Luces de la República

La revolución socialista en Venezuela, América Latina y EE.UU (y III)

En previos artículos hemos afirmado que están dadas las condiciones políticas, sociales, sistémicas, para emprender el camino al socialismo en Venezuela. También dijimos que su mayor desgracia en las dos últimas décadas ha sido el magnicidio contra el Presidente y Comandante Nuestro Hugo Chávez Frías. Y hoy podemos afirmar que el retroceso que ha sufrido nuestro andar en ese camino en los útimos años tuvo su punto culminante, su pico más alto, el día 20 de mayo con los resultados electorales obtenidos por el candidato del Frente Amplio de la Patria, Nicolás Maduro, a pesar de la victoria conquistada (pírrica, como han señalado algunos intelectuales y militantes de izquierda).

De esta victoria destacamos que definitivamente el socialismo cuenta con 6 millones de adherentes (con un núcleo de esencia chavista) que estamos dispuestos a la defensa de la Patria, a la confrontación directa e indirecta contra el imperialismo, que tenemos claridad de que la guerra no convencional (multifactorial o Irrectricta) en desarrollo es una estrategia de dislocación del sentimiento nacional, de destrucción de la identidad robinsoniana, bolivariana, zamorana, y que la coyuntura histórica amerita medidas urgentes que nos permitan retomar la vía victoriosa del 13 de abril de 2002, la retoma de Pdvsa, de la Batalla de Santa Inés, a Copenhague: no cambiemos el clima, cambiemos el sistema, al 4 de octubre de 2012 y el cordonazo de San Francisco, a las tomas y ocupaciones de empresas y tierras por los obreros y campesinos en manos de los enemigos del pueblo trabajador, humilde, pobre, ninguneado,. Queremos significar con ello que es prioritario para la construcción socialista otra saga de hechos, motivaciones y anhelos populares convertidos en actos cargados de gran heroísmo y valentía; de conversión de masa irredenta a pueblo rebelde, insurreccionado, conciencia colectiva de porvenir glorioso, justo, insumiso.

Compatriotas, llegó la hora, pues, para que esa vanguardia de millones de hombres y mujeres que creemos en el socialismo revolucionario acordemos conformar un bloque histórico de movimientos sociales, partidos e individualidades de izquierda, con una dirección colectiva a todos sus niveles orgánicos, alrededor del programa del Plan de la Patria original legado por Chávez como la estrategia de transición hacia el socialismo. El poletariado venezolano está a la espera de contar con un instrumento político coherente, sólido, democrático, lleno de futuro, que oriente a la sociedad a superar radical y revolucionariamente el actual Estado Burgués con miras a edificar un estadio de vida más digno y estable: la Sociedad Comunal Socialista.

Esa vanguardia debe sobreponerse a los fracasos de los viejas experiencias socialistas, cuyos errores parecen repertirse como copia y calco en este proceso. Mencionemos algunos de ellos:

Uno de sus más graves fue la ausencia del proletariado (diríamos trabajadores, campesinos, movimientos sociales, partidos revolucionarios y de izquierda) en la conducción del Estado y gobierno de los territorios pertenecientes a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

En segundo lugar, el control monopolista de los procesos políticos, económicos y productivos que tenían las castas burocratizadas del Partido Comunista.

Tercero, la propiedad estatal fue contrabandeada como propiedad del pueblo. Solo la nomenclatura del Partido Comunista soviético era la beneficiaria de los medios de producción y sus productos. El pueblo estaba excluido de la toma de decisiones trascendentes, pues éstas recaían en el Buró Político y/o en el Comité Central del PCUS.

Cuarto, la imposición a los movimientos y partidos comunistas a nivel mundial de la tesis estalinista del "Socialismo en un solo país", lo que se convirtió en una subordinación y pusilanimidad de los dirigentes comunistas, que postergaban el socialismo en sus territorios bajo la creencia de que había que garantizar la sobrevivencia de la Unión Soviética.

Quinto: toda y todo militante crítico y toda crítica al Estado, gobierno o partido era catalogada como espionaje en favor del enemigo (yanqui), la CIA, razón suficiente para ser sometido al odio público y, muchas veces, a un enjuiciamiento. De ello saben mucho los troskos. En realidad, se construyó un Estado policíaco, que al disolverse con la Perestroika, terminó en manos de las mafias nacidas al cobijo de esa burocracia y de la infiltración de los elementos suibversivos imperiales y de los valores del capitalismo.

Sin embargo, afirmamos que el fracaso no es imputable al socialismo ni a las aspiraciones históricas de los pueblos de vivir y convivir en un mundo justo, igualitario, en libertad, sin explotados ni explotadores, sino a los elementos desclasados, arribistas, resentidos, traidores, pequeñoburgueses devenidos en neoburguesía parásita y rentista, improductiva y antihistórica.

La guerra contra el capitalismo y en favor del socialismo debe ser total, tanto en el campo del discurso como de la acción, aquí no caben culipandeos ideológicos justificados con teorías socialreformistas, ni oportunistas, ni socialtraidoras. La Convención Nacional Chavista Socialista debe debatir una agenda que abarque temas históricos estratégicos. Uno de ellos una convocatoria a un Congreso Nuestroamericano Antiimperialista en el cual estén presentes las fuerzas, movimientos y partidos revolucionarios insurgentes, para acordar como objetivo primario una alianza estratégica por el socialismo de estas agrupaciones rebeldes, sus tácticas, mecanismos, métodos y formas de lucha para derrotar en una gran confrontación, organizada y coordinada, al imperilaismo yankee y a sus aliados cipayos, malinches y retrógrados en el continente. Ello bajo la visión de crear la Federación de Repúblicas Socialistas de América Latina. Por lo demás, cada tema debatido, acciones concretas que se desprenden para materializarse en la práctica a través del ejercicio del verdadero Poder Popular Constituyente. La Convención deberá transformar a toda la sociedad en un gran escuela teórico-práctica haciendo uso de la ciencia del socialismo generando así la insurrección de la conciencia necesaria para poder dar el salto cualitativo moral. El socialismo es esencialmente un problema moral.

Una convención de todos los chavistas socialistas y revolucionarios que a su vez convoque a todos los venezolanos y las venezolanas que se sientan víctimas del capitalismo para organizar juntos el nuevo Bloque Histórico de Liberación. Los trabajadores (intelectuales y manuales) venezolanos deben asumir la dirección de la nueva sociedad como el poder del nuevo Estado Socialista. Las distintas expresiones del Poder Popular deberán planificar democraticamente el futuro de la sociedad. La lógica del trabajo deberá erradicar los valores capitalistas y convertirse en la dirección cultural de la nueva sociedad socialista. El objetivo supremo es crear una sociedad de productores libremente asociados, en el que "el libre desarrollo de cada uno sea condición del libre desarrollo de todos".

Esta Convención Nacional Chavista Socialista la vemos como el comienzo del despliegue de todas las potencialidades de lucha, de compromiso revolucionario, de militancia combativa, crítica y consciente, de todas las fuerzas anticapitalistas, independentistas, bolivarianas que ante el avance de las derechas y el socialreformismo reconciliador ven en riesgo el legado histórico de nuestro Presidente y Comandante Hugo Chávez.



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Arnaldo Aguilar Dorta / Francísco Ochoa


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