(Canal de Youtube: El Arado y el Mar Radio) La batalla crucial de la humanidad es la lucha a muerte entre la fragmentación de la sociedad en millones de egoísmos, enfrentada a la integración de la sociedad en millones de fraternidades. Esta batalla es de vida o muerte. Si la humanidad no encuentra la vía para superar a estos sistemas, que desde lo profundo de la historia están basados en el egoísmo, en la división en clases dominantes y clases subyugadas, su destino será la extinción.
En esta batalla mucho se ha avanzado, el largo camino de la esperanza está adoquinado de adversidades, retrocesos, victorias y muchas derrotas, y sobre todo enseñanzas. La humanidad ha aprendido en cada intento por romper la cadena de sistemas perversos, poco a poco se dibuja la cara del nuevo mundo que algunos llaman Socialismo, pero que también podríamos llamar Cristianismo.
Al principio, los revolucionarios pidieron cambios en la relación espiritual, el "amaos los unos a los otros" no fue suficiente, la humanidad siguió el camino hacia su destrucción. Luego se pensó que con el cambio en las relaciones de propiedad sería suficiente, y el error costó la vida de la Unión Soviética. Luego de muchos sacrificios, sangre, sudor, la humanidad comprendió que la superación de los sistemas egoístas sólo sería posible desde cambios en lo espiritual soportados por cambios en lo material, los dos aspectos van de la mano, se influyen mutuamente. Esa es la enseñanza de la Revolución Cubana, del Che, de Fidel. Es de allí que comienza la odisea del Comandante Chávez.
El objetivo central de la gesta chavista fue derrotar la lógica del capital, así lo dice el Plan de la Patria, es decir, derrotar la lógica del egoísmo, de la fragmentación social. En ese camino andábamos cuando las derechas lo asesinaron.
Ahora, no se trata de hacer un balance del gobierno que lo sustituyó, sólo intentaremos exponer si el gobierno cumple con el mandato de ir al Socialismo, de seguir derrotando la lógica del capital, de ir a la integración de la sociedad. Veamos.
El gobierno de maduro, lo hemos denunciado, se fue deslizando hacia la derecha, hacia el capitalismo. En estos días el deslizamiento ha tocado fondo, podríamos hablar de la represión, los ajusticiamientos, la errática política económica, la mentira como forma de gobierno, el trato vil de las emigraciones, el carnet como fragmentador social. Todas son señales del corrimiento hacia la derecha, hacia el capitalismo, pero la señal definitiva, la que marca ya el final de lo errático del madurismo es el anclaje del salario mínimo al precio del barril de petróleo, al petro. Expliquemos.
El gobierno habla de la petrolización del salario. El salario mínimo se referirá al precio de medio petro y este se referirá a su vez al precio de un barril de petróleo. Recordemos que el precio del salario mínimo modula los salarios y la consciencia del grueso de la sociedad.
Con esta maroma absurda, el madurismo se coloca a la derecha de todos los anteriores gobiernos de la historia. Ni los adecos, ni los copeyanos se atrevieron a fragmentar tanto a la sociedad. Lo sustancial de la medida es que al colocar al individuo directamente en relación con el barril de petróleo, se esquiva a la sociedad, al control social, al Estado. El individuo tiene relación con el barril, con el petro, no con la sociedad, se separa del Estado que se transforma en su competidor por la renta. Se pierde el sentido de pertenencia a la sociedad, se vulnera la Conciencia del Deber Social. Se rentifica la consciencia al rentificar el salario.
El gobierno, que prometió un modelo que superara el rentismo y dijo que ese era el origen de todos los males, lo que consiguió fue la fórmula para hacernos más dependiente de la renta, tanto que hizo superfluo al Estado, a la sociedad, nos convirtió en unos egoísmos alimentados con medio petro. Una sociedad inútil para las respuestas políticas, para defenderse. El Estado queda con las manos libres para administrar ahora la entrega al capitalismo.