El Espejo

El liderazgo de Maduro y sus circunstancias

1 El presidente Nicolás Maduro ha corrido con una suerte bárbara: la torpe subestimación de que ha sido objeto de parte de sus enemigos. Por igual lo han hecho sus adversarios políticos como algunos de sus compañeros. También ha sido parejo, y a fondo, el ataque despiadado en el exterior. Con Hugo Chávez ocurrió lo mismo: el mundo empresarial, la cúpula de la Iglesia católica y la arrogante partidocracia de la IV República, nunca le reconocieron las extraordinarias virtudes políticas que poseía. Ni siquiera lo hicieron cuando sistemáticamente los derrotó en todos los terrenos.

2 Con Maduro el desprecio es mayor. Primero, porque sus adversarios a cada momento lo comparan con Chávez para establecer diferencias abismales entre uno y otro y siempre, por supuesto, a favor del Comandante del 4F. Luego, porque el desprecio hacia Maduro es más venenoso. Busca mellar su dignidad. Destruirlo psicológicamente. Pero el fracaso ha sido la respuesta a esa despiadada descarga en cada caso y circunstancias. Ya que si bien es cierto que las características personales de los dos líderes son fundamentales en el desarrollo y fortalecimiento del proceso bolivariano, no lo es menos que lo que ellos encarnan tiene un formidable contenido telúrico. Una atracción proveniente de la circunstancia de representar un vasto sentimiento popular, burlado, sistemáticamente, en la historia del país.

3 Ahora bien, más allá de destacar el papel que ha jugado un liderazgo vituperado como nunca antes se había visto en Venezuela, acosado por la infamia en esta etapa de la vida republicana del país -en medio de una guerra sin precedentes-, no evaluar el factor subestimación de quien hoy ejerce el cargo de presidente de la República, y abordar los acontecimientos de los últimos 20 años omitiendo lo que significa tal característica, sin duda que no contribuye a un análisis serio del período.

4 El de Maduro es un liderazgo que surge en un momento extremadamente peligroso para la democracia y el destino de la nación. Nunca habíamos estado en una situación tan complicada. Porque la desaparición física de un dirigente de la talla y el carisma de Chávez sumió al pueblo venezolano en la desolación y le agregó a la política inquietantes contradicciones. Suceder en Miraflores al líder de la revolución constituyó, por sí mismo, un desafío. Se pensó que el episodio desataría agresiones de poderosas fuerzas contrarrevolucionarias que estaban a la expectativa de que se produjeran acontecimientos como el vacío de poder, pugnas internas, reacciones incontrolables en la Fuerza Armada , reactivación -al interior del país- de factores golpistas y un plan en el exterior que, según todas las informaciones, tenía preparado el gobierno norteamericano para actuar en el marco de una emergencia. Mas no fue así. Todo fracasó y Maduro siguió gobernando.

5 Maduro supo prepararse para encarar la compleja situación: la reacción a fondo de sectores que consideraban que había llegado el momento de jugarse el todo por el todo, perturbando, por ejemplo, la salida electoral; embistiendo contra la victoria de Maduro en las urnas, y los sucesivos acontecimientos que se produjeron, como el reto de la Asamblea Nacional fijando un plazo -por boca de su presidente Ramos Allup-, para desplazarlo del gobierno; también las sangrientas guarimbas y el agravamiento de la situación económica. Todo esto lo encaró Maduro con firmeza, y supo responder con habilidad, como ocurrió con la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente que trajo la paz y conjuró la amenaza de la violencia contra las instituciones.

6 Desde luego, no estamos en el mejor de los mundos. Hay fallas y errores en la gestión del gobierno. Se agravan, es cierto, los problemas y el malestar crece en el pueblo. Pero también es cierto que hay un liderazgo político y social que responde con acierto en las situaciones de emergencia. Que ha comenzado a darle al tema económico la relevancia que éste tiene, y a romper con el inmovilismo y la indolencia como lo demuestran las primeras medidas anunciadas al país. Pero que una oposición al garete, incapaz de evaluar los signos positivos de la política, despache el tema con un simplismo conmovedor, cuando afirma que las medidas no solucionan el problema de fondo, como es la inflación, lo cual es cierto -pero que constituyen un paso importante para otras soluciones-, responda de esa manera era de esperar. Ya que se trata de la típica respuesta a situaciones especiales que durante 20 años condujo a la oposición a derrotas que la ubican a su actual postración. La oposición lo sabe, pero siempre responde con una torpeza que revierte en su contra. Y también lo sabe Maduro, quien se crece en el manejo de las circunstancias más peligrosas, como son aquellas que obligan a caminar al borde del abismo sin caer en él. Como lo viene haciendo… y por lo cual sigue en Miraflores.

LABERINTO

Creo que el éxito evidente del IV Congreso del Psuv se debió a la madurez que ha logrado el chavismo, que se traduce en capacidad organizativa y claridad en el mensaje. No existe un precedente en Venezuela -y se pudiera decir que en el mundo- de un partido que consiga mover tantos factores como lo hizo la dirección socialista, y la clave fue la participación y el fervor de la militancia…

Sin duda que el Psuv, al salir de este evento más unido, más compacto y más insertado en la totalidad geográfica del país, se convierte en un organismo político útil, no solo para ganar elecciones sino también para defender al Gobierno y al proceso bolivariano en cualquier terreno y circunstancia…

Por cierto, el contraste del Psuv con los partidos de la oposición es contundente: estimula en ésta la desolación, la frustración, y remacha en sus dirigentes el convencimiento de que si no cambian, si no se renuevan, se organizan y dejan de depender del exterior, su destino será el eterno fracaso. Por cualquiera de las vías que adopten para arribar al Gobierno, tanto la electoral como la insurreccional…

Sin embargo, la impresión que tienen los analistas políticos es de que la oposición difícilmente cambiará. Basta con escuchar lo que declaran sus dirigentes. El tono que emplean, los cálculos alegres que hacen sobre los beneficios que les puede reportar la crisis y lo que ellos representan. La imposibilidad para liberarse de las ataduras con los factores exteriores que los subsidian, les atan las manos. Porque hacer una política seria, responsable y para los venezolanos, requiere de un manejo soberano. Se pueden atribuir perfectamente las derrotas de la guarimba, la electoral, la del diálogo, a la pérdida del poder para decidir con autonomía internamente. Porque la condición consular de la política que hace la oposición la conduce, siempre, al desastre…

Un excelente periodista colombiano, Daniel Samper Pizano, acaba de publicar un libro, "Camas y Famas", con punzantes alusiones a la clase política de su país. Ejemplo: sobre la pareja Iván Duque (nuevo presidente de Colombia) y Álvaro Uribe, señala que habría que esclarecer quién es el padre y quién el hijo porque son como los Borgia: "Nunca se supo quién era el padre y quién el hijo"…

Cuidado con atribuir carácter sospechoso a cualquier crítica que se formule en una organización política o de cualquier otro orden. Es el peor error que se puede cometer. La crítica responsable debe ser aceptada como valor fundamental. De lo contrario se abre el camino a las divisiones y al caos.

Tomado del diario Últimas Noticias.



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José Vicente Rangel

Periodista, escritor, defensor de los derechos humanos

 jvrangelv@yahoo.es      @EspejoJVHOY

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