Mi palabra

Tragedias y saqueos

"Una desgracia va siempre

pisando las ropas de otra:

tan inmediatas caminan.·"

William Shakespeare

El miércoles muy temprano, tuve la oportunidad de compartir una corta, pero muy amena conversación, con un amigo, nacido en un caserío muy cercano a la población de Píritu, del estado Portuguesa. Le di la cola, para una parada, donde iba esperar el transporte para trasladar a su humilde vivienda, y en el recorrido, aprendí bastante de este campesino, lleno de entusiasmo para enfrentar las enormes dificultades en medio de la crisis de nuestro país; casi bajándose del vehículo, me dejó escuchar una expresión, que parece muy sencilla, pero encierra una gran verdad: ¡Los animales, por ser animales viven tranquilos; somos los humanos, los que vivimos en una permanente pugna, y no hay una familia peleada, y en la mayoría de los casos por el dinero!

El fallecido poeta checoslovaco Václav Havel, nos dejó un pensamiento de una gran profundidad visionaria, cada día demostrado con hechos en los diferentes medios de comunicación: "A menos que haya una revolución universal en la esfera de la conciencia del hombre, nada mejorará nuestra existencia humana, y la catástrofe a la que se encamina este mundo (...) será ineludible". Con solamente abrir la página (APORREA) podemos comprobar las afirmaciones de estas dos personas, con niveles culturales muy distintos, y separados por el tiempo en que han vivido, pero coinciden en el camino de la vida, por alertarnos de los conflictos creados por el ser humano.

Abrir APORREA, es encontrar el drama de la humanidad: tragedias por todas partes–sin tomar en cuentas las producidas por la naturaleza– como para preocupar a cualquier ser pensante. Lo más reciente, tiene su origen en conflictos religiosos, como es el caso de Robert Bowers, presunto autor del tiroteo en el edificio (Árbol de la vida; suena paradójico) utilizado para el culto, y la congregación judía en Pensilvania (EE.UU); lo triste de esto, es la respuesta del pistolero Donald Trump, vía twitter: "Estoy mirando los eventos que se desarrollan en Pittsburgh, Pennsylvania. Las fuerzas de seguridad están en la escena. Las personas en el área de Squirrel Hill deben permanecer refugiadas. Parece que hay múltiples muertes". Ningún país del mundo, se escapa de la violencia, dramas, y tragedias, porque en la misma página, nos encontramos tres noticias de Venezuela, muy tristes y lamentables: la muerte de una pediatra, para robarla; el hallazgo del cuerpo sin vida del médico cirujano Carlos Bravo, jefe de Cirugía del Hospital Clínico Universitario, y la otra la desaparición de tres estudiantes en San Cristóbal (Táchira).

Todo esto conforma el grado de violencia en el mundo, pero lo que no podemos apartar, ni esconder, y menos pasar por alto, es la cantidad de conflictos creados por el imperialismo en su afán hegemónico, y para esto se apoyan en dos herramientas muy poderosas: el dólar, y las armas. Algunos países, lentamente le van socavando la economía a través de la moneda, como han venido haciendo en los últimos años en nuestros país, hasta crear una hiperinflación asfixiante, a tal punto, que el último aumento del Presidente Nicolás Maduro, lo han convertido en una partícula en el bolsillo de los trabajadores, y por el ritmo que lleva, los 1800 bs soberanos, no van alcanzar ni para comprar un kilo de cochino en diciembre. Todas las medidas contra nuestro país, de parte del gobierno estadounidense, son para crear el caos total, y después lanzar una invasión, como desean un grupo de apátridas, totalmente divorciados de la realidad mundial.

¿Quién es el enemigo? En el caso de Venezuela, no podemos apartar errores del gobierno, y una corrupción heredada de 40 años de gobiernos de la IV República, que enseñaron a robar, y en estos momentos ha pasado los límites de la exageración, con los millones de dólares, que se han llevado, descapitalizando al país, y ahora nos encontramos, sin dólares, ni corruptos; y cuando son aprendidos se presentan las excusas, precisamente amparados en las montañas de dinero robado. Todas estas acciones, pasan "desapercibidas" por el imperialismo, para seguir golpeando la maltrecha economía venezolana, sin embargo ¿Qué espera a otros países en América? El ejemplo es muy claro: Argentina, a pesar de tener un gobierno sumiso a los Estados Unidos, la empieza arropar negros nubarrones, y los que ayer aplaudían, hoy se encuentran con los brazos cruzados, y las caras destempladas; Colombia, a pesar de socavar en parte la economía de Venezuela, con el contrabando de extracción, empieza a sentir el peso del dólar en su movimiento económico. Razón tenía el Libertador Simón Bolívar, cuando hablaba de la unidad, y por eso el imperialismo no descansa en crear la división, y conflictos armados fomentando el caos, como hicieron en el medio oriente.



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Narciso Torrealba


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