Se quebró el Estado, la economía y la sociedad

Llegamos al momento en que se define la situación definitiva. Y sabemos los que pasa además del horror de la hambruna, todos los medios productivos, y ahora se quiera el estado entre dos presidencias. Nada de esto tiene que ver en sí con la dinámica de un sociedad, el lazo social que se creó entre un estado burgués completamente decadente y rentista y quienes quisimos transformarlo. La jugada termino por completo al revés. El Estado venezolano, al cual centenares de activistas de las bases proliferantes de la revolución querida, mas una infinidad de ladrones venidos de todos los círculos viejos y nuevos del cazarentismo, hoy no es sino un paria del mundo tratando de vender lo que sus subsuelos pueden bajo el intermedio de una de un mando de Estado completamente corrompido y viviendo de una bibliografía revolucionaria ya convertida en religiosidad discursiva cada vez mas torpe y mentirosa, en esta gestión.

En realidad viendo el mundo que vivió el siglo XX lo que nos toca es simplemente hacer el trueque entre los que fue imposible (es decir la revoluciones marxistas leninistas) y un tiempo actual donde reina la hegemonía del capital financiero al cual se suman entre agentes ligados absolutamente a ellos y que comandan sus Estados o instituciones internacionales como el FMI y el Banco Mundial. No solo Venezuela, la mayoría de los países de nuestramérica a partir de las revueltas que construyeron un ideario intermedio entre una democracia radical y de base y un liderazgo que se encaminaba a la toma del poder de Estados dependientes y absorbidos por una economía de dependencia, hoy en día se desmoronan entre su misma ambigüedad, hasta quedar derrotados por santuarios de derecha para los cuales esos mismos Estados incluidos el nuestro estuvieron hechos.

La política marxista que se selló en el stalinismo (es decir el Estado el pensamiento, la conducción y la política misma) de alguna manera castigo el subconsciente político de los pueblos hasta llevarlos a su completa impotencia. Las alternativas de llevarse por soberanismos sobrellevados por caudillismos y aparatos dl estado, la misma estructura de dependencia los hizo trizas. Allí pareció un movimiento popular administrado por las grandes y pequeñas estructuras de Estado que siguió siendo el mismo de aquel que conocimos hasta principios de siglo, creado en la dictadura de Gómez.

Venezuela es probablemente el episodio más patético de esta historia, convirtiéndose en un Estado mafioso, de estructuras corporativas y burocráticas, plagado de paramilitarismo y bandas armadas, que administran los restos de un gigantesco movimiento popular creado desde la revuelta popular del 27 de febrero del 89. Hoy todo ese piso está quebrado, convertido en un ente de representación de una dinámica de estado y obligado a una negociación electoral que recomponga las estructuras del estado que necesita el orden mundial y no precisamente solo los EEUU, es el orden mundial que no lo comanda nadie en particular sino las grandes riquezas financieras y corporativas desde China hasta los EEUU.

Los Estados que luego tomaron la forma de estructuras que absorbían las riquezas nacionales y que tomaron la forma de Estados burgueses, es decir, Estados de gestión que en sus diferentes ideologías servían particularmente a las clases propietarias, absorbiendo la totalidad de la riqueza nacional siendo ellos los administradores de riquezas que por exportaciones e impuestos, en el ámbito de nuestramérica se convirtieron en estructuras de caudillos y Estados comandados regionalmente que a la final terminaron en una absoluta dependencia del capitalismo industrial y postindustrial que se desarrolló en los últimos dos siglos.

Lo cierto es que a estas alturas tanto sociedad como economía como Estado están totalmente quebrados. Semanas y meses que vengan están plagados de posibilidades intervencionistas, hasta guerras civiles. ¿Cuál es la tarea del movimiento popular? Precisamente y ya son años repitiendo los mismo, es configurar su misma autonomía, en medio de una hambruna y un colapso de Estado que no tiene precedentes. La política ya no puede ser el Estado, no es una conjunción entre sociedad, economía y Estado, derivando de ella las diversas ideologías que articulan sus diversas maneras de administrar dicha totalidad. Tomando las palabras de Raúl Cerdeiras, filósofo argentino, la política es una invención de la subjetividad, fuera del Estado. Allí donde nos hacemos creadores de algo que no ratifique sino desvanezca los lazos sociales y económicos, sin depender de ninguna institución que restituya el bendito estado burgués. Desgraciadamente no lo hemos podido hacer. El Estado primero se chupó las fuerzas revolucionarias y con Maduro las terminó destruyendo, siendo parte de ese orden mundial pero acoplado a geopolíticas inconvenientes a los EEUU.

Es necesario como crear una tercera fuerza. El gobierno está contra la pared y la oposición es una vendetta de fuerzas que hoy han sabido quebrar la base rentaría del Estado con el apoyo de los EEUU y ahora la Comunidad Europea. Es decir, el estado constituido se quedará sin una locha y la oposición peleará por quien administra los restos de renta por quedar. Obviamente tenemos una confrontación por delante que en realidad confronta dos geopolíticas en tiempos de una guerra sin fin, no entre Estados sino pueblos que estas mismas potencias desmoronan, haciéndose de sus riquezas naturales. Si no es así ponen a su mejor de sus aliados a comandar estos restos de Estado y en una estrategia bien llevada lo han logrado en toda nuestramérica prácticamente. Por ello y repetimos, el paramilitarismo, la misma catástrofe corrupta de las Fuerzas Armadas en sus liderazgos, tiene que ser confrontada por una derivación guerrera, organizada y honesta, que reponga el ideario emancipador que nació hace más de treinta años. Lo demás es discusión y pelea de pacotilla entre bandas que necesitan apropiarse de los restos de esta patria. Restablezcamos los que fue esa magnífica coordinación de movimientos y milicias que ayudo como nadie a saldar la rebelión del 13 de Abril, y empezar a hacer una política totalmente a distancia del Estado. Los tiempos que vendrán tienen sabor a lo horroroso, pongamos nuestros cuerpos, inteligencia y colectividad, a evitarlo y producir política.



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Roland Denis

Luchador popular revolucionario de larga trayectoria en la izquierda venezolana. Graduado en Filosofía en la UCV. Fue viceministro de Planificación y Desarrollo entre 2002 y 2003. En lo 80s militó en el movimiento La Desobediencia y luego en el Proyecto Nuestramerica / Movimiento 13 de Abril. Es autor de los libros Los Fabricantes de la Rebelión (2001) y Las Tres Repúblicas (2012).

 jansamcar@gmail.com

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