Una de las grandes fallas de la Revolución es no haber entendido la importancia de la lucha interna. Podemos decir que todas las Revoluciones fracasadas fueron, previamente, derrotadas en la lucha interna. Esta falla se puede detectar desde el 23 de Enero, allá no se entendió la nueva situación, se desestimó la lucha interna y el campo revolucionario fue víctima de los pusilánimes internos que prolongaron la consigna de Unidad, no avanzaron por el camino revolucionario; en contraste, la socialdemocracia fabricó el pacto de punto fijo y decapitó la posibilidad revolucionaria.
En esta etapa madurista, los revolucionarios, los socialistas, se han comportado con asombrosa candidez; al principio, atrapados en una estúpida consigna de unidad y lealtad, unidad que esteriliza y lealtad con los desleales. De esta manera dejaron el campo abierto a la restauración mientras, cándidos, peleaban con mariacorina o con borges, que no son en esta etapa los enemigos principales. La restauración, la contrarrevolución, la liquidación del Chavismo fue y es dirigida desde Miraflores.
Con el tiempo las aguas se aclararon, ya no son necesarios muchos argumentos para demostrar que el gobierno no es chavista, que apoyarlo es hacerlo con lo peor de la cuarta república: todo se ha restaurado.
En lo económico, el capitalismo entró al país como en una ganga, PDVSA es subastada, el país es hipotecado al imperialismo chino, ruso, gringo; la masa ha sido envilecida, el egoísmo, el oportunismo son sus divisas, la política se trocó en el mercado.
En lo político, la restauración ha ido más lenta, la fracción dirigente exitosa en la entrega, en la claudicación, no lo es en reformular lo político. La política requiere más recursos mentales, lo económico sólo pedía sinvergüenzura, el mandado lo hacen las trasnacionales, las leyes, las constituciones de la entrega son redactadas en bufetes extranjeros en complicidad con tinterillos nacionales.
La lucha interna en el interior del gobierno es feroz y es discreta, por eso es difícil de detectar en toda su dimensión. Por un lado está la incompetencia del grupito dirigente que no acierta nunca, la lista es larga, todo le sale mal, lo único que avanza es la calamidad, nos han llevado a niveles de adversidad nunca vistos, nunca imaginados. Este grupito no tiene más opción que buscar culpables. Al principio, esta postura no hacía mucho daño, era sólo retórica, pero luego se fue haciendo peligrosa, nos desliza a la guerra y al fascismo. Lo último es esa demencia de pedir indemnización por los colombianos en el país. Todos los días el grupito consigue algo para culpar a los colombianos, cada día el gobierno es más grosero. El grupito tiene sus voceros, que van jalando la cuerda hacia el fascismo y la guerra, hay algunos tontos que llegan a exponer sus hipótesis de guerra en la televisión. En el gobierno todos callan, todo es silencio, aprobación... pero la lucha interna, en silencio, se mueve. Un hecho corre la cortina. Leamos la noticia:
Se trata de un twitter de Prensa de FANB. GJ @vladimirpadrino: "Si alguna instancia entre nuestros gobiernos debe mantenerse intacta es el aspecto militar (…) nosotros suscribimos el tratado de UNASUR para construir una zona de paz, para eso debemos mantener la cooperación, soberanía e integridad territorial".
Esa fue la tónica que mantuvo el General Padrino en la reunión con el Ministro de la Defensa del Brasil. Pero las sutilezas de la política nos autorizan a pensar que el General se dirigía simultáneamente a los guerreristas loquillos del alto gobierno y a los guerreristas de Colombia. El tono sosegado, los llamados a la paz contrastan con los gruñidos de las altas esferas. Queremos creer que una corriente sensata se resiste a acompañar al grupito del gobierno en sus locuras, considera que ya se está pasando la línea de lo tolerable. La lucha interna está viva.