No hay nada mejor que una guerra para esconder un país en ruina. El Metro de Caracas se ve como de cien años de abandono; El Zulia vive en tinieblas; el desasosiego de la población; largas colas para conseguir alimentos regulados; y las estadísticas escondidas (se sabe cuántas personas han salido del país pero no se conoce los índices de mortalidad infantil: Delcy); hiperinflación; banqueros y multimillonarios buchones, todo esto recuerda a la Alemania entreguerras… ¿Qué mejor manera de ocultar la ruina si se desatara una guerra ahora?
Rafael Ramírez: "Todos los escenarios son catastróficos. Maduro es responsable de este desastre, pero además, en su empeño por aferrarse al poder, abre las puertas al fascismo o el espectro de la guerra. El madurismo y sus más connotados dirigentes están "rociados en gasolina", no tienen alternativas, nosotros sí."
En el madurismo están "rociados en gasolina", no tienen salida, están comprometidos con el desastre hasta el cuello, después de la guerra sería fácil esconderse entre tanta confusión. Pero, a la hora de rendir cuentas a la sociedad, si no hay una guerra con Colombia sino un cambio de gobierno, quedarían expuestos como mentirosos y traidores. Nosotros podemos cambiar el gobierno, no estamos "rociados en gasolina".
Es un razonamiento básico; la supervivencia combinada con la indiferencia, igual: guerra con Colombia. Es una solución mezquina de gente mezquina e insensible. ¿Cuánta gente tiene que morir para que se salven unos cuantos traidores? Cuando se agotan las promesas, los chantajes y las mentiras lo que sigue es reprimir, como Pinochet, y el último recurso la guerra. Ya lo hizo general Leopoldo Galtieri con la guerra de Las Malvinas; nada nuevo.
Indignante es que estos felones hayan salido de la revolución y la hayan abandonado por cobardía, por falta de voluntad para cambiar ellos y para cambiar la sociedad. Pudieron haber sido honestos y reconocer que no podían con la tarea, echarse a un lado y dejar que otros lo intentaran. Pero no, más pudo la codicia y la ambición, ahora nos quieren llevar a una guerra.
La guerra para Estados Unidos y para el gobierno Colombiano tiene un sentido económico comercial claro, se trata del imperio y del capitalismo; solo beneficia al capitalismo. Pero la guerra para nosotros, en estas circunstancias representa la ruina, por eso hay que evitarla; aquí en Venezuela solo beneficiaría a Nicolás Maduro y a su gente, incluido Diosdado Cabello, el cual, más que leal a la revolución es un factor más de este naufragio. Para ellos es un disimulo más.
En estas guerras nacionalistas se matan unos a otros los pendejos, los hermanos de clase, los más pobres (de lo material y del espíritu). Defender la patria de los ricos es ridículo. Venezuela está en manos de las trasnacionales, incluyendo a chinos y rusos y de la eterna oligarquía criolla, la cual tiene dinero aquí y allá, en Venezuela, en Colombia y en Estado Unidos; su verdadera patria es el capital. Ellos saben por qué apoyan la guerra, la invasión, la guerra civil. Pero Maduro, Pedro Carreño y los demás guerreristas lo hacen por irresponsables, por indolentes y egoístas, por razones personales, ¡ni por accidente lo hacen que por patriotas!, y menos por revolucionarios ¡Que no nos engañen con el cuento de la defensa de la Patria!, ya se la entregaron los enemigos de la revolución, a los capitalistas.
Debemos adelantar una campaña nacional en contra del guerrerismo y la guerra con Colombia, el pueblo colombiano es hermano; también en contra de una guerra civil; si vamos a defender la patria con las armas que sea la patria socialista, la de Chávez no ésta que no abandonó, no nos vamos a matar por traidores, ni por oligarcas, tampoco por los chinos y rusos; que se vayan primero, ya sabremos entendernos con los colombianos.
Marcos Luna 02/09/2018