Es muy probable un cambio en el gabinete, así se estila en la socialdemocracia; un nuevo gobierno, un nuevo gabinete. Es interesante analizar el actual y desde allí podemos barruntar como será el próximo gabinete de maduro; el de guaidó es harina de otro costal. Todo, con el telón de fondo de la situación política que atraviesa el país y, por supuesto, el gobierno. Veamos.
Se debe partir del hecho irrefutable de que el presidente no es un hombre inteligente, de allí gran parte de las dificultades que padecemos. Un presidente inteligente, lo primero que sabe es que no lo sabe todo y, por lo tanto, debe rodearse de los mejores cerebros posibles. En otras palabras, tendrá la inteligencia de los hombres que lo apoyan, brillará con la luz de su gobierno. Al contrario, un presidente que no es inteligente, teme al brillo ajeno, busca resplandecer en la oscuridad, de esta manera se rodea de nulidades y, lo que es peor, aplasta la inteligencia; para estar en su gabinete se debe ser o se debe parecer nulo, esa es la condición de aprobación.
Siendo así, no se puede percibir la inteligencia del gabinete, sólo se conoce después de defenestrados. Por ejemplo, Jaua fue eyectado, se presume inteligencia y se presiente algún brillo inconveniente. Aquel otro es discreto, calla, asiente, aparece poco, quizá es, o tal vez no, el tiempo dirá.
Tenemos así la primera característica de los miembros del posible nuevo gabinete, nulos o simuladores de nulidad, lo que para efectos prácticos viene a ser lo mismo. No obstante, debemos considerar la situación de precaria legitimidad, el frágil apoyo que acompaña al gobierno en este nuevo inicio, además de la terrible situación económica.
En el futuro cercano se espera que la mala situación que hoy vivimos se agravará, las masas hambrientas, sin vanguardia, producirán estallidos de diferentes intensidades y objetivos, en esta situación será inevitable una fuerte represión, ese será el signo de la política y también del gabinete. Y tenemos ya la segunda característica de los miembros del gabinete: nulidades, represivos. Qué combinación tan peligrosa, nada bueno se puede esperar de allí.
En la cuarta, en las proximidades de un cambio de gabinete, abundaban los datos sobre los nuevos ministros, y los presuntos escogidos hacían fiestas y fueron muchos los que se quedaron vestidos y no fueron para el baile. Ahora la situación es diferente, nadie quiere acompañar al nuevo gobierno, huelen la agonía. Se ven obligados a un rotar a una pequeña camarilla, la soledad es notoria, propia de los últimos días, cuando ya la estampida se siente en el aire. Y allí tenemos la tercera característica: serán siempre los mismos, pocas caras nuevas, sólo rotación.
La reconstrucción de esta sociedad supone un gabinete de alto vuelo, que ilumine al resto de la nación. Gente de valor sobra, se podría hacer una lista de posibles ministros de valor, pero sería condenarlos a la persecución del gobierno. Todos podrán tener sus candidatos y no faltarán las fiestas de celebración que luego terminen en llanto.
