Las excusas se van agotando, los números de circo ya no funcionan, las mentiras perdieron efectividad. El gobierno está atrapado en su propia incompetencia; la improvisación, el desgaste táctico lo conduce a su extinción espontánea, a la paralización.
Hemos asistido con estupefacción al pataleo del gobierno: el petro, la constituyente, la invasión, el peligro colombiano, el plan cincuenta, los quince motores, las elecciones adelantadas, las mesas de diálogo, y ahora el nuevo cono, mezclado con el raro magnicidio que, según parece, será investigado por el FBI y el grupo Boston. Los errores suceden con pasmosa desfachatez, nada se explica, al contrario se busca un culpable, la excusa dispensa la explicación.
El gobierno arrinconado por la terrible realidad se la juega el 20, las expectativas son inmensas, de un sólo golpe, como con una barita mágica todo se arreglará, desde la especulación, hasta la hiperinflación, todo se arreglará con un nuevo cono y con la gasolina a precios de oro. Todo indica que los consejeros volvieron a embaucar al presidente, los dirigentes del psuv no ayudaron con su posición de no criticar, de no opinar, fueron arrastrados a lo que se asoma como un desastre gigantesco.
La pregunta que surge es ¿qué hará el gobierno frente a este nuevo descalabro?
La historia nos ilustra, ante las dificultades los gobiernos sin apoyo, sin plan, sin estrategia apelan a la represión. Este gobierno sigue el guión, hace algún tiempo que viene preparando la represión. La olp, ahora más discreta pero igual de nefasta, sigue asesinando a los humildes, los enfrentamientos justifican los fusilamientos. La represión brutal a líderes de la derecha paraliza a la política, nadie se atreve a alertar sobre el peligro del camino de la fuerza sin control. Por ahora es contra dirigentes destacados de la derecha, pero ya aparecen los detenidos de las mismas filas de PSUV, allí está el doctor Luis Martínez, preso "por órdenes de arriba", sin justificación más que la decapitación de los líderes incómodos, la fabricación de falsos positivos.
Viene más represión, de eso no hay dudas, viene sin escrúpulos, sin límites, la bestia herida es más peligrosa. La situación es compleja, difícil, el gobierno va a reprimir duro, lo necesita y tambiéninventará excusas para esa represión. El raro atentado, que funciona, como aquella computadora de Raúl Reyes, del atentado todos los días salen como del sombrero de un mago nuevos conejos, es sólo una muestra de lo que es capaz la costra gobernante, hay que prepararse para los horrores que se vislumbran.
La situación es difícil porque las masas están en reflujo, sin vanguardia, sin líderes. En estas circunstancias surgen los monstruos, el fascismo tiene el camino abierto. Esa es una triste realidad. Si uno se detiene en las últimas acciones del gobierno, en el esmirriado apoyo al presidente de la manifestación del lunes, manipulada por los medios, sin la presencia del homenajeado, y sobre todo si se fija en lo pobre de los discursos, en la falta de mensaje, debe concluir que el peligro fascista es inminente. El gobierno que destruyó el sueño chavista, completa la tarea abriendo la puerta al peligro fascista.
Pero como todo en la vida tiene su contrario, esa posibilidad fascista abre también la posibilidad revolucionaria. Ya la salida capitalista ha fracasado en lo material, es necesario demostrarlo en lo espiritual. Los usurpadores fracasaron, el falso chavismo de Maduro quedó develado. Es la hora de los chavistas verdaderos. Los socialistas, los revolucionarios, deben construir la alternativa, aparecer como posibilidad frente al fascismo y a la socialdemocracia, impedir que el gobierno los asimile con la derecha no permitida, disputar el corazón de las masas con audacia. Es necesario que a la hora del desenlace que se avecina, la gente tenga una referencia chavista.