Probadas las mieles del poder y el oro, difícil enderezar la conciencia, o tener conciencia; social, política y económica, de largo alcance, del futuro de los pueblos, del planeta, de la vida. La conducta política de muchos hombres y mujeres de poder hoy se entiende mucho mejor, y solo, desde la perspectiva psicológica; sus motivaciones son muy banales como para pensar en la visión de una ciencia más pretenciosa. Se han disipados las grandes razones para ejercer la política. Los politólogos están destinados a ser los primeros desempleados del siglo xxi. Se trata de una degradación moral que ha contaminado a la sociedad entera, nadie piensa en otra cosa que no sea en llenar su estómago, sus bolsillos y sobar su vanidad contra los placeres y el lujo (y ahora los likes). Probadas las mieles del poder y el oro, el presidente solo piensa en postrarse ante Donald Trump y la derecha (la otra, la consciente, la que está clara) para no perder sus goces de poder – "¡primero humillado o muerto que cambiar para ser un hombre de honor y digno!; sin apetencias y concupiscencias, ¡jamás!", pareciera pensar Maduro "en su laberinto".
Maduro fue votado porque iba a gobernar para las mayorías necesitadas, las mayorías pobres, pero no para hundirlas en la pobreza con limosnas y promesas, sino para dignificarlas, educarlas, para recuperar sus fuerzas internas como clase que fue explotada y sojuzgada por mucho tiempo, como lo quiso hacer e hizo Chávez en buena medida.
¿Por qué Maduro no habla con los chavistas? ¿Cuáles son los compromisos de Maduro con el capitalismo mundial (con los explotadores) que le impide acercarse a quienes lo eligieron y al chavismo de Chávez? ¿De dónde sale tanta soberbia? ¿Por qué insiste en un plan que ha fracasado repetidamente en cinco años…, pero enriqueciendo a un grupito de vivos? Por otro lado, ¿Qué sería de Maduro sin el poder que tiene ahora? ¿Cuánto vale Maduro y cuánto el chavismo que lo eligió?
Para el imperio Maduro no es el tema principal; es Chávez y el chavismo, ese pueblo dignificado, es el socialismo. El asunto es que EEUU y Europa van a salir de Maduro para acabar con el chavismo, con la memoria de Chávez atada al socialismo. Pero, lo queramos o no, la solución más soberana, que el chavismo no muera y trascienda esta crisis –que parece ser definitoria – y pueda aguantar eventualmente una invasión militar, depende en parte de este gobierno malcriado, de Maduro, Diosdado, Jaua, los Rodríguez, y todo aquel que influya en las decisiones del primero. Que reconquistemos nuestra independencia ahora y no más tarde al costo de muerte y sangre, depende de que Maduro reconozca al chavismo, discuta con él o acuerde un pacto político pero con el pueblo pobre y de cara al país; que llame a los exiliados, a los expulsados del PSUV, a los ex ministros chavistas críticos y capaces, a Julio Escalona, Luis Britto, el profesor Sutherland etc. y se siente con ellos para elaborar un plan de emergencia digno, sin humillaciones, sin claudicaciones, sin sacrificios para la población; que rectifique su actitud soberbia. Si hubiera algo que sacrificar, que sean los acuerdos y convenios firmados de forma ilegal con los empresarios y las trasnacionales, y las vacaciones de tantos dirigentes acomodado y flojo.
Está en juego el futuro del país, las conquistas de Chávez de cara a nuestra independencia, económico territorial, y por supuesto, política. Si la cayapa imperial acaba con Maduro arrasarán con todo, también con el chavismo y con todo aquello que huela a socialismo. Lo harán con las reservas, como hicieron con Gadafi (A Gadafi le quitaron las reservas de oro y las reservas internacionales, se las cogieron, robaron, así de simple). Hoy mismo están quedándose con Citgo y con reservas de oro en Inglaterra. Lo que menos importa a Colombia o a EEUU es que aquí haya democracia o elecciones libres. De hacerse unas elecciones promovidas por ellos participarían los candidatos que ellos quieran y vencería el más servil a sus intereses. Que Maduro insista en su terca soberbia es la peor de las opciones.
Depende de Maduro evitar más humillaciones. Debería convocar a elecciones temprano con la participación del chavismo, con otro candidato distinto a su persona y a su entorno (él podría participar, pero representándose a él mismo). Evitar los pretextos para la presión externa llamando a unas elecciones.
Es importante la participación de un candidato y otro equipo chavista capaz de unificar esa herencia sobre la rectificación inmediata de este plan absurdo de entrega del país a pedacitos a los capitalistas. Maduro debe garantizar la participación en las decisiones más importantes del chavismo que él tiene secuestrado, exiliado o preso, enmudecido, extorsionado, chantajeado, agarrado por los testículos.
La otra opción es que comencemos a luchar en dos frentes: contra Maduro y sus estupideces (aprovechadas por una facción de oportunistas entre ellos chinos y rusos) y contra EEUU, Europa, la derecha colombiana más los conspiradores nacionales. Convocar a toda la gente que quiera recomponer el Estado y restablecer la Constitución Bolivariana de Venezuela. Hay que anular todo aquello hecho claramente fuera de su norma; declarar nulos los contratos firmados con transnacionales contraviniendo la Constitución y los intereses de la nación. ¡Debemos revertir la restauración colonialista de Maduro ya! y movilizar el pueblo chavista para recuperar la fe en la revolución aplicando la ley, sancionando, multando, confiscando a los infractores; todo aquel que no quiera producir que se vaya, el que no quiera respetar la norma que se vaya; hay que recuperar la confianza en los trabajadores y en el pueblo en general en una verdadera rebelión popular a favor de la constitución. Maduro ya debería saber ya que la gente distingue claramente entre él y Chávez, sabe que él no lo representa, solo lo imita, como un guiñol.
29/01/2019