Entramos en una etapa de alto peligro para la cúpula del gobierno y para la sociedad toda. El desespero es el síntoma que marca la situación terminal. Ya las mentiras no le funcionan al gobierno, cada día que pasa aumentan sus contradicciones, ya no encuentran culpables. Son tiempos de alerta general: la pradera está seca, la fiera está herida, una chispa puede cambiar radicalmente la situación. Veamos.
El Partido Comunista de Venezuela acusa a los militares de asesinar a un miembro de su Comité Central. Denuncian que era un militante en franca lucha contra los terratenientes en el sur del Lago de Maracaibo. El Partido Comunista es miembro del Polo Patriótico. La denuncia presume seriedad. La imputación tan grave y tan directa indica un recrudecimiento de la represión que adquiere colores de pranato. Igual se podría hablar de Guayana, de allá llegan noticias cargadas de cadáveres todos los días. El país, a falta de un gobierno serio, coherente, nacional, se está fragmentando en pequeños feudos locales, en los que impera la ley de la selva. Y los militares se van convirtiendo en brazo armado de esos intereses parciales.
Ahora el presidente se supera a sí mismo y arremete contra Velásquez y contra De Grazia, los acusa de pranes del oro, y delira lo que se considera una sentencia de muerte. Leamos un párrafo del comunicado de la Causa R
"La Dirección Nacional del Partido La Causa R, alerta y denuncia ante los venezolanos y la comunidad internacional, que el día de hoy el tirano Nicolás Maduro, quien ostenta ilegitimamente el poder en Venezuela y es responsable directo de delitos de lesa humanidad, ha fabricado una siniestra acusación falsa contra nuestros líderes Andrés Velásquez y Américo de Grazia, a quienes llamó "pranes del oro" que según él deben "extinguirse y desaparecer, lo cual es una clara amenaza de muerte contra unos dirigentes que han denunciado con valentía y en todo momento los atroces crímenes cometidos en el Arco Minero" .
El gobierno está desesperado, nada le sale bien, no es necesaria una lista de sus fracasos, todos los sentimos en estómago y alma propia, no son suficientes las mentiras para ocultar la realidad. En esta situación, en el desespero, aflora la verdadera condición del gobierno, mala señal lo que hoy emerge. No es el reconocimiento de un solo fracaso, no es un propósito de enmienda, no es la sensatez de una renuncia a tiempo. No, lo que se ve es surgir el talante represivo, altamente cruel. No tener ideas, no tener razones conduce al humano a los límites de la caverna, la ley del más fuerte, el odio desatado, así el gobierno cae en la tentación de saltarse toda ley, toda ética, cualquier crueldad es válida para mantenerse. Ahora nos hace recordar aquello de que le provocaba lanzar a los corruptos desde un helicóptero imitando al presidente filipino.
Quiénes lo irán a acompañar en este final dramático de la aventura, hasta dónde llegará el gobierno, quiénes se desmarcarán de la infamia… en miraflores se miran con recelo...
¿Cuándo llegará la chispa, cuál será?
