El Estado unitario es corruptor de nacimiento, todo Estado unitario, en cualquier tiempo, espacio y forma de gobierno, es siempre personal: el Estado es el jefe del Estado. Y como absorbe la iniciativa de los organismos provinciales y municipales, sustituye con la ley de su voluntad la autonomía de esas sociedades: de aquí la desorganización, y de ésta la corrupción. Eugenio María de Hostos.
"Vox populi, vox Dei" según la máxima de vieja data de un aforismo latino-La voz del pueblo es la voz de Dios-; pero la hiperinflación, la diáspora, y la perdida de calidad de vida, han creado una situación de alarma internacional, llego a la conclusión que aún no hay la suficiente articulación para que el pueblo demande cambios, cuando el gobierno dispone medidas de control que atentan contra sus intereses.
El pueblo venezolano, incluidos los errantes por el mundo somos todos los sectores, ciudadanos, empresas, sector público, como lo llaman ciertos actores de la política, los que estamos aguantando la pela sin decir ni pio.
En la política venezolana se ha perdido la prudencia, la conciencia y el cuidado en el mensaje, debido a que muchos políticos no se miden en sus declaraciones, opiniones, y en la acciones que hasta ahora han resultado erráticas, pues a esos viejos carcamales de la política, más temprano que tarde el pueblo les pasará factura por este desastre económico y por la perdida de calidad de vida, tan descabellada que se está viviendo hoy en día, por estos altos precios que rayan en el atraco por excesivos, donde la impunidad campea libremente en el comercio inescrupuloso y especulador, y por tanto "defensor revolucionario" a ultranza de los actores causantes de estos latrocinios contra el pueblo venezolano. ¡Qué cara de tabla tienen muchos! es más que evidente lo que ha pasado, y como los recursos de nuestro país, han sido dilapidados sin el mas mínimo pudor, donde toda la infraestructura de los servicios públicos e institucionales lucen desbastadas, y aún así, ciertos "revolucionarios" se atreven arropados bajo el mal llamado "espíritu de que Chávez vive, y la patria sigue": ¡Me cago en la hostia coño!, defendiendo ciegamente a toda costa a la catástrofe económica en que ha caído Venezuela, sin que les importe la gravedad de las penurias del venezolano, y la destrucción de la nación.
Si el pueblo tuviera las esféricas bien puestas, como las tuvo en la época independentista, que hoy en pleno siglo XXI debería tener, ya estuvieran todos estos charlatanes en la cárcel o fuera del poder, sin tanto circo de baja estofa por el medio. Es increíble a donde hemos llegado; saquean el erario publico, y adoptan posturas de víctimas afligidas del fantasmagórico imperio, cuando les toca la hora de responder ante este desastre de un país que vive de cola en cola, y con una mega inflación. Aquí no tarda en aparecer un nuevo liderazgo, sustentado en el apoyo, y la decisión mayoritaria del pueblo que debe ser respetada, y donde se implementen los mecanismos necesarios para que todos se puedan expresarla libre, y de manera soberana, y contundente, y eso se llamaría: elecciones libres o consulta popular abierta con supervisión internacional. Los politiqueros de ambos bandos saben que el pueblo está esperando por un liderazgo emergente que con un solo fosforo encienda la pradera, para iniciar su propia batalla día a día, sin perdidas de tiempo para perseguir, y abatir la hiperinflación, y evitar que le metan un coñazo de hambre nuevamente al incurrir en el menor error, pues para derrotar este desastre, y los delitos cometidos que han arruinado la república, en este proceso de reconstrucción nacional deberán estar los mejores hombres, y mujeres mas competentes para manejar la cosa publica.
La falta de producción, la inflación y el hambre, asedian sin compasión al país en lo que va de año, manteniendo sumiso al pueblo, mientras por los caminos verdes, los paraísos fiscales, y las puertas traseras, lo despluman en su economía, esto se tiene que acabar.
El actual gobierno debe entender que el poder no es eterno, que solo cumplen temporalmente un mandato que se ha dejado correr mucho, y que de ninguna manera se le puede transformar en un endoso indefinido de poder absoluto al neo parasitismo militar, que hoy tiene cercado al pueblo venezolano con los miles de puntos de control militar que promueven el delito, y el hambre en ciudades, y carreteras cuya matraca impiden el libre transito, el comercio y la producción nacional.
