¿La culpa?

Siendo que la realidad no es como se ve, sino como es, siempre se presentan errores de apreciación; uno de los más frecuentes es afirmar que el mundo no existe sin nosotros, seres humanos, los animales más desarrollados en el lenguaje articulado y en la expansión del pensamiento. Existe una vieja preocupación por la paternidad de cada culpa, desastre provocado, crimen, error que entraña un daño, irreparable a veces, en contra de unos pocos; de la humanidad, o del mundo.

En Venezuela se le ha causado un gran daño a su masa obrera y trabajadora, robándole miserablemente sus prestaciones sociales; el salario, cualquiera sea su incremento, la salud, su calidad de vida, la esperanza, mediante el mecanismo de la Actualización y Adecuación continua de los precios, el otro nombre de la Liberación de Precios. Un daño tan descomunal, que se ha tragado todo, incluso, la Revolución Bolivariana misma. Sin embargo, nadie, ni como colectivo ni como individuo, quiere asumir la culpa y la responsabilidad del crimen de lesa humanidad.

Los voceros del Estado burgués colombiano proimperialista, dicen que la culpa es de Maduro

Los empresarios, comerciantes, bachaqueros, banqueros, contrabandistas, funcionarios públicos y privados, corruptos, en general los ladrones que han ejecutado por su propia mano y voluntad el crimen de haber asesinado por hambre, miseria, silencio y omisión, al Pueblo trabajador venezolano, dicen que la culpa es del presidente Nicolás Maduro, las ignorantes víctimas repiten como loros esta acusación, convertida en una consigna contrarrevolucionaria.

Nuestro primer mandatario, Maduro, afirma que la culpa es de la "guerra económica". El pueblo víctima culpa al socialismo, y al comunismo, que no ha sido nunca poder en Venezuela, desafortunadamente. Recordemos que en nuestro país el capitalismo ultraliberal ejerce el poder de Estado y de Gobierno, directamente, bajo la consigna, "yo mismo soy", desconociendo al presidente constitucional, y a los funcionarios de su administración fallida.

El voto mayoritario del pueblo trabajador favoreció en las pasadas elecciones a Nicolás Maduro que es nuevamente, nuestro único y real presidente constitucional, sin embargo, el Estado capitalista ultraliberal, y su gobierno del "yo mismo soy", ha impedido que el presidente obrero cumpla con su promesa de ponerle orden a la disociación en la economía venezolana, y acabar para siempre con la coñiza económica que el gobierno empresarial burgués, "yo mismo soy", le está propinando a la clase obrera y trabajadora.

Finalmente, el pueblo trabajador no cree que tenga la culpa; sin embargo ha aceptado la propuesta de olvidar la constitución nacional por miedo o por el olvido mismo, que le inoculara la Guarimba, los malos tratos de los ladrones y sus dependientes, en el robo diario con los alimentos.

En medio del robo más gigantesco, e histórico, la clase obrera y trabajadora, victima nacional de la coñiza económica que le propina el imperialismo y sus lacayos, no ha constituido la primera Asamblea de ciudadanos y ciudadanas para intervenir legalmente, según el artículo 70 de CRBV, el primer supermercado, la primera carnicería, el primer almacén, para establecer responsabilidades, y administrar la distribución de los bienes y servicios, que lo está matando de hambre y de miseria.

Mientras averiguamos ¿quién tiene la culpa? El pueblo avanza hacia la calle de la amargura.



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Eduardo Mármol


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