La pregunta es una mancha en el alma colectiva, no ha merecido investigación, sólo ha recibido olvido. La falta de una respuesta creíble a esta importante pregunta es un vacío en la historia que incide en las calamidades que hoy vivimos, y dificulta la construcción de un futuro feliz. No es posible que una sociedad dé la espalda, se desentienda de esa manera con el hecho mas importante de su pasado y pretender que eso no tendrá consecuencias en su vida. Este artículo aspira aportar a la discusión que busca respuesta a esa vital importancia. Veamos.
Es propio de las dictaduras ocultar la verdad, sobre todo de sus problemas internos. Legendario es el asesinato de juancho gómez, hermano del general gómez, asesinado en miraflores, y hasta el sol de hoy no se sabe que pasó allí.
Pero también las dictaduras y los pranatos deforman la realidad, usan la mentira como una poderosa arma contra los adversarios, usan el linchamiento moral. Ya el Libertador alertaba cuando decía a los colombianos:"han abusado de vuestra credulidad".
Las dictaduras burguesas, y aquí debemos incluir a las democracias burguesas y a las dictaduras propiamente, tienen que usar la mentira para deformar una realidad que no pueden reconocer, porque sería admitir el fraude que les sirve de fundamento. Huyen a la verdad, la verdad es su enemiga. Es conocido el axioma de que "la verdad es la primera víctima en una guerra". Y si recordamos que el capitalismo es una guerra de todos contra todos, de propietarios contra desposeídos, entenderemos que vivimos en el reino de la mentira.
Ya vamos entendiendo por qué el gobierno no quiso investigar el asesinato de Chávez, (saber que lo mató el capitalismo, impediría la entrega del Socialismo) y entendiendo también el uso de la mentira para el asesinato moral de sus adversarios. Un ejemplo que pasará a la historia como una de las persecuciones políticas más espantosas en este lado del mundo es el ataque al Ministro Ramírez, quizá comparable a la persecución a Trotsky (sin que se ofendan los troskistas).
La operación en contra de Ramírez es digna de estudio en las escuelas de comunicación, de criminología: un pranato poderoso mueve sus funcionarios y su inmenso poder mediático para crear la imagen, primero de un funcionario corrupto, sin pruebas, la acusación se alimenta a sí misma: el presidente dice que es corrupto porque el fiscal, que es un esbirro personal del presidente, lo afirma. Montada esta imagen, que va aparejada con la persecución a todo el que huela a ramirismo dentro del gobierno, cuando piensan que ya está liquidado como peligro, que pueden seguir sus trastadas sin obstáculos, entonces pasan a la segunda etapa. Culparlo de todo lo malo que suceda o esté por suceder: el hundimiento de PDVSA, obra prima del fiscal esbirro y de quevedo, la hiperinflación, la escasez, los incendios en Florida. No contento con esto, fabrican otra historia. Ahora resulta que el Ministro Ramírez no tuvo un comportamiento heroico en la derrota del sabotaje petrolero; ahora, según la historia del pranato, Maduro no quería conciliar con la meritocracia, y el "Documento Monteverde" que leyó Chávez en el Consejo de Ministros nunca existió.
Esta historia que hacen los gobernantes se la podrá tragar la gente dentro de cien años. Pero ahora que por allí están los militares que conocen la historia real, los obreros que vivieron aquellos días, los ministros que acompañaron esa gesta, esos saben la verdad, y quizá, sólo quizá, alguno escriba algo, hable, contribuya un poco a que no abusen de la credulidad de la masa.
Y llegará el día en que, parafraseando a Pablo Milanés, "pisaremos las calles nuevamente, de Caracas ... Y pagarán sus culpas los traidores".