El periodista se encontraba sentado en la plaza Corazón de Jesús de su pueblo la Tacarigua de Margarita, bajo el ventilador natural de un guayacán y observando la bella imagen del Santo nombrado, quien es el patrón del lugar, ahí mientras esperaba su esposa, los recuerdos de su niñez le refrescaron la memoria y la nostalgia.
En eso estaba, cuando llegó su amigo Pablo, jubilado del Seniat, a quien observó apesumbrado, triste y preocupado, y por tanto, luego de los saludos de rigor, le preguntó:
- Amigo, ¿qué te sucede que andas más triste que borracho despechado?
- No voy andar y cualquiera lo haría, pues como tú sabes yo soy jubilado del Seniat y ahora están pagando por semana y sucede que el viernes pasado cuando revisé mi pago, me dí cuenta que mi salario era de 162 soberanos, más la cesta ticket, de bs 180, me da un total de bs. 342. ¿Qué puedo comprar con eso? ¿Qué te parece?
- A mí me parece inconcebible, triste y preocupante.
- Claro, amigo, y lo más grave de esto es que el gobierno pretende que uno compre con esto comida y medicina y que ahorre en oro y en petro.
- Pero por ahí leí que el Seniat recaudó 25 millardos 742 millones de bolívares soberanos en octubre, y de eso ¿no les toca nada a ustedes?
- El Sr. Superintendente se jacta al informar esa cifra, pero no se acuerda que nosotros a base de nuestro esfuerzo, de nuestro sacrificio, de nuestro profesionalismo y mística del trabajo, colaboramos para que el Seniat haya sido reconocido como un buen ente recaudador.
-Y ¿eso lo sabrá el Presidente, quien fue obrero y sabe de esas luchas?
- Al parecer no, pues ahí hay un cerco que impide que el Presidente sepa ciertas cosas y tome medidas y le jale las orejas a los responsables de tener a los adultos mayores del Seniat pasando necesidades. Pero eso lo debe saber Diosdado, Delcy y Jorge Rodríguez, entre otros. Ojalá tengamos suerte y esto lo sepa Nicolás Maduro.
- ¿Qué están haciendo al respecto?
- El Gremio de jubilados con sede en Caracas ha tomado ya varias acciones y hasta se ha reunido con gente de Recursos Humanos, aunque no han podido reunirse con el Superintendente; pero se hace necesario que todos los pensionados y jubilados que habiten en Caracas, apoyen masivamente al gremio para obtener de nuevo nuestros derechos, y no nos sigan pagando a todo el mundo el sueldo mínimo de 1800 soberanos, irrespetando jerarquía, grado y experiencia de los compañeros.
El periodista viendo que ya venía su esposa, se despidió de su amigo Pablo, no sin antes desearle que tengan éxitos en sus pedidos, porque en verdad los jubilados sean del organismo que sean, merecen vivir el tiempo que le queda de vida, sin angustias, sanos y llenos de alegría.