Es impresionante como la política o mejor dicho la mala política y el trabajo de la oposición a través de los medios de comunicación ha enfermado a una buena parte de la población, al extremo que no reconocen ni cuando les va bien.
El día domingo decidí comprar unas empanadas para desayunar en casa, cuando llego al local, el cual tenía un buen número de comensales, tenían problemas con el punto de ventas, y tuvimos que pagar en efectivo, lo cual ya no es ningún problema ya que con la acertada decisión del Gobierno Nacional de autorizar que los bancos le den al ahorrista todo el dinero que deseen sacar se acabó con la mafia de los billetes, más sin embargo, el dueño del local, el cual está ubicado en el casco colonial de El Hatillo, no paraba de vociferar los males de su negocio achacándole todas las culpas al gobierno nacional, "que no hay punto, que la harina de maíz no se consigue, que es mejor vivir en Estados Unidos, que sus hijos están allá y son felices ". Si luis, te lo creí, si son tan felices y están tan bien que hace todavía aquí, cuidado si no tiene que mandarles dinero, para que se mantengan, esa es la realidad de quienes se dejan gobernar por la fantasía y no por la realidad.
Todo este cuento, es para que, realmente se entienda como el demonio de la mentira que la oposición ha ido tejiendo a enfermado hasta al más próspero comerciante.
El que crea que Venezuela está mal lo invito a que se dé una vuelta por el boulevard de Catia y se acerque por las tiendas, de hecho me llamó la atención el sábado que recorría tiendas, una que estaba abarrotada de personas, haciendo colas para probarse unos zapatos, si señores la tienda, vende zapatos de la marcas NIKE, ADIDAS, entre otras marcas importados, pude observar que los más baratos tienen un costo de Bs S 7.000 y la gente comprando, pareciera que existen dos dimensiones una de venezolanos alegres comprando y disfrutando y otra la de los demonios amargados y enfermos que buscan inflar los precios de los productos y servicios para generar caos, y que además viven en un estado de constante amargura.
La pelea es peleando y la verdad al Gobierno se le ha hecho cuesta arriba enfrentar estos demonios, no dudó que al final serán vencidos y el país saldrá fortalecido, porque así como hay demonios tratando de afectar la economía, conozco y reconozco algunos emprendedores que están claros en la necesidad de producir, para transformar el país, y están en estos momentos comiendo los frutos verdes, para disfrutar de los frutos maduros, que la perseverancia pronto les dará.
No significa esto que no hay problemas, claro que los hay, pero los problemas inducidos, han magnificado los problemas coyunturales, producto de políticas erradas, ineficiencia y corrupción, elementos con los cuales no estoy de acuerdo, ¿pero esa ineficiencia y corrupción, de donde proviene?, ¿Será sólo de las instancias del gobierno?, O también hay opositores involucrados con supuestos afectos del gobierno que han logrado colarse en las esferas del poder y el demonio de la corrupción los ha unido. Allí, está el caso del yerno del fugitivo ex Alcalde mayor Antonio Ledezma, o es que ahora van a decir que es mentira.
Bueno lo que quiero significar en esta Venezuela bidimensional, es que si de manera objetiva recorres el país, te puedes percatar que las cosas no están tan mal, como como los demonios del desastre pretenden hacer ver , y de esta forma seguir perjudicando la economía, porque se dieron cuenta que ese es el lado flaco del gobierno, quien en veinte años no ha logrado reactivar la economía, tal vez, porque está tratando de cambiarla con los mismos empresarios parásitos que el comandante Chávez tanto crítico.
Pero lo más importante, hay un buen número de emprendedores dispuestos a producir a activar pequeñas y medianas empresas, que ayuden a sacar adelante al país.
Las esperanzas están puestas en el Petro, para poder evadir el demonio de las sanciones del gobierno de los Estados Unidos, a ello apostamos con fe, Dios no le da carga a quien no la puede llevar, por eso sé, que de esta saldremos fortalecidos y Venezuela en vuelta de unos pocos años se convertirá en la pequeña potencia que debe ser.