Antecedentes
Las conclusiones y los posibles sistemas operativos que se insinuaron a partir de las polémicas sostenidas hacen aproximadamente treinta y siete años, con el ״Plan de Renovación Urbana de la Plaza Bolívar del Año de 1.981״, fueron relegados por especulaciones y nuevas teorías, sin haber desarrollado y profundizado la restauración como política de protección y revitalización del patrimonio edificado, que en ese momento se planteaba.
Se calificó ligeramente de "posiciones románticas" a las de quienes las siguieron sosteniendo, y que, si bien estaban animadas por una defensa más intuitiva que racional de las mismas, impidió su desarrollo y truncó la estructura de un pensamiento que intenta identificar con los valores permanentes de la cultura.
Porque la acción de restauración integral que sostenemos, significa un respeto al pasado con una consciencia de futuro; una síntesis de arraigo y nuevas técnicas; y básicamente, un serio y fundamentado programa de acción política que incluya las variadas escalas, desde la ciudad y su territorio, hasta cada una de las viviendas.
De lo empírico y pragmático
Se pretende destruir la zona histórica a través de dos grandes operaciones: la primera, el ״Plan de Renovación Urbana de la Plaza Bolívar
(2015)" y la segunda, el ״Plan de Rehabilitación y Mejora de la Edificación Casa de Gobierno (2018)", las cuales pudieran significar, sin lugar a dudas, una despiadada destrucción de los espacios vitales del ״Área de Interés Histórico de Cumaná״.
Por un lado, se perderá definitivamente o al menos por un tiempo considerable, la posibilidad de diseñar el límite entre el área histórica y la ciudad como una estructura de espacios vitales que poseyeran realmente un valor de uso para la comunidad y, por el otro, la aniquilación de los espacios vitales de la vieja zona central.
La primera operación urbana: La Plaza Bolívar
Esta operación está ligada al hecho de formar una imagen de falsa modernidad por parte del poder político. Se consolida la falsa necesidad de que había que modernizar la Plaza Bolívar, inyectarle cierta dosis de arquitectura moderna. Habría que señalar que la ״demolición״ la Plaza Bolívar, plantea una absoluta ruptura con la forma como se viene ocupando el ״Área de Interés Histórico de Cumaná״, cuya estructura de uso debió incidir a la hora de su forma. El boulevard se concretó perdiendo como lugar de uso los elementos que podrían caracterizarlo, están bastantes difusos.
No hubo estudio de escala sectorial y vecinal como referencia para el diseño y esta forma de actuación refleja la irresponsabilidad de un proyecto jamás pensado en términos de recuperación histórica, sino más bien como vulgar acera multimillonaria, construida como una operación que niega el rescate de sus límites contextuales hacia el sur, hacia el Convento de San Francisco, y que permita insertar en lugares estratégicos centros históricos-recreativos-turísticos y establecer usos permisibles determinados con los propios usuarios y propietarios, dotándolos a su vez de amplias áreas o plataformas de expansión que se convertirían poco a poco en espacios abierto״ a la comunidad.
Creemos que como eje simbólico debe unirse físicamente a la Iglesia Santa Inés y al Convento de San Francisco, tratando de formar una red de flujo capaz de organizar el Área de Interés Histórico de Cumaná por medio de un eje unido transversalmente a redomas, fuentes, callejones, plazas, parques, nodos circulatorios, abriendo paso a una fuerte movilización peatonal.
La pretensión de introducir cambios fundamentales en la vieja trama del centro histórico de Cumaná, era para llevar adelante los planes de apropiación del suelo que volverán más rentable. Como hecho significativo, los ejidos municipales empezarán a recuperarse, después de estar estancados durante el tiempo suficiente y hoy con el aumento del valor de cambio se convertirán en el negocio inmobiliario.
Nos espera, el desarrollo vertiginoso de la edificación en altura para la propiedad horizontal de habitación, cambiando la estructura del espacio urbano como consecuencia de la especulación inmobiliaria. De tal modo, que solo será posibles unidades residenciales de alta densidad y un alto nivel de rentabilidad; para lo cual se busca afanosamente apropiarse de los ejidos municipales como espacio de uso residencial y como elemento estético visual privado.
La segunda operación: La Casa de Gobierno
Esta operación está ligada al hecho de formar, también, una imagen de falsa modernidad por parte del poder político. Se consolida la falsa necesidad de un "Plan de Rehabilitación y Mejora de la Edificación Casa de Gobierno", que incluye la intervención de algunos espacios públicos, verbigracia, la experiencia de no poder resolver adecuadamente la caminerías-jardinera frente a la iglesia Catedral.
Lo real, es que se pretende multiplicar los mensajes de valorización y reutilización de las viejas formas urbanas. Y así, las cosas parecen mezclarse dentro de un conflicto entre espacio y tiempo, donde sin ningún orden es a veces importante el primero y olvidado el segundo, o viceversa.
De modo que se rechazan las actuales formas por su falta de adecuación al sitio y por su cosmopolitismo e internacionalismo (espacio) sin mencionar que, por lo menos se inscriben en su época (tiempo), en tanto que se destaca la sabiduría de la arquitectura colonial, que fue tan poco sabia como para imponer el plano de patio central, desde el trópico a la Patagonia y desde Cuzco a 3.500 metros de altura hasta el nivel del mar (espacio).
Sin embargo, el rechazo a las formas que han surgido en la actual fase de la civilización capitalista, optando sin dudar por las formas correspondientes a fases anteriores propias de la "burguesía de la época", ostentando una supuesta profundidad en su juicio que no es tal, porque para serlo deberían penetrar en la totalidad del sistema productor de las nuevas formas, lo que no hacen, dejándonos en la duda de si es porque no pueden, no quieren, o no deben.
Sin suponer una intencionalidad de desviación ideológica este rebuscamiento y refugio en el pasado conforma una densa niebla que permite ignorar y esconder, los verdaderos problemas del presente, entre ellos los urbanos:
En primer lugar, se destaca el nuevo aire acondicionado para la Casa de Gobierno, negando nuestro trópico y las soluciones "naturales" de acondicionamiento (espacio) y, sobre todo, la desaparición de los árboles centenarios del jardín nobiliario de la Casa de Gobierno, quizás por su primitivismo, nostálgico y romántica antigüedad (tiempo).
En segundo lugar, se revaloriza el pasado en la búsqueda de una identidad re-negando un proceso de mundialización cultural, impuesto por la mundialización de la economía capitalista, de la que no se reniegan (la aman), por la mundialización de la información y comunicación y por la mundialización de los problemas, que afectan a las sociedades de nuestro tiempo.
Y, en tercer lugar, se realiza la crítica a la actual estructura urbana como si fuera un producto de una voluntad de forma incondicionada, ignorando las relaciones que tiene la forma con los otras instancias que la determinan y centrándose de modo exclusivo en un no bien esclarecido conflicto entre la poligonal de la Zona Histórica con la ciudad nueva.
Comparación de las dos operaciones
La primera, el ״Plan de Renovación Urbana de la Plaza Bolívar" y la segunda, el ״Plan de Rehabilitación y Mejora de la Edificación Casa de Gobierno", estas dos operaciones sobre la forma urbana son distintas en el tiempo, pero con una serie de características similares en cuanto a la falta de continuidad total con las tipologías existentes.
Estas intervenciones, la primera se define como combinación de un eje simbólico con el cual se debe apoyar otras intervenciones focalizadas, ella se distingue fundamentalmente como una operación sobre tramas existentes de uso del espacio. La segunda, la revitalización de la trama habitacional con dispersión de construcciones y, por lo tanto, con mayor responsabilidades desde el punto de vista del diseño. Nos inclinamos a pensar que la primera intervención esta desvinculada totalmente de la segunda. Esto de hecho responde a una situación política definida, interesada en delimitar responsabilidades y apropiarse de grandes reestructuraciones urbanas capaces de ser utilizadas como aval electoral.
La primera y la segunda intervención hubieran podido ser la formalización de espacios que al menos conservaran las intensidades de uso existentes, por ejemplo a nivel de focos como la Plaza Bolívar y la revitalización de la trama gubernamental-habitacional, hubiese sido factible con ciertos cambios de usos modificando lo menos posible la estructura existente, implicando a los habitantes del lugar, en actividades de recreación a escala apropiada. Proponer en definitiva, la menor cantidad posible de arquitectura connotativa, aprovechando la capacidad de modificación de los mismos usuarios, tratando de recrear el Área de Interés Histórico de Cumaná como lugar significativo del uso colectivo del espacio.
Conclusión
Tanto el ״Plan de Renovación Urbana de la Plaza Bolívar" y la segunda, el ״Plan de Rehabilitación y Mejora de la Edificación Casa de Gobierno", son dos grandes operaciones de destrucción del espacio vital de la ciudad de Cumaná. Y, son discutibles porque entendemos, hasta cierto punto, la necesidad de la intervención, pero no entendemos los procesos ejecutados y sobre todo la ausencia de un análisis verdaderamente arquitectónico que permita el efectivo reemplazo histórico de imágenes urbanas.
En base a lo que hemos analizado, creemos que la renovación urbana y el desarrollo urbanístico deben dirigirse por el camino de la búsqueda de la calidad que refleja una nueva concepción de cómo deben vivir los seres humanos en sus crecientes escalas de relación.
Los instrumentos del urbanismo tendrán que dejar de favorecer a un proceso de indiscriminada destrucción y expansión que condiciona el mejoramiento de la ciudad, ya construida, habitada y trabajosamente moldeada, por objetivos secundarios manejados por intereses e intenciones ajenos a los verdaderos y auténticos razones, que la condenan al progresivo deterioro o pérdida de sus esenciales valores.
Ha llegado el momento de convertir tanto el ״Plan de Renovación Urbana de la Plaza Bolívar" y la segunda, el ״Plan de Rehabilitación y Mejora de la Edificación Casa de Gobierno", en acciones respetuosas y realistas, que saquen el mayor partido posible de la riqueza de esa realidad existente, utilizándola o re-utilizándola con justo y medido criterio para solucionar, en vez de agravar, las carencias de la realidad social actual.