La oposición tropieza nuevamente con la misma piedra. Carente de memoria, olvida olímpicamente que han fracasado en todos sus intentos de golpes de Estado y Salidas violentas. Las guarimbas, los ataques terroristas y los intentos de escaramuzas militares, con individualidades sin mando alguno (llamado goteo), han fracasado estrepitosamente.
A cada amenaza de esta derecha golpista, se le ha enfrentado el pueblo movilizado, organizado y consciente. La derecha golpista siempre ha menospreciado y subestimado a este humilde pero valeroso y aguerrido pueblo, que es descendiente directo de los guerreros Caribes, de los Cimarrones y de los Libertadores de la Independencia. Este es un pueblo que jamás se ha doblegado ante nadie. Y menos lo hará ahora ante unos despreciables mantuanos, devenidos en conspiradores solo por sus aspiraciones de clase.
Que poca memoria demuestra esta derecha golpista al olvidar aquel 13 de abril del año 2002, cuando el pueblo en la calle y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana hicieron morder el polvo a Carmona Estanga y demás logias golpistas. Usurpadores que pisotearon y desconocieron la Constitución Bolivariana, para arrasar de un solo plumazo con todos los poderes públicos y asaltarlos cual zamuro carroñero. Esta es la misma derecha mantuana y golpista, que ahora en el año 2019 pretende asaltar por la fuerza el poder político. Imponer una guerra, para robar lo que no han podido obtener en buena lid por el voto popular. Nadie ha votado en Venezuela por Guaidó, Julio Borges o María Corina para que asalten el poder político y asuman la presidencia, como si nuestras instituciones fueran un botín de guerra a disposición de estos hambrientos apátridas.
Como han sido derrotados electoralmente al interior de nuestra patria, buscaron padrinos entre la logia conservadora mundial y han pretendido imponer una agenda de coacción política, mediante las amenazas y verborreas del Cartel de Lima y del malsano Almagro, todos peones del Imperio Norteamericano. Como parte de su escalada de "ahogamiento" (guerra de baja intensidad) aplicaron el vetusto método del bloqueo económico, financiero y comercial, para finalmente, en esta nueva etapa de agresión, amenazar militarmente a nuestra patria, la cual siempre ha sido independiente, libre y soberana.
Esta agenda imperial de acosos y amenazas de intervención militar, es apoyada por los lacayos y apátridas criollos. Pero nuevamente estos conspiradores sufren de una conveniente memoria corta, al olvidar a los aguerridos pueblos que han resistido con heroicidad todas las agresiones del poderoso Imperio Norteamericano.
Contra el pueblo cubano, Estados Unidos ha desatado todo su odio de manera ininterrumpida durante más de 59 años (seis décadas fallidas de acoso). Han hecho de todo. Han intentado el aislamiento político en los organismos regionales, promovieron invasiones militares (como en Bahía de Cochinos), violaciones al espacio aéreo con sobrevuelos militares (con aviones espías), atentados terroristas (voladura del vapor La Coubre en el Puerto de La Habana, voladura del avión de Cubana de Aviación sobre Barbados, entre muchos otros), docenas de atentados directos contra Fidel, o el bloqueo económico y financiero mediante la aplicación de sanciones con leyes unilaterales como la "Cuban Democracy Act", la "Ley de Comercio con el enemigo" o la Ley Helms-Burton. El bloqueo económico ha sido condenado más de 23 veces por la Asamblea General del Naciones Unidas sin inmutar siquiera la tozudez y torpeza de la soberbia imperial. Seguirán fracasando frente al aguerrido pueblo cubano.
En Vietnam, la "intervención humanitaria" norteamericana para evitar la unificación del país, generó primero una guerra civil y luego la intervención militar directa del ejército de Estados Unidos, provocando la muerte de más de 2.000.000 de civiles, utilizando con total impunidad la práctica de bombardeos aéreo masivos en contra de la población civil, incluyendo el uso de armas químicas como el Napalm. Las aguerridas tropas del Frente de Liberación Nacional (Viet Cong) con poca capacidad logística, pero con grandes capacidades morales, éticas, estratégicas y de dominio total sobre el terreno, lograron vencer al poderoso enemigo, atragantándolos en las selvas y montañas de Vietnam mediante el uso de técnicas de Guerra de Guerrillas. El total de bajas norteamericanas superó los 58.000 muertos. Una herida profunda en el pueblo norteamericano. Finalizó la guerra en 1.975, pero el Imperio Norteamericano olvidó rápidamente sus errores y por culpa de la voracidad de los Halcones gringos y de la poderosa e influyente industria militar norteamericana, no ha parado de meterse en conflictos bélicos en contra de otros pueblos dignos y aguerridos.
Por eso, en Irak, Afganistán y Siria, Estados Unidos ha repetido el mismo guion fallido de Vietnam. No han podido penetrar y vencer la férrea voluntad de los pueblos que rechazan la intervención militar y la política injerencista extranjera. En todos estos países, el Imperio Norteamericano ha impuesto títeres (que hasta los llaman presidentes), pero todos han acabado derrocados por la fuerza del pueblo.
Estos son extraordinarios ejemplos de lucha. Pequeños países que han sufrido los ataques del imperio más poderoso y sanguinario del planeta. La variable constante para resistir y vencer, es la férrea unidad y la movilización popular. Este próximo 23 de enero, seguiremos resistiendo. Una vez más, con la fuerza del pueblo, venceremos todos los intentos golpistas.