"La razón y el valor siempre se impondrán
a la traición y a la ingratitud."
Platón
La crisis que estamos viviendo, se presentó en un abrir y cerrar de ojos; por la rapidez, muchos no salen del asombro, y mire que no es cualquier cosa, porque al más "pintado" espanta, y después para detenerlo, se hace sumamente difícil; muchas veces ni siquiera voltean para ver lo que dejan; otros, si tiene algo lo venden, porque piensan, que en cualquier parte, donde va a parar la carrera, se les va presentar la oportunidad para recuperar los bienes subastados. En medio de toda esta situación, se encuentran los que al unísono acusan a Nicolás Maduro, del ser el único destructor del legado del Comandante Chávez. Solamente les falta: compararlo al personaje de "rambo" protagonizada por Sylvester Stallone, creado por el cine estadounidense, para embelesar a un público amante de la violencia, y de ahí, los lamentables casos de tiroteos en la vida real, dejando una cifra lamentable de muertos, haciéndose una costumbre en los Estados Unidos.
Los argumentos presentados por acuciosos acusadores, en primer lugar, parecen extraídos del mismo baúl, solamente cambian la presentación, cuidando en mesclar la acusación, con la supuesta incapacidad del acusado, haciéndolo ver, como una persona, totalmente ido de la realidad que se está viviendo; y en segundo lugar, no es simple casualidad, que por muchas explicaciones, siempre terminen coincidiendo con las intromisiones de la política imperial de Donald Trump, hacia Venezuela. Muchos de ellos se regocijan antes cualquier medida implementada y lanzada por el gobierno estadounidense, y además presentan sus justificaciones. Los más desvergonzados se van por la calle del medio, pidiendo una intervención armada.
Nada de esto, es nuevo, pero es sumamente peligroso; por algo el refrán popular lo dice muy claro: ¡A rio revuelto ganancia de pescadores! ¿Quiénes son esos pescadores? En ningún momento los imperialistas, apartan la mirada de nuestro país, y es tanta la indiscreción, que por momentos, los opositores venezolanos, hablan con la misma arrogancia de cualquier funcionario del gobierno de Trump; la muestra más clara la dejó, Todd Robinson, el negrito faramallero –como lo calificó un amigo– de quien nadie se acuerda, al ser expulsado por el gobierno venezolano, pero se convirtió en una especie de alerta para lo que venía, y estamos viviendo: la acelerada guerra mediática contra el gobierno.
Todos los intentos de Maduro –el apellido más nombrado– para enfrentar las tempestades de un sistema inhumano, que equivocadamente el Comandante Chávez, en las primeras de cambio, dio por llamar socialismo a la venezolana, como si esto se da por un simple decreto, las han venido echando al suelo. La mayoría de los "economistas" opositores entre ellos José Guerra, negaban la reconversión, impulsada por Nicolás, y entre los argumentos que difundían todos los días, estaba la imposible salida del nuevo cono monetario para la fecha señalada; cada momento se escuchaba ¡Esos billetes no van a estar listos para el 20 de agosto! Sin embargo, pudo más el empeño por tratar de salir de esta maraña, a donde nos han llevado el imperialismo, y sus títeres, que a los pocos días, cualquier venezolano cargaba los billetes en los bolsillos, realizando las compras, y defendiéndose de los usureros, dejando a muchos trasnochados con los ojos claros, pero sin vista.
Antes esta realidad, los enemigos no se podían cruzar de brazos, y buscaron todos los medios posibles, para pulverizar el aumento de 1800 bs S, hasta convertirlo en una simple referencia de la reconversión. Ahora antes una hiperinflación, como llaman los economistas, pero, que no se necesita saber mucho de economía para sentir el impacto en el bolsillo, se presentan los "salvadores" entre ellos el inmaculado de Rafael Ramírez Carreño, quien en cada escrito, no sé, si se refiere a la crisis, o está "vendiendo" su candidatura para una próximas elecciones. Todo lo que escribe, y declara es, en un tono alabancioso, bajo el ala protectora del inmortal pensamiento del comandante Chávez, presentando a Nicolás Maduro, como el enemigo de lo hecho, y por supuesto el causante de la grave crisis; sin embargo, voy a repetir una expresión de un amigo: "Te voy a creer, para que no te pongas bravo", porque los que en verdad sufren la espantosa situación, la gran mayoría se muestran incrédulos, por lo que dicen, y hace poco le escuché a un hombre del pueblo: "La verdaderos culpables están afuera, ricos, y siguen echando vaina". Esto parece cierto, porque la oposición en Venezuela, está desapareciendo, como el aumento decretado por el valiente Nicolás Maduro Moros.