalista. El Chavismo revolucionario, el Chavismo auténtico ha sido definitivamente relegado.
Es necesario reagrupar a los chavistas, demostrar que los dirigentes son capaces de crear una dirección que no sea un mero eco, capaces de agruparse en torno al pensamiento de Chávez. El país necesita esta referencia, saber que existen chavistas dispuestos a dirigir la retoma del camino de Chávez, volver al Socialismo, al Plan de la Patria, el verdadero. La masa sabrá identificarlos, entenderá sus acciones, les tendrá confianza, valorará su riesgo.
Esa dirección debe tener el coraje de correr el riesgo de romper el letargo del duelo, de la falsa lealtad, la comodidad de no decir, de no hacer. No hay liderazgo sin riesgo, no hay triunfo sin derrotas previas. Es hora de manifestarse, de defender el legado del Comandante, es hora de la lealtad a Chávez siendo leal a su pensamiento, es hora de la lealtad con el Socialismo y del horror a las oligarquías y al reformismo. Deben manifestarse ahora que aún hay tiempo, mañana será tarde, cualquier reacción será percibida como la diáspora de los derrotados.
El Chavismo, el Partido, tienen suficientes líderes capaces de enfrentar esta tarea, reinventarse, mostrarse al país con la grandeza de Chávez, superar el chantaje de la dádiva, conquistar el amor, el apoyo por la hermosa tarea común de fundar un mundo donde todos vivamos como hermanos, superar la guerra de todos contra todos, en palabras directas: tomar el cielo por asalto, construir el reino que la humanidad busca desde los tiempos de Cristo, el Galileo. Líderes capaces de renunciar a todo para fundirse con el pueblo humilde.
Debe profundizarse la batalla ideológica, hablar con la gente, explicar que esto no es Chavismo, que en el capitalismo que nos propone no hay lugar para los pobres, sólo miseria espiritual y material. Es necesario escribir, acabar con las frases hechas, traer de nuevo la polémica, que la crítica fortalezca al Chavismo, que el pensamiento lo guíe.
elaradoyelmar.blogspot.com
