`"La venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno"
Walter Scott
"Quienes quieren tomar nuevamente el poder político les decimos que más nunca volverán; nosotros más nunca vamos a entregar el poder político."
"La llegada de Hugo Chávez fue nuestra venganza personal"
"El odio rencoroso y vengativo tiende a incitar al odio rencoroso y vengativo en otros. El que odia detesta más a aquellos que se sienten indiferentes frente a su odio rencoroso y vengativo, y harán cualquier esfuerzo para incitar también al otro al odio rencoroso y vengativo"
"Ser o no ser, la cuestión de ser o no ser el falo, el hombre puede tenerlo y no serlo y la mujer sin tenerlo puede serlo"
Lacan
"Cuidado con la hoguera que enciendes contra tu enemigo; no sea que te chamusques a ti mismo".
William Shakespeare
I. ¿Qué hay detrás del odio rencoroso y vengativo?
Némesis es una deidad preolímpica de dudoso origen y que arrastra al menos tres versiones distintas sobre su linaje. Lo que sabemos con seguridad es que es una diosa que se ocupa de que los humanos no seamos demasiado afortunados y que no nos lo creamos demasiado, lo que para un griego clásico era el mayor de los pecados, el pecado de Hybris, esa especie de endiosamiento que lleva por lo común a los humanos hacia la ruina. Esa es precisamente la función de Némesis: contrarrestar a Fortuna de la que es su alter ego. Némesis trata de distribuir justicia, es por así decir su antecesora antes de la aparición del derecho y del Estado que es hoy el que ostenta en exclusiva la capacidad de sanción sobre los actos individuales, sin embargo las represalias gruesas y sutiles forman parte de nuestra relación con el prójimo, lo que habla en favor de que la venganza es una emoción que si ha sobrevivido a la deriva evolutiva es por la razón de que ha prestado grandes servicios a nuestra especie. Mitad emoción (odio, rabia o ira) y mitad cognición -plan para llevar a cabo la acción vengativa-, la venganza es desde luego de todas las emociones la peor vista, lo que significa en otro orden de cosas la más reprimida o lo que es lo mismo: que el precio de la civilidad está muy relacionado con el hecho de renunciar a llevar a cabo nuestros planes de venganza.
La compulsión humana en busca de venganza es una emoción compleja complicada de explicar. Probablemente, todos hemos sentido alguna vez deseos de venganza ante alguna ofensa por parte de otra persona. Algunos prefieren no ceder antes estos deseos mientras que otros buscan vengarse a toda costa. ¿Cuáles son los efectos de la venganza? ¿Qué tipos de personas buscan vengarse de los demás? Parece que, en lo que respecta a la venganza, las cosas no son demasiado simples. Por ejemplo, si lo que vas buscando es poder, la venganza es un modo de recordar a los demás que deben tomarte muy en serio. Igualmente, si vives en una sociedad en la que no hay normas o leyes claras que te protejan, la venganza puede servir para mantener el orden y protegerte de futuras ofensas. No obstante, la venganza también tiene un precio para el que la ejerce.El psicólogo social Ian McKee estudió cuáles son las características de las personas que buscan venganza y encontró que la venganza se asociaba con dos actitudes: el autoritarismo de derechas y la dominancia social. Es decir, las personas más vengativas son aquellas que están motivadas por el poder, por la autoridad o por el deseo de mantener un determinado estatus social. Las personas estudiadas por McKee que tenían opiniones más favorables hacia la venganza y la represalia eran las que mostraban una mayor deferencia por la autoridad y un mayor respeto por las tradiciones y la dominancia social.Estas personalidades "tienden a perdonar menos, a ser menos benevolentes y a estar menos centradas en valores de conexión universal", explica McKee.
La psicóloga Michele Gelfand ha estudiado las diferencias culturales respecto a la venganza y ha encontrado que la venganza está desencadenada por factores diferentes en las diversas culturas.
Por ejemplo, "los estudiantes americanos se sienten más ofendidos cuando se vulneran sus derechos, mientras que los coreanos se sienten más ofendidos cuando se ve amenazado su sentido del deber. Por ejemplo, un americano tendrá una mayor predisposición a vengarse cuando alguien le impide su derecho a expresar una opinión, mientras que un coreano puede sentir un mayor deseo de venganza cuando alguien lo critica en público avergonzándolo."
Las personas menos individualistas están también más predispuestas a sentir deseos de venganza cuando alguien ofende a una persona que forma parte de su grupo, porque un daño a esa persona (con quien tiene una identidad compartida) se considera como un daño a uno mismo. Por tanto, en las culturas menos individualistas y más colectivistas los deseos de venganza son más contagiosos.
Las emociones que están debajo de los deseos de venganza también pueden diferir. Gelfand ha encontrado que la ira es el principal motor de la venganza en culturas individualistas, mientras que la vergüenza lo suele ser en culturas colectivistas
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¿Por qué busca una persona vengarse y cuál es el efecto de la venganza?
Cuando le preguntas a alguien por qué desea vengarse suele responder que es para encontrar el alivio emocional, pero parece que puede producirse justo lo contrario, según los estudios del psicólogo Kevin Carlsmith.En sus investigaciones, descubrió que la gente piensa que se sentiría mejor si hubiera podido vengarse de una determinada ofensa, pero los resultados del estudio indicaron que quienes no tenían la oportunidad de vengarse se sentían mejor que los que sí se habían vengando. Incluso cuando una persona, tras haberse vengado, afirma no sentirse bien del todo, piensa, erróneamente, que si no se hubiera vengado se sentía todavía peor. Es decir, la gente no parece darse cuenta de que la venganza les hace sentirse peor.
Probablemente, lo que sucede, explica Carlsmith es que cuando no nos vengamos tendemos a quitarle importancia al incidente. Nos decimos a nosotros mismos que, dado que no hemos hecho nada para vengarnos, en realidad no era algo tan importante, de manera que lo olvidamos con más facilidad.
En cambio, cuando nos vengamos aumentamos la importancia del incidente y pensamos mucho más en él, lo cual nos lleva a darle vueltas mentalmente y sentirnos peor. Es decir, la venganza "mantiene la herida abierta y fresca".
Planes de venganza que todos hemos fraguado alguna vez con aquellos que nos han ofendido de una manera u otra, bien a solas o bien publicitándolos en momentos de ira. Y que hemos fraguado placenteramente puesto que hay un goce adherido a la planificación fría de la misma. La venganza se sirve fría y es verdad pues el placer de la misma se desvanece apenas la hemos llevado a cabo y además tal y nuestro cerebro está diseñado para encontrar placer en el castigo de los culpables y más que eso: al parecer el hambre y la venganza se encuentran mediadas por una misma hormona: la grelina. La venganza es una forma de hambrienta justicia muy humana y tiene muy poco de inhumana como de alienada o loca.
Una vez dicho que la venganza es muy humana es natural separarla de la psicopatología y de la enfermedad mental y considerarla como lo que es:
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una estrategia desesperada de personas con pocos recursos morales, éticos y psicológicos para lidiar con sus emociones y de los recursos para eliminar el rencor.
II. Venganza y locura (Shakespeare revisitado)
La Tragedia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca, obra de teatro elaborada por el legendario dramaturgo, poeta y actor inglés William Shakespeare, perteneciendo al movimiento literario del Renacimiento, elaborada alrededor de principios del siglo XVII, esta obra se ha convertido en uno de los mejores ejemplares y un ícono de la literatura universal, tratando de diversas temáticas y existiendo giros inesperados, unidos a la locura, el amor, la venganza, la codicia, entre otras
En Hamlet se evidencia la manera en que la venganza, como tema principal de la obra, se convierte en el propósito último del hombre, a partir de un evento trágico. El príncipe Hamlet es quien encarna este propósito, a partir de una gran revelación, en conjunto con otros hechos ocurridos; los cuales eventualmente lo envían en una carrera desenfrenada por cobrar venganza. El drama de la venganza, he aquí la fuerza expresiva del Hamlet de Shakespeare. Para Hamlet, príncipe de Dinamarca, estos son tiempos aciagos. Tan sólo han pasado dos meses desde que su padre, el rey de Dinamarca, murió. Lo adoraba tanto que ahora la penumbra oscurece sus días y las pesadillas le atormentan durante las noches. Pero la pérdida no ha sido la única desgracia, porque apenas pasados treinta días su madre se unió en matrimonio con su tío Claudio, el hermano de su fallecido padre, y nombrado nuevo rey. Entretanto las lágrimas aún caían por las mejillas de Hamlet, su madre cometió incesto y aquel con él que había deshonrado a la corona le arrebató el trono que por herencia le pertenecía. Aunque la tristeza que le apenaba y el odio que le consumía pronto encontrarían una nueva compañera.
Días más tarde, un espectro apareció ante el joven príncipe. Este ente tenebroso decía ser el espíritu de su padre y quiso revelarle que fue aquello que causó su muerte. Al contrario de lo que todos creían, no murió por la picadura de una serpiente, pereció envenenado por su hermano. Al acabar el relato, el espectro pidió a su hijo que vengara su muerte, y que así, devolviera la dignidad a la corte. Después de haber oído estas palabras, Hamlet decidió entregar hasta el último de sus alientos al menester encomendado por su padre.
La tristeza, el odio, los celos, la lealtad, todos ellos aparecen en esta obra teatral, pero, sin duda, el sentimiento más importante es la venganza. Ella será la guía de los pasos del protagonista, aunque antes de abandonarse a este resentido propósito las dudas asaltan su pensamiento. El ya temía una artimaña de su tío, pero también temía que el espectro no fuera quien decía ser, que fuera un demonio con el único propósito de entretenerse con la muerte de sus títeres. Para descubrir la verdad se le ocurrió representar una obra de teatro ante el rey en la que un hombre envenenara a su hermano para robarle la corona, y junto a su más leal amigo Horacio presenciar la respuesta de su rostro. Claudio, atónito, no pudo soportar la escena y huyo corriendo de la sala. Convencido ahora del crimen de su tío, el único propósito de su existencia sería la venganza.
Tal vez podría haber sido un héroe, un hijo justo que castigara al culpable, pero no fue así. El espectro de su padre le imploró la muerte de su verdugo y el retorno de la honradez a la corona, pero no un sufrimiento terrible para su hermano. Después de la función, Hamlet encontró a Claudio arrodillado mientras rezaba, y aunque podría haberlo matado rápidamente no lo hizo, porque si le hubiese quitado la vida entre sus plegarias, iría al cielo. En lugar de eso, decidió demorar su muerte para que su alma no encontrara salvación y ardiera eternamente en el infierno, aunque así también condenó su propia alma. La sed de sangre de Hamlet era mucho mayor que la del espectro, abandonó los preceptos cristianos y se convirtió en un auténtico villano. Al anhelar un tormento eterno para su víctima, su malicia fue igual a la de algunos de los más viles villanos de la literatura isabelina.
Sus hazañas no se detuvieron ante ningún impedimento y acabaron con todo aquel que se interpuso en su camino. Esta suerte fue la que padeció Polonio, que escondido tras una cortina para espiar una conversación entre Hamlet y su madre, fue atravesado por la espada del príncipe. Quizás asestó la estocada con la esperanza de que la persona oculta fuera Claudio, pero al reconocer al herido no se lamentó, y espetó que era lo único que merecía un manipulador como él. Aún cuando la sangre del cadáver se derramaba por el suelo, Hamlet acometió contra su madre. El espectro le pidió que no la lastimara, pero él le recriminó todos los males que había cometido desde la muerte de su padre sin escuchar las incesantes súplicas que le rogaban que se detuviera, hasta que el espíritu acudió para acabar con la tortura. Rosencrantz y Guildenstern, antiguos amigos de Hamlet, también perecieron en sus manos. Cuando el príncipe perdió la cordura y se enfrentó al rey, ellos se vieron obligados a demostrar lealtad ante uno de los dos, y para proteger su vida escogieron al rey. Él les encomendó entregar una carta al rey de Inglaterra en la que le pedía que asesinara al enloquecido, pero cuando Hamlet descubrió el engaño cambió su nombre por él de los traidores y acabó así con ellos. La consumación de su venganza no llegaría hasta que Laertes, enfurecido por el asesinato de su padre, se batiera en duelo con él, y después de haber sido herido con un estoque envenenado lastimara con la misma arma a Claudio. Los actos de Hamlet no sólo acabaron con sus enemigos, también ocasionaron víctimas al margen de sus intenciones, como Ofelia y la reina. Pudo cumplir su venganza, pero para ello tuvo oscurecer su alma y adentrar a todos sus allegados en una espiral de horrores que acabaría por extinguir su propia vida.
III. LECTURAS PERTINENTES
Revenge and the people who seek it, M, Price, American Psychological Association, 2009 http://www.apa.org/monitor/2009/06/revenge.aspx
The Complicated Psychology of Revenge, Association for Psychology Science, E, Jaffe, 2010 http://www.psychologicalscience.org/index.php/publications/observer/2011/october-11/the-complicated-psychology-of-revenge.html
La ciencia de la venganza. V,Fernández, 2011. Quo.es http://www.quo.es/ciencia/psicologia/la_ciencia_de_la_venganza
http://lecturacriticabil.blogspot.com.co/2017/01/proyecto-del-libro-hamlet.html
https://es.wikipedia.org/wiki/William_Shakespeare#Obras
https://es.wikipedia.org/wiki/Hamlet
http://www.sparknotes.com/shakespeare/hamlet/facts.html
http://www.shmoop.com/hamlet-en-espanol/
https://es.wikipedia.org/wiki/Venganza
http://miespadaeslabiblia.com/1851/la-venganza-que-dice-la-biblia