La generación de los nacidos en los 80, 90, en adelante hasta nuestros días, se levantó en aquella Venezuela "prospera", según las lumbreras de la política actual, una gran mayoría se formó, en los colegios privados por la mala fama de la educación pública, con los formadores de las aulas del saber. Los nuevos esclavos de la tecnología, con aquella mención de las redes sociales huyeron según ellos por escuchar a todo el mundo, así mismo escucharon aquellas madres que les mataron al hijo, en las guarimbas, donde escucharon que sus hijos eran los nuevos libertadores.
La misma dinámica de la modernidad para formar la juventud en marcha, hizo que a los maestros se les obligara a tener, un mejor curriculum para la educación de los muchachos. Cuando nuestra generación se constituyó en las aulas del saber, los maestros apenas tenían un título de normalistas, cuando mucho, los aptos y aptas para la educación, eran doñas y dones, que tenían una educación reconocida o una conducta impecable para los fines de la docencia. Hoy somos los responsables de la columna de la generación de los niños de la descendencia del encabezamiento, en esta narración.
A pesar de las penurias de la época de los 60, algunos tuvimos la oportunidad hasta de llegar a una universidad, otros sin embargo se quedaron, algunos nos enteramos de la política que se llevó en aquella Venezuela por la radio o por la televisión, también envuelta en golpes de estados, pero distintos a los de ahora. Los medios de comunicación eran controlados por los gobiernos de turno, solo Caracas era el centro de los focos de resistencia. Hubo un tiempo que la economía en los años 60, donde no se manejaban las grandes redes de la información, por lo que la escasa información sobre esta, se manifestaba no en los supermercados o macro tiendas como ahora, solo en las bodegas y pequeños abastos, Luego con la importación de las transnacionales, vinieron también las grandes tiendas por departamentos y ahora en los centros de consumo masivo con nombre extravagantes.
Fuimos clientes fijos del FMI, durante el periodo de aquella supuesta democracia, con una deuda externa, ambulante de los gobiernos que se la pasaban como una pelota de básquet de pase en pase, la que no permitía presupuesto para ninguna actividad de servicio para el pueblo. La salud se fue al suelo, las huelgas en todas las universidades eran todo el año, la educación primaria y secundario igual. ¿O acaso se nos olvida el triste caracazo que rompió con la "armonía de aquella supuesta democracia"?. Donde el pueblo les rompió el molde debido el desbordamiento del hambre. Ahí si vimos el futuro bien negro los venezolanos, los que hoy pasamos los 50 hace rato. No por eso fuimos a salir corriendo para que nos ampararan en países vecinos, peores que nosotros. Dolor causa como huyeron de un país único en el mundo por su solidaridad, carisma y don de pueblo, para buscar lo que nos sobra acá y como decía mi mamá, "en mi casa soy rey, así coma bollo con guarapo (masa de maíz alargada asada) para el que no sabe.
Una de las grandes virtudes del venezolano, es la esperanza en el futuro, así se duerma en el suelo, siempre sueña que ya tendrá el chinchorro. Antes de la supuesta estampida, escuché a mucho joven decir, aquí no hay futuro, aquí no se produce nada, los percibí muchas veces, los triste, profesionales egresados de universidades, ¿pero que aprendieron en las aulas del saber, ¡!por dios!!,?, ¿para que estudiaron?.
En los años 60 se anunció una ley de reforma agraria, para vendar los ojos a los campesinos con limosnas que no les alcanzo ni para comprar un machete. Solo benefició a los grandes terratenientes, dejando a los campesinos, solos tristes y abandonados, creando los cordones de miserias en las grandes ciudades, convirtiéndolos en los esclavos de las empresas transnacionales y los grandes terratenientes, ventilándose el mondongo, en sus grandes fincas y haciendas, produciendo con los créditos que les daba el gobierno.
La mayoría de la prole de esos que se vinieron a las ciudades, se formó en colegios privados porque los públicos le hedían, codeándose con una clase que los arrulló con los cantos de las sirenas, esos mismos les siguieron cantando a los oídos, con los espejitos de colores que les vendió y se hipotecaron con lujos, que solo sirvió para hipnotizarlos, llevándolos a rumbos de la dimensión desconocida, donde se consiguieron con su triste realidad.
Se de muchos que todavía añoran su país, pero ni para comprar el pasaje de regreso, tienen, nuevamente los engañaron como aquella vez, que llegaron montados en aquellas naves con un pelotón de invasores, a hacer esclavos y robar nuestras riquezas. Esta vez los esclavos se montaron mansito en aviones, autobuses y hasta a pie, para atravesar fronteras, dejando a tras un presente con futuro, para buscar un futuro sin presente, porque ahora, si reconocen que Venezuela es un país con cultura, con una población con conocimiento general sobre leyes que protegen, aquí hay ministerios que protegen a los ciudadanos, donde el derecho al trabajo tiene sus protectores, donde la ley del trabajo estable horarios que benefician al trabajador. Donde no la esclavitud fue abolida desde la época de la independencia.
Ahora se entiende mejor, la sentencia de Obama "Venezuela una amenaza extraordinaria e inusual para los EEUU., con razón ahora nos enteramos, que por cada venezolano reclutado por un país latinoamericano, la ONU paga 700 dólares. La venta de esclavos modernos.