Mi palabra

Cabezas con hiperinflación

"Los objetivos básicos de la educación

deber ser aprender a aprender,

aprender a resolver, aprender a ser".

UNESCO

No sé, si estoy en lo cierto, o es una exageración, pero uno de los pocos economistas, que lo veo declarando sobre la grave situación económica del país, es precisamente Rodrigo Cabezas–ex ministro de finanzas en el gobierno del Comandante Chávez– quien prácticamente lanzó el ancla, en lo más profundo de las embravecidas aguas de la economía venezolana, y no haya, como bajarse, para no seguir navegando en medio de la tempestad, y así deslindarse definitivamente de cualquier responsabilidad.

El estimado profesor, en una intervención en la calurosa Maracaibo, salió con una afirmación, nada creíble; con el único fin: enriquecer el glosario del laboratorio mediático contra Nicolás Maduro: "el presidente de la República, Nicolás Maduro, ordenó a sus ministros no hablar de hiperinflación" De lo contrario, no dijo absolutamente nada nuevo, y son tantas las coincidencias con el ex gerente de PDVSA, que parecen dos alumnos, leyendo el mismo libro.

Sin embargo, para dudar en mi apreciación, sobre la opinión del profesor universitario Rodrigo Cabezas, transcribo un pensamiento de Aristóteles: "La economía se encarga de estudiar los procesos de producción, conmutación (intercambio); más no negociación; distribución y consumo de bienes y servicios, entendidos estos como medios de satisfacción de necesidades humanas y resultado individual y colectivo de la sociedad". De esto no dice nada, el amigo Rodrigo, y precisamente ahí está el meollo del problema en Venezuela, y en cualquier país capitalista en el mundo, y, ese, es el punto de partida para las grandes desigualdades sociales.

Nadie puede negar, como la hiperinflación se devora todo, y esto ha venido creando una desidia e indiferencia en la población, manejada precisamente por los laboratorios mediáticos, y para mi entender, es lo más peligroso; más cuando un sector de la oposición, y el imperialismo, tienen un fin, muy bien marcado: el caos total. Todo esto ha permitido, que no se respeta nada, y casi nadie se acuerda de los precios acordados, y el espiral inflacionario, siguen subiendo de manera tan alarmante, que un férreo opositor al gobierno de Maduro Oscar Heck, salió con un artículo nada gracioso: (Estoy pensando comer perros y gatos).

En una parte de su intervención, toca el tema de la rectificación ¿Cuál rectificación? Todos los mecanismos puestos en práctica por el gobierno, para aliviar la pesada carga del pueblo, en lo que se pela una mandarina, la echan al suelo, y después ponen las críticas en boca de las personas, que precisamente están ahogando. El aumento de 1800 Bs S, parecía un paliativo, y en estos momentos, lo que se escucha es la frase muy trillado ¡Fue peor, el remedio que la enfermedad! ¿A quién culpamos? La dependencia de nuestro país, con el dólar, es una verdadera guillotina; ahora nadie nombra la página (dólar Today), porque los causantes de cualquier mal, callan, aun, cuando estén actuando, y saben que tienen quienes les hagan el trabajo –Rodrigo Cabezas– Por eso recomiendo un artículo–se consigue en internet– (La economía de Aristóteles, justicia en la economía del intercambio, y en la economía política) de S. Todd Lowry, de la Universidad de Virginia, Estados Unidos, donde encuentra muchos argumentos parecidos, a lo que estamos viviendo en Venezuela.



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Narciso Torrealba


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