"Una nación sin elecciones libres es una nación sin voz, sin ojos y sin brazos". Octavio Paz.
Nota de prensa: Durante una ceremonia de ascenso de unos 2.000 oficiales de rango medio en Caracas, el ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino López, aseguró que existe planes para generar un quiebre en la Fuerza Armada por parte de la oposición venezolana. El ministro instó a los militares a no caer en las "tentaciones del diablo", porque según él anda tocando a las puertas de los oficiales para quebrar su lealtad al presidente Nicolás Maduro. "No nos dejemos, queridos hermanos, compañeros, quebrantar por las tentaciones del diablo que siempre andan por allí tratando de socavar la integridad moral. En estos momentos de dificultades y de grandes complejidades, las tentaciones están allí, a la esquina, y andan tocándole la puerta a uno por uno a ver quién dobla las rodillas, a ver quién cae en la tentación", dijo Padrino. Fin de la nota.
Son sorprendentes estas declaraciones del ministro Padrino. Me cuesta leer la "noticia" de una posición que el gobierno venezolano mantiene desde hace cinco años. Nunca, ninguna autoridad nacional había expresado la más remota posibilidad de que en Venezuela se vaya iniciar una transición política. Sin embargo, creo que hubo otros momentos de su intervención más destacables, cuando aseguró mas o menos así se entendió, que esta vez los cambios en la economía son estratégicos, y vienen para quedarse, es decir que no habrá marcha atrás. Así como la lealtad es al presidente Maduro, y no a la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, la cual a su criterio a como se interpreta en buen cristiano, es que se la pasa por el forro.
La gran preocupación es que ahora las máximas autoridades del gobierno, dicen que los ‘cambios constituyentes’ tienen un carácter permanente. Y que son un mal necesario para salir de la crisis, o sea el de un nuevo modelo de economía y sociedad.
Los venezolanos parecen ya estar a acostumbrados como los cubanos a los cambios para atrás. Como los realizados en Cuba en 1968, donde en una sola arremetida se estatizaron todos los pequeños negocios, y en un día de 1993 se legalizó el dólar, como unos ajustes del modelo totalitario cubano.
En lo que queda de la Venezuela del 2018, tenemos un déficit de liquidez de divisas que hace más trabajosa cualquier recuperación, la crisis económica dificulta la recuperación, y también nos falta prepararnos mentalmente para los cambios, como seria el impulsar un Doi Moi vietnamita (la renovación) donde lo más importante es el cambio de mentalidad del venezolano, el de sacarle el rancho de la cabeza.
Aquí tiene que haber una política más decidida y trasparente con los dirigentes que roban, con los negligentes y en particular, con aquellos que ya han probado en forma repetitiva su incapacidad, en el manejo de los recursos. Hay que crear las condiciones para impulsar nuevos cambios en beneficio de la gente.
Yo le pregunto al ministro Padrino, si se les es tan difícil arreglar el entuerto que hicieron en estos 5 años, si tienen tantas dificultades porque no se largan, y dejan al país tranquilo, y que otros con menos mañas resuelvan la situación. Algo así se les agradecería infinitamente, y ellos se "ahorran todos los sacrificios que hacen por la patria, y el pueblo venezolano". Esta gente que ha gobernado a Venezuela solo sabe destruir, crear envidias, celos, problemas, y para nada logran hacer algo provechoso. Muchos países han logrado un sistema de salud, y educación mejor que el de Venezuela sin tener que esclavizar a un pueblo y quitarle sus mínimas libertades fundamentales. Lo que se ha hecho con Venezuela es imperdonable, y solo sirve el que se marche. Deberíamos de discutir un indulto, y que vengan personas con amor de verdad por el país.
Aquí hay una realidad ministro: En todos estos años no se ve ni un solo avance real que beneficie a la gente de a pie. Caracas, y todas las grandes ciudades de Venezuela se están cayendo a pedazos, hay que tener cuidado con los balcones. Las calles están llenas de huecos, peores que Bagdad cuando fue bombardeada, es mas, el descuido, y la dejadez han hecho un mejor trabajo que si los americanos nos hubieran bombardeado. El transporte público sigue pésimo, más malo que nunca. Los salarios no cubren las necesidades de la población, y ni hablar de subirlos. El trabajo con esta hiperinflación es solo un paliativo, un escape para alguna gente. Los jubilados un poco mas y están en la indigencia. Solo escapan de esta situación aquellos que tienen FE, es decir Familiares en el Extranjero.
Creo que por primera vez en estos 5 años de brutal crisis económica en Venezuela, un oficial dice una infeliz frase, pero con un gran contenido de ‘honestidad’, algo ya de por si improbable dentro de la elite gobernante, "En Venezuela no va a haber cambio político, sino lealtad a Maduro". Esta declaración tira al traste cualquier indicio de supuesta buena voluntad por parte del gobierno venezolano, de llevar a cabo verdaderas reformas constituyentes. No cabe duda, ya está dicho, no habrá alterabilidades políticas en Venezuela. No hay más de que hablar al respecto. Para que surjan cambios reales y funcionales, que realmente ayuden a orientar a una economía moribunda, en un país encaminado desde hace más de 5 años al fracaso, se necesitan dirigentes pragmáticos, dispuestos a desempeñar cambios concretos que se ajusten a la realidad venezolana no a la cubana, y a las necesidades del pueblo. Desafortunadamente en Venezuela no existen dirigentes pragmáticos. Esperar que el gobierno actúe de buena fe y con las mejores intenciones, en pos del progreso, y el bienestar del país, es como pedirles que anuncien públicamente que el comunismo en Venezuela como en Cuba ha fracasado. Esto, me temo, nunca sucederá. Lo que sí está claro es, que el gobierno venezolano ve en el Doi Moi vietnamita, un verdadero peligro para su forma totalitaria de gobernar. De llevarse a cabo en Venezuela este tipo o modelo de renovación económica, donde surgiría una economía de mercado, orientada a un glasnost al mejor estilo venezolano. De esto ocurrir, Venezuela encaminaría sus pasos hacia el capitalismo una especie del sueño americano, como ya lo ha hecho China, y lo está logrando Vietnam. El Doi Moi seria una alternativa a un proceso revolucionario bolivariano pasado de moda, paupérrimo y anticuado, en vía de extinción. Los tiempos cambian, y los gobiernos se renuevan para poder ser eficaces y subsistir. Venezuela debería de ver al Doi Moi como una alternativa viable y funcional, si existiera un verdadero deseo de llevar a cabo reformas reales, ante el declive político de proporciones catastróficas al cual han metido a Venezuela. Todo en Venezuela apunta a un final anunciado. Venezuela no tiene tiempo que perder. Creo que el alto gobierno bolivariano debería de plantearse una interrogante: ¿Que es preferible, renovación o desaparición? La suerte está echada, solo nos queda esperar.
Han transcurrido más de cinco años desde que se iniciaron los "cantos de sirena" los mismos que hoy continúan en el poder, pensando por donde le entra el agua al coco, han puesto el país patas arriba: expropiaron todas las tierras productivas, expropiaron la industria agroalimentaria que era la principal del país, otras grandes empresas como electricidad, minería-petróleo, manufacturas, están en bancarrota etc.
El país se encuentra actualmente, en lo económico, y lo social "al borde del abismo". Como resultado de cinco años de desgobierno, el país esta económicamente en ruinas, no existe industria, la producción agrícola no satisface ni el 20% de las necesidades básicas de la población, las construcciones, donde las viviendas en pueblos y ciudades se caen a pedazos, la infraestructura de calles, carreteras, acueductos, alcantarillado, electricidad, comunicaciones, transporte terrestre y aéreo, etc. se encuentran en estado de desastre generalizado.
Ante todo esto, los jerarcas en el poder siguen analizando que cosa va primero, si el huevo o la gallina, pero en realidad lo que tratan es de ganar tiempo para vivir los pocos años que de vida activa le quedan, disfrutando las mieles del poder. Con ello abocan al país a una salida cruenta, como la que no es difícil prever, o pueda ocurrir.