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Venezuela, el proteccionismo comercial

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Venezuela, el proteccionismo comercial.

La aplicación de la política proteccionista en nuestro territorio nacional, viene perjudicando a los pequeños productores, porque, el oficialismo sigue con su compromiso y de una manera u otra, la nación se siente afectada. Lo que implica que los mercados arancelarios, pueden tomar represalias

El proteccionismo es propio de aquellas economías de planificación centralizada, aunque de forma esporádica, lo vemos en economías de libre mercado, cuando se pretende favorecer a fuertes y poderosos grupos afines a gobiernos de turno comprometidos con estos.

La aplicación de esta política económica también tiene serios riesgos. Se dice que, en el devenir cotidiano, igual que en la física, toda acción genera una reacción; de tal forma que en los intercambios comerciales si una nación cierra el ingreso de un bien a otra, es muy probable que también se den represalias por parte de la nación afectada. Estas represalias comerciales pueden perjudicar a exportadores del país que impuso las barreras arancelarias o no arancelarias.

En nuestro país la mejor forma de ayudar al productor nacional es mediante la disminución del costo de la electricidad, la reducción de tasas e impuestos, el pago del seguro social por el tiempo real trabajado, la disciplina laboral, la disminución de la póliza de riesgos de trabajo de los contratos de servicio laboral, el desarrollo de una buena red vial cantonal y nacional para transportar los productos, la modernización de puertos y aeropuertos, entre otros.

Si bien Venezuela, ha adaptado su legislación para combatir este flagelo, hay una brecha entre el nivel normativo y el nivel operacional, fundamentalmente en la articulación del trabajo interinstitucional, situación que se agrava cuando se dan casos transnacionales, ya que demandan operativos conjuntos y coordinados entre dos o más países. Siempre la embajada de Estados Unidos en Caracas, estará presente y podemos ver que nuestro país tiene puntos de vista diferentes con este Estado norteño.

Su fin, un verdadero sofisma, dizque pretende proteger a la agricultura y la industria de un país, gravando la importación de productos extranjeros y favoreciendo por otros medios a los nacionales. Pero, hay ilícitos. Es entonces la antítesis del libre comercio, pues establece fronteras económicas al amparo de fronteras políticas de los Estados fronterizos que abusan esta gran verdad.

Nuestro país vivió por muchos años, el modelo económico de sustitución de importaciones, a partir de los años sesenta, encareciendo importaciones y tratando de producir en el país los artículos importados. Con la llegada de la era del conocimiento y la globalización, que eliminaba en la práctica las fronteras materiales con el ciberespacio e Internet, ese modelo, que aparejaba un mercantilismo consigo, perdió vigencia y fue cayendo por su propio peso.

Aunque a simple vista, el proteccionismo impacta a productores nacionales de manera positiva, porque les aleja del mercado la competencia extranjera, trae al final un encarecimiento a los consumidores, pues al eliminarse la competencia, los productos nacionales suben de precio al libre arbitrio de quien los produce.

Por otro lado, al existir un mercado interno cautivo, la calidad del producto nacional inicia un lógico deterioro, pues al no existir parámetros de comparación con la calidad de lo extranjero, se cae en un conformismo y un escaso control de calidad del producto nacional.
Como ya lo dijimos, los dos principales medios de proteccionismo son las tarifas aduaneras y la fijación de impuestos.

Venezuela, es un país que siempre ha levantado la bandera de los derechos humanos. No podemos ser tibios ante esta situación. Debemos combatir enérgicamente este flagelo redoblando esfuerzos y creando conciencia mediante la educación en general y la capacitación de funcionarios públicos en particular. El proteccionismo es el desarrollo de una política económica para proteger los productos propios del país, imponiendo barreras a la entrada de productos extranjeros, similares o iguales, mediante la imposición de aranceles e impuestos a la importación; o medidas fitosanitarias, u otro tipo de regulaciones y limitaciones, encareciendo así dicho producto de modo que no sea rentable.

Si bien hemos mencionado, que algunos factores socioeconómicos aumentan la posibilidad de que ciertos grupos caigan en redes de trata, lo cierto es que cualquiera de nosotros, podría ser víctima de trata; basta con que el tratante conozca dos aspectos: nuestras vulnerabilidades y nuestros sueños.

Es importante que tomemos conciencia de ello para ayudar sobre todo en la prevención, denunciando situaciones que nos parezcan irregulares, en donde puedan estar en peligro la vida y la libertad de personas, sean nacionales o extranjeros.





 



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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