Si no es "originario", por lo menos es más fiel

El país no puede defenderse del ataque imperial si no está unido. Y para estar unido necesita de una razón sagrada, una idea suprema de justicia, la unidad no es posible en una sociedad con necesidades y ventajas desiguales, con privilegios.

Si queremos unirnos necesitamos una democracia auténtica, una práctica social democrática. No la democracia burguesa, esta democracia burguesa, pensada para países choretos como Venezuela, donde cada 6 (cuatro o cinco) años se concurre a unas elecciones de candidatos impuestos a deo por los distintos partidos y grupos de poder, una típica democracia clientelar; cada 6 años y cada tres, los partidos se ocupan de la gente, convocan a sus electores a votar a cambio de promesas vacuas, en el caso del gobierno: dinero y comida (ahora chantajes), pero la gente no participa del gobierno, ni siquiera es consultada de manera efectiva sobre las decisiones fundamentales; el "poder popular" es una mampara, otro pretexto para manipular a un pueblo sometido y temeroso; ¡todo eso está simulado!.

El gobierno hace ver a la opinión pública y a la masa electoral que las decisiones, que toma un grupito a puerta cerrada, son el fruto de la voluntad de Chávez, y que Chávez, o esa máscara de Chávez, es la voz del pueblo (Chávez llama a votar por Maduro, ergo, Maduro representa la voluntad de Chávez). Y por supuesto, esto es mentira.

Antes de esta crisis política-económica-social, después de la muerte del comandante, ya Maduro y su grupito estuvo haciendo las cosas a su manera. Lo primero fue cambiar el Plan de la Patria presentado por Chávez en el CNE, en el 2013.

En el mismo año 2013 fue encartado en la prensa chavista (Ciudad Caracas y Correo del Orinoco) una versión falseada (de color rojo), otro plan, enterrado sobre el original, mutilado también de su "presentación" (redactada por Chávez), y algunas ideas esenciales. Antes de morir Chávez ya se había redactado, todo fue muy rápido (…uno dice esto y muchos defensores e incondicionales de Maduro, que escriben en Aporrea y en otros sitios, son incapaces de averiguar si lo que decimos es verdad o es una manipulación de nuestra parte, o darle la importancia que se merece. La trampa, la picardía, la mentira, pareciera que no es fundamental a la hora de juzgar el resto de la conducta política y personal de este grupo de dirigentes, amén de las consecuencias políticas-económicas-sociales que ha acarreado)

Este acto de magia significa que estuvieron reunidos de forma conspirativa para tomar el control del gobierno desde el principio de la enfermedad de Chávez, distribuyeron responsabilidades y cuotas del poder, DESDE ANTES DE MORIR Chávez; se trató de una conspiración, para alejar del gobierno a chavistas realmente fieles que ocupaban en ese momento puestos claves para su propósito, o que eran molestos para sus planes: Ana Lisa Osorio (Ambiente) Giordani (Planificación) Rafael Ramírez (Petróleo)…, tres de los puntos neurálgicos del plan que fue clavado sobre el original: la entrega a los privados del negocio petrolero, el asalto al Arco Minero y la adulteración del Plan de la Patria original. No hay que tener mucha imaginación para ver coincidencias… hasta el caso de Héctor Navarro fue incómodo para ellos: demasiado correcto para sus marramucias.

Los ministros de economía que siguieron a Ramírez y Giordani pasaron sin pena ni gloria ¿Quién se acuerda de Luis Sala? A Maduro y su equipo de "pragmáticos" les resultó demasiado "intelectualoide" y socialista el joven.

El problema no está en lo que piense Maduro de sí mismo y de los chavistas llamados "originales", el problema no está en las maldiciones de Maduro, el problema está en que muchos no vean en este acto de "mala fe y mentira", un problema central para explicar todo lo que ahora está pasando.

La crisis actual no es, ¡ni de vaina!, la crisis de hace cinco años. Hace cinco años se hubiera podido evitar toda esta locura, es decir, esta falta de cordura, cobardía, desbandada de directores, ministros, vice ministros, cada quien haciendo y deshaciendo a su antojo y manera, unidos solo por la ambición y la complicidad en el desastre, ¡gastando hasta no más poder!, sin un jefe claro, sin dirección política clara, sin un líder, solo Maduro.

El pretexto de la "guerra económica" (ahora el de la intervención militar) ha disculpado todos los errores cometidos por carencias reales, políticas y de carácter personal; la "guerra económica" ha servido tanto para justificar todas las anteriores indolencias, las irresponsabilidades, como los celos, envidias y codicia. La "guerra económica" funciona un poco como las computadoras de Raúl Reyes en el caso de las acusaciones a las Farc y a todos los enemigos del gobierno colombiano.

¿Qué es una revolución socialista si no una guerra económica?, una "lucha de clases" que afecta la economía de los más ricos y que los más ricos, que no se dejan, la usan para afectar a los más pobres y trabajadores, para someterlos y conservarlos como base material de sus privilegios. Es imposible que la clase social que vive con todos los privilegios seda pacíficamente sus espacios al resto de la sociedad. Eso no existe. Pero el gobierno en esta guerra quiere apagar el fuego con gasolina, le sigue dando dinero a los conspiradores y oportunidades al enemigo.

Sin embargo, la "guerra económica" les ha servido a los asesores del gobierno, no nada más para justificar el plan de conciliación con los capitalistas extractores y mercachifles, sino para justificar las consecuencias derivadas de ese despropósito político, es decir, todo esto que ahora estamos sufriendo. El gobierno es el sapo y sus aliados capitalistas son el alacrán, la diferencia con la moraleja está en que ese alacrán sabe nadar. Y nosotros hacemos vida sobre el lomo de un sapo envenenado.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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