El tiempo y el espacio como formas de existencia de la materia, son inseparables; todo comienzo, se ubica en un tiempo y un especio determinado. Comenzar es volver a empezar.
Un nuevo comienzo social, sin haber cambiado la realidad económico-política, es un mero palabreo vernáculo de compadres que pudiesen saludarse en la calle de la amargura.
Todo nuevo comienzo debería eliminar el descontrol de cambio en Venezuela para que desaparezcan de una buena vez, los dólares Today y Cúcuta, tan solo por citar 2 de las más reconocidas páginas virtuales que han arruinado al pueblo trabajador venezolano, y a su capa media.
La tasa paralela promedio de los tipos de cambio oficiales, supera los 3 millones de bolívares por un dólar. El bachaqueo, el contrabando, la especulación, el robo del salario y las prestaciones sociales, siguen decretadas automáticamente por la ambición desmedida, legalizada por nuestro silencio, y la inacción oficial. Pareciera que fuese legal la devaluación constante de la moneda venezolana, por ende de nuestro sueldo quincenal para comprar la comida un día.
Un nuevo comienzo debería devolver a los militares a las labores de defensa de la soberanía territorial, y la seguridad de la nación, que la constitución le confía, al tiempo que le entregan a la clase obrera las fábricas y las empresas nacionalizadas por el Estado venezolano, para ponerlas a producir. En ninguna parte del mundo, los militares son empresarios; es preciso que vuelvan a ser los guardianes de la República.
Un nuevo comienzo debería recuperar el aparato productivo nacional, para garantizarle al pueblo, el alimento, las medicinas, los cauchos, las baterías, los repuestos en general, sin los cuales no podríamos recuperar el transporte suficiente para revertir el fracaso en el que se encuentra toda la infraestructura estatal para atender a su ciudadanía.
Un nuevo comienzo, debería establecer los controles más estrictos en la distribución de los alimentos con el protagonismo del poder popular, en construcción.
Un nuevo comienzo, debería derogar de inmediato la Ley de precios Justos, que autoriza al ladronismo empresarial y comercial para Actualizar y adecuar continuamente los precios.
Un nuevo comienzo, debe comenzar con buen pie.