Japón y Venezuela: Reforma de estado en tiempos diferentes

Probable que a ustedes les extrañe tamaña osadía desde nuestros pensares pero, como todo, hay una razón que, en consecuencia, la compartiremos. Al regreso de nuestro curso intensivo sobre la denominada como "Guerra Política", o sea, un profundo e interesante curso donde se nos enseñaba como proceder para poder derrocar a un gobierno, cualquier gobierno. Un curso que fuera diseñado por el Generalísimo Chiang Kaishek posterior y a consecuencia a la derrota que le infringieran las tropas de los ejércitos del Partido Comunista Chino, PCCh, que lo obligaría, inevitablemente, a su traslado hacia la isla china de Taiwan junto con todo su gobierno nacionalista como junto con sus fuerzas armadas nacionalistas.

En ese orden de ideas, Chiang analizó y concluyó que la derrota no solo era una derrota en el campo militar sino que también la habrían causado dos importantes variables por fundamentales para la estabilidad de su gobierno nacionalista: la corrupción y la burocracia estructural en su gobierno nacionalista; a ello se le adicionaba también la muy inteligente política sicológica que desarrollada Mao Zedong a través de los cuadros militantes del partido que afectaron, profundamente, a las siquis de las tropas nacionalistas, fundamentalmente, con extensión hacia las tropas norteamericanas estacionadas en China en aquellos momentos de la post-guerra-mundial cuales se vieron en la imperiosa necesidad de retirarse del territorio chino hacia sus bases militares en el Japón; estos escenarios con sus efectos y consecuencias socio-militares y burocrático-empresariales se sucedieron durante aquel periodo de la denominada como la "Guerra Civil" china (1947-1949).

Aquella, nuestra experiencia, en la Academia Militar de Fuxingang (Taibei, Taiwan), adicionada con ciertas lecturas referidas al caso en estudio y nuestros estudios de la Historia del Japón realizados en la Escuela de Historia (UCV), junto a nuestras visitas a las plantas industriales ubicadas en el centro del país, y aquellas muy interesantes visitas a los museos de guerra de Londres y Madrid, nos llevaron a realizar algunas subjetivas reflexiones sobre nuestros estudios como reflexiones de la muy importante "Restauración Meiji", objeto de estudio sobre la comprensión del "nuevo Japón".

Estas reflexiones se enriquecieron, en la referencia económica, financiera y comercial, con nuestra interesante conversación con uno de los representantes del keiretsu Sumitomo durante una corta visita a la entonces colonia británica de Hong Kong, adobadas, esas conversas, con las lecturas históricas referidas a las crisis socio-económicas que se vivieron en el Japón previo y durante el "periodo militarista japonés".

Esos estudios nos permitieron abstraer paradigmas (conceptos) para poder analizar, estudiar, situaciones político-militares durante la 4ta. República, sobre nuestro país, preguntándonos como sería, por ejemplo, el necesario, por inevitable, modelo de los cambios profundos en el Estado rentista vigente para la época, el tratar de analizar sobre posibles nuevos modelos en la estructura económica, pública y privada, como, a título de ejemplo, aquel modelo de Olaf Palme, profundizar en el profundo significado económico-financiero sobre los cuales se sustentaron los keiretsu (zaibatsu) japoneses como un posible modelo de aplicación en Venezuela, claro, con la muy profunda e importante diferencia referida a las materias primas que Japón no tenía y por cuya causa su vió en la imperativa y obligante expansión hacia la península de Corea y la Manchuria.

Era evidente que los tiempos históricos eran profundamente diferentes como las propias bases históricas de cada país, Japón y Venezuela. Por ejemplo, en una conversa con empresarios asiáticos en Hongkong y las Filipinas nos comunicaron sobre un "diseño financiero mundial" de adicionarnos a un proyecto global, de largo alcance, referido a tener que "dolarizar" a todas las economías nacionales a nivel mundial, incluida Venezuela, como proyecto financiero-económico de los Estados Unidos de América como fase superior a las bases impuestas de la post-guerra mundial. (Bretton-Woods, Banco Mundial, FMI). Aquello significaba, en última instancia, una reingeniería de lo que sería una "nueva división del trabajo internacional", por cierto, modelo muy criticado por Haidée Castillo de López Acosta donde a Venezuela le correspondería las exportaciones de materias primas semi-elaboradas y una reconversión del modelo petrolero. Es de ahí que, tiempos posteriores, cuando ejercíamos como Director de Cooperación Internacional para Asia, África y Oceanía en la Cancillería se nos presentó el proyecto de desarrollar una vía de unión entre Puerto Ordaz y el puerto de aguas profundas de Buenaventura en las costas sobre el Pacífico colombiano donde estaban todos los que son.

Era evidente que todo ello significaba a lo interno de la realidad en curso en Venezuela, en aquellas temporalidades, la necesidad de una profunda reforma de la Constitución del 1962; ello significaba tener que proponer para poder realizar esa imperativa reforma constitucional una consulta pública. Pero la decisión, visto la dinámica de la Democracia Representativa, la tenían que asumir los factores políticos representativos de la Cuarta República, Acción Democrática y Copei donde la izquierda no tenía peso alguno. Es decir, Venezuela se encontraba en un "cul de sac" que venía desarrollandose en unos escenarios socio-económicos que se expresaban, en palabras simples, en "una bomba de tiempo" la cual estalló en aquel "27 de febrero".

Venezuela se encontraba inmersa en el modelo de Dependencia impuesto, por años, desde Washington, pero, en aquellas temporalidades, era y se manifestaba la necesidad obligante de una profunda reingeniería de toda la estructura industrial, financiera, comercial nacional como el obligante desarrollo de un sistema de distribución nacional en dos vías fundamentales: sobre las objetivas realidades en curso en lo interno-nacional como tener que desarrollar no solo adicionar un agregado más allá del tradicional a nivel de las materias primas que se encontraba presente para que le permitiría a Venezuela incluir un nuevo valor agregado para poder competir en los agresivos mercados internacionales.

Aquella preocupación personal se la trasmití a un alto representante de la Política Nacional quien tuvo una respuesta inteligente por sincera además de permitirme realizar una muy interesante entrevista con un importante personaje de la Política de Estado. La respuesta, lacónica, aunque no me sorprendió, en absoluto, me extrañó. Simplemente me expresó que "…la alta dirigencia nacional no iba a aceptar mis propuestas…" (palabras más, palabras menos). Mi respuesta fue simple: "…pues que se preparen porque les viene un golpe de estado militar…". Mutatis mutandis: "El levantamiento militar del 4 de febrero" donde participara Baltasar Ojeda Negretti.

La conversa con el personaje, petrolero, por cierto, quizás sería más preciso decir, con un serio y profundo conocimiento real de "lo petrolero en lo global en el marco de la geopolítica mundial".

Ante mi propuesta de desarrollar el "modelo japonés" me respondió que para las realidades de Venezuela él consideraba que el "modelo italiano" se adaptaba mejor. Claro ante ese interesante diálogo tenía que entrar el tema de "lo militar" y las objetivas realidades geopolíticas y sus adiciones referidas a la geo-estrategia, particular en lo referido al continente americano.

Hoy, en modesta opinión, Hugo Rafael Chávez Frías si preciso en todos aquellos escenarios arriba en mención.

UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.



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Miguel Ángel Del Pozo


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