El coraje necesario para salvar al país

El país se encuentra atrapado entre dos peligrosos abismos, son dos versiones del fascismo. Ambos, disfrazados de abuelitas pero con igual vocación represiva y crueldad, dispuestos a todo para ser poder, con el odio a lo diferente que caracteriza a la intolerancia.

El gobierno, en medio de dificultades que el mismo creó, fue perdiendo cualquier mesura y se fue trasmutando en engendro fascista: cruel con los presos y la disidencia, creador de una realidad ficticia, mentiroso, represivo, arrogante, belicista, construyendo enemigos que carguen con sus culpas, reacio a las críticas.

La oposición, comandada por Guaidó, ya la conocemos: fascista desde siempre, igualmente cruel con la disidencia, represiva, guiada por el odio al diferente. Allí tenemos a Bolsonaro de ejemplo, o a Macri en Argentina, Duque en Colombia, productos todos del fracaso de la socialdemocracia como proyecto de largo aliento, incapaz de superar al capitalismo. Aquí, dado el fracaso rotundo del madurismo, la derecha, fascista en su esencia, se presenta como una opción.

Ese es el cuadro hoy: dos derechas entran en la fase final de la confrontación por el poder. El gobierno luce agotado, apela a la violencia y cada vez lo hará más, la grave situación económica lo condena, una masa acostumbrada en estos últimos cinco años al clientelismo, sin razones sagradas para vivir ni para luchar, sin una dirección revolucionaria, humanista, que le plantee salidas alternativas, comete el error de apoyar opciones perversas.

Esa es la lamentable situación de hoy, el futuro se presenta difícil, cualquiera de las dos opciones que termine triunfando en este desenlace se quitará el traje de abuelita y surgirá el lobo del fascismo, tendrá que (querrá) reprimir, perseguir la disidencia, calmar a la masa hambrienta y desencantada; ya observamos el odio de este gobierno para los críticos. Cualquiera que triunfe de los dos bandos sumirá al país en noche tenebrosa, una cacería de brujas en todos los ámbitos de la nación, desde el ejército hasta las universidades, seguirán las razzias en los barrios.

Ahora bien, no puede ser que el Comandante Chávez deba repetir el lamento del Libertador "¡He arado en el mar!". No puede ser que todo termine en esto, no puede ser que sus hijos verdaderos, sus discípulos, no hagan nada, se inhiban dejen que la obra y el sueño del Comandante sean pisoteados, tirados a la basura. ¡NO! Es necesario hacer algo, y hacerlo ya, en los próximos días, es urgente que el Chavismo entre en la batalla por disputar la dirección de esta sociedad.

Es urgente que una Junta de Gobierno viole las reglas de la democracia burguesa, reviva el espíritu del 4 de febrero, de abril, del triunfo sobre el sabotaje petrolero y tome el poder. Que reclame para sí el derecho a hacerlo en nombre de la defensa de la Constitución violada mil veces, del Comandante asesinado mil veces, por estos dos que ahora disputan el poder. Que se haga gobierno, libere a los presos, regrese a la PDVSA que producía tres millones de barriles diarios, detenga la entrega del país a las trasnacionales, recupere la pasión, el sentido de la vida para la masa. Que convoque a elecciones con un CNE creíble, que disuelva la constituyente, el tse y destituya al fiscal espurio. Y sobre todo, que detenga al fascismo y salve al país de cien años de oscuridad.

¿Quiénes formarán esta Junta Revolucionaria de Gobierno? Diremos, junto a Chávez: "Bastante cojones hay aquí" para salvar al país, bastantes cojones y ovarios hay en el campo revolucionario para formar esa Junta.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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