Mi palabra

Una victoria, como un volcán en erupción

"Para el logro del triunfo

siempre ha sido indispensable

pasar por la senda de los sacrificios."

Simón Bolívar

La campaña en contra de Nicolás Maduro, y las elecciones del domingo 20, solamente la podemos comparar a la que le montaron al Comandante Chávez, las cúpulas de los grandes partidos AD y COPEI–después de haber escuchado el por "ahora"– cuando empezaron a intuir, que su candidatura, y la eminente elección, como Presidente de Venezuela, los podía enterrar "boca" abajo, por si pretendían volver a gobernar.

A medida que nos acercábamos a las elecciones del 20, arreciaron los ataques por demás bestiales, empezando por el gobierno de los Estados Unidos, y las "fuerzas" de la oposición, y todo aquel con la visión desarrollada de un verdadero oportunista, más la intervención foránea para conformar una jauría buscando la presa para devorársela. La crisis económica con una hiperinflación sin precedente en nuestro país, la convirtieron en una poderosa arma, para tratar de minar la conciencia del pueblo. A todas esta, la dependencia de nuestro país, con el poderoso país del norte, se ha hecho algo muy difícil de romper, y ha sido aprovechado al máximo por los que pretenden apoderarse de nuestras riquezas naturales, especialmente el petróleo.

Todo esto presentaba un panorama nada halagador, para acudir a un proceso electoral, a pesar de los enormes esfuerzos del gobierno, tratando de paliar la grave situación, con bonos, aumentos de las pensiones, los salarios, y algunas otras ayudas, calificadas por los opositores de manera despectivas, como dádivas, cuando siempre han tenido un objetivo primordial: enfrentar la embestida de los empresarios, y comerciantes, sin embargo, todo lo redujeron a su mínima expresión, haciendo muy crítica la situación, dándole argumentos suficientes a la gran mayoría de los trabajadores, como lo explicaba de manera muy sencilla, sin muchos comentarios, una camarera del IVSS: ¡No gano, ni siquiera para comprar un kilo de caraotas!

Todos los pronósticos de los adversarios del proceso, se fundamentaban en esta situación; tan compleja, que prácticamente tenemos un transporte público paralizado, y como dicen los jodedores: ¡todo el mundo en el carro de Lola! ¡un ratico a pie, otro echando bolas! Algunas encuestas, daban, como seguro ganador a Henry Falcón –uno más de la jauría– quien dio una demostración de poca capacidad para pensar, porque carga el chip de los dólares en el cerebro, y, además, ingenuamente creía haberse conseguido el amuleto de la buena suerte, al presentar a Henrique Capriles Radonski, como su ministro de relaciones interiores de haber ganado las elecciones ¡Tamaña metida de pata!

El resultado electoral, ha terminado de aclarar el cinismo de muchas personas, quienes coinciden en sus "pataleos" con lo más rancio de la oposición venezolana. El caso de Henry Falcón, quien no esperó nada, para desconocer los números, totalmente desfavorables para él, lo terminan de espichar, después de haber sido derrotado en la elección para gobernador en el estado Lara. En una rueda de prensa, propuso unas nuevas elecciones para octubre, y en caso de no ganar, no es raro que siga proponiendo fechas, hasta que el señor salga triunfante; más infantilidad, solamente en un kínder.

Quienes esperaban la derrota de Nicolás Maduro, nunca pensaron en este resultado por demás valiosa; una victoria surgida del corazón del pueblo que pone a pensar a más de uno. Los argumentos utilizados para cuestionar este triunfo en medio de una crisis, que le arruga el rostro al más valiente, sirven para darle más valor a esta jornada: uno la llama pírrica; otro dice: ¡ganó, pero no convenció!; el profeta del fracaso: Javier Vivas Santana, para no quedarse atrás escribió: "Maduro no podrá gobernar con 25% del electorado" Pero no dicen: que desde el mismo momento de conocerse la fecha para la elección a la Presidente, se dedicaron al saboteo permanente, de distintas maneras, hasta promover la abstención, como último recurso, y ahora en una verdadera muestra de caraduras preguntan ¿Dónde están los 10 millones de votos? ¿Qué se hicieron los inscritos en el PSUV? Lo cierto es, que este volcán en plena erupción con más de 6 millones de votos, va terminar de enloquecer la jauría, y al jefe máximo Donald Trump, quien va seguir tan amenazante, poniendo en peligro la paz mundial, por una razón muy sencilla: esos votos no son decisiones de niños, ni de personas llevadas con una pistola en la nuca, es la conciencia que empieza a germinar en medio de la tempestad.



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Narciso Torrealba


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