Trump y Putin negocian a Venezuela, pronto le llegará su sábado

En las reuniones de los camaradas Trump y Putin se habla de la mayor reserva de petróleo del mundo, de los yacimientos de oro, coltan, diamantes, de la posición geoestratégica atlántica, se habla de Venezuela. Pensar lo contrario es candidez.

No es la primera vez que las potencias se reparten al mundo, no es la primera vez que los países débiles son distribuidos. Y aquí cabe una aclaratoria, el concepto de potencia de los capitalistas y el concepto de potencia de los revolucionarios, para no distraernos, sólo leamos cómo definía el Comandante Chávez a un país potencia:

"Cueste lo que cueste y pase lo que pase, por eso decía: fuimos una potencia, una potencia capaz de desplegarse por este continente a llevar la libertad y a derrotar al imperio español hasta allá, hasta las cumbres de Ayacucho, ahora el tercer gran objetivo histórico retoma la historia y apunta hacia el futuro, y los invito a que nosotros con nuestros conocimientos, con nuestro amor, con nuestros planes, con nuestra unión, nuestro trabajo, trabajo y más trabajo convirtamos a Venezuela en un país potencia en lo moral, en lo político, en lo social, en lo económico".

Dice Chávez, Potencia en lo moral, es decir, la conciencia del deber social, esa es la meta, lo demás se subordina.

Decíamos que las potencias capitalistas se reparten al mundo, cada una de ellas tiene su patio trasero que es respetado, esa es la base de la convivencia entre los grandes. Ese respeto ha impedido una guerra mundial, ha confinado la violencia a conflictos focalizados, regionales. Aquí en la región, en el patio trasero, tienen un problema, hay mucho ruido, hay un conflicto en pleno desarrollo. Veamos.

El madurismo no tiene capacidad para administrar el capitalismo en Venezuela. Ha transformado el país en un desastre que amenaza a las naciones vecinas, los refugiados se riegan por todo el continente. En lo económico el desastre es mayor, consiguió el madurismo acabar con la industria petrolera, un caso único en el mundo: un gobierno destruye su mayor fuente de ingreso, un suicidio nacional. Es verdad que el madurismo tiene vocación capitalista, pero su naturaleza no le permite administrarlo: tiene desprecio por el conocimiento, viola la sagrada ley de la alternabilidad burguesa, es torpe en lo internacional, choca con todos, se ha aislado; botarate, pulverizó la moneda, creó la mayor inflación de que se tenga noticias en la región. Además, no consigue borrar del corazón popular la imagen de Chávez socialista, ese es un peligro latente para los capitalistas, en este país hay posibilidades del resurgir, el resucitar del Socialismo.

No hay dudas que aquí hay un problema para las potencias capitalistas. El camarada Trump se mueve, Colombia entró en la OTAN, ese es un mensaje a las demás potencias del mal, sus altos voceros viajan por el continente concertando medidas para solucionar el peligro de Venezuela, los gringos y sus aliados europeos aprietan con medidas de restricción a la dirigencia madurista. Ellos saben que esta sociedad no aguanta más, que se acerca el desenlace.

En el llano hay un dicho: "a cada cochino le llega su sábado". Bueno, el sábado de este gobierno está cerca, y las potencias no pueden permitir que el Estado estalle, tienen alternativas. Si les falló el grupo Boston, tienen otros jugadas, por supuesto, concertadas con Putin, en eso andan.

¿Y los revolucionarios? Dormidos, congelados, jugando en el medio campo, lanzando la bola para atrás, tirándose al suelo a llorar, mientras la Patria corre peligro. Cómodos, encubriendo su falta, su recule, con una falsa lealtad, o esperando las "calendas griegas".



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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