"Esa noche se escucharon fuertes carcajadas y canciones desde la casa. El sonido de las voces entremezcladas despertó repentinamente la curiosidad de los animales (…) Fueron en puntillas hasta la casa, y los animales de mayor estatura espiaron por la ventana del comedor. Allí alrededor de una larga mesa, estaban sentados media docena de granjeros y media docena de los cerdos más eminentes"
George Orwel, Rebelión en la Granja
No me lo van a creer, pero estuve trabajando en un proyecto investigación-productivo en mi pequeño fundo. El punto clave de la investigación era colocarle a mis gallinitas discursos grabados de opositores para ver si podía incrementar la producción.
¿Cuál era objetivo? Saber si frente a estos discursos tan llenos de vida y patriotismo, mis gallinitas se le relajan sus culitos y emprendían una loca manía de soltar más huevitos. Esta era una hipótesis, pero además esta primera hipótesis, tenía otra hipótesis nula, que pintaba un escenario distinto: Mis gallinitas se les contraía sus culitos y se volvían estíticas para todos. Por sus culitos no saldría ni abono para la siembra de pimentón.
Le coloqué muy temprano en la mañana, una muestra (al azar) de los discursos de Ledezma, Borges, Capriles, Freddy Guevara. Ese día, las hijas er diablo se cerraron. Agarre algunas y le toque su culi… y lo noté muy tenso. Al día siguiente, pensé que con algo menos aparatoso, podía relajarla y decidí combinar una jornada con Claudio Fermín y María Corina Machacho y fue peor, muchas se murieron porque con la aparente calma discursiva de Claudio Fermín y lo atropellado y nacionalista del discurso de Corina, muchas sufrieron de una trombosis rectal y se les secaron sus culitos y murieron.
Tengo un radio, que frecuentemente me llevo a mis faenas en el fundo. El día que me dispuse a desconectar el reproductor de los gallineros para dar por terminado mi experimento socio productivo, me lleve mi radio. Era el día en que Maduro fue a recibir al CNE su certificación como presidente de la República.
Todo iba bien. Oía con atención el discurso del camarada Maduro para comenzar a verle el queso a la tostada. Ya Maduro acumulaba cinco años con su primera certificación como presidente y había prometido que en esta segunda oportunidad, venía por la goma y con recta dura.
Cuando anunció que había decidido declarar como persona no grata al responsable de negocio de EEUU en Venezuela, note un tremendo ruido en el gallinero. A mis gallinitas se les relajaron sus culitos y hubo muchos huevos, pero yo previamente le había retirado el depósito donde ellos caen y todos se perdieron. Por suerte para mí, los huevitos eran de viento, no tenían nada. Vi a un mensaje subliminal que me enviaban mis gallinitas. Oía que me decía: ¡Bulla! ¡Bulla! ¡Bochinche! ¡Más bochinche!
Afine el oído y creía oír, que mis gallinitas me decían: Van a seguir jodiéndote con ese discurso antiimperialista. También oía un susurro que decía: hiperinflación nos tiene comiendo tierrita.
En otro momento de su comparecencia ante el CNE, Maduro pidió que le lleváramos solución a Miraflores. Noté un alboroto y corrí a poner hasta donde pude los depósitos de huevos. Espere y nada. Al rato no podía dejar de oír las especulaciones de mis gallinitas. Oía: supóngase que los seis millones que votaron por Maduro lleven sus soluciones. Sumen además, que dos millones de chavistas críticos lleven las suyas y que los intelectuales que tienen por norma incomodar a Maduro, les presenten 500 mil incomodidades. Supóngase revisar todo esto para saber cuáles soluciones son más soluciones que otras y cuáles incomodidades son más incómodas. Se nos van dos años en eso y la hiperinflación nos acaba.
Sentía que la gallinita más vieja preguntó: ¿Hubo campaña electoral? ¿Por qué votaron los chavistas? ¿Votaron por un proyecto de país? ¿Votaron por figuras o propuestas? ¿No prometieron que resolverían los problemas? ¿Cómo pretendían resolverlos sin soluciones?
Misterio de la ciencia.