"El que no conoce la verdad
es simplemente un ignorante.
Pero el que la conoce y la llama mentira,
¡ese es un criminal!"
Bertolt Brecht
No creo, que, en ningún medio de comunicación, exista tanta discusión, y polémica, como se desarrolla en APORREA. La gran mayoría de los articulistas han enfilado las baterías contra Nicolás Maduro, desde el mismo momento de haberse producido el relevo, antes el lamentable deceso del Comandante Chávez. Algunos de ellos, presentan críticas sanas, y constructivas en medio del huracán, que nos envuelve a todos con tanta fuerza, el cual va dejando secuelas, que parecen imborrables a corto plazo. Cada uno tiene su estilo para escribir, y muchas veces sacan de la nada, argumentos para seguir atacando al Presidente, aprovechando la grave situación económica.
El señor Oscar Heck, en su último artículo (QUEVEDO, EL PRESIDENTE DE PDVSA, ES UNA PRUEBA FUNDAMENTAL DE ESTE FENÓMENO) ¿Cuál fenómeno? hace malabares con las palabras, para finalmente dejarse arrastrar por la misma corriente, sin percatarse de las "ingenuidades", al emitir opiniones tan paradójicas, que permiten desenmascararle toda la mala intención, que no esconde, ni un instante, cuando se dedica atacar, cualquier iniciativa del Presidente Nicolás Maduro, en sus intentos de enfrentar, y frenar a cuanto enemigo se presenta en la larga lista de la feroz jauría contra el país, encabezada por los gobiernos de Estados Unidos.
Todo lector, que analice el artículo, consigue en primer lugar, la denuncia certera, precisa, y oportuna del ministro de Petróleo y presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), Manuel Quevedo, en Viena, contra el gobierno de los Estados Unidos, al imponer sanciones a Venezuela, e Irán, en todo lo que tenga, alguna relación con la comercialización del petróleo. Esta acusación, inspiró al articulista Oscar Heck, para recordarnos grandes verdades, que toda persona conocedora de la política económica rapaz, puesta en práctica por el capitalismo a lo largo de los años la conoce perfectamente, más en los actuales momentos, cuando se encuentra en su etapa superior: el imperialismo, ampliamente estudiado por Vladimir Ilich Lenin, y plasmado en su libro (el imperialismo fase superior del capitalismo). Pero lo curioso, y hasta risible, en lo escrito por el señor Heck, es que lejos de apoyar la valiente actitud del representante venezolano en Viena, contrariamente sigue con la terca manía de atacar al Presidente, por haber designado a Manuel Quevedo, y los argumentos para descalificarlo, las sustenta en las irrefutables verdades, pronunciadas por el ministro en el momento más oportuno; y no conforme con sus contradictorias opiniones en su artículo, termina, derramando el vaso, cuando se atreve afirmar, que el objetivo de Nicolás Maduro, es entregar PDVSA.
El señor Oscar Heck, con su escrito, pretende darnos una clase sobre el capitalismo, sin atacar las raíces del problema, y por ninguna parte toca una de las piezas visibles en estos momentos: Donald Trump, para finalmente tratar de callar a cualquiera persona, que haga una denuncia contra estos actores intelectuales de los principales males de nuestro país. Parece que los únicos autorizados para seguir denunciando la grotesca intromisión en los asuntos internos de Venezuela, son precisamente los que atacan despiadadamente al Presidente Maduro, y a sus seguidores, que por cierto no lo hacen. La tarea es de todos los que en verdad quieren este bello país, porque el imperialismo, lo menos que hace es filosofar, y en el camino utiliza cualquiera persona, que le sirva de instrumento para lograr sus objetivos.