El concepto epistemológico descolonización ha cobrado fuerza y pertinencia en los últimos tiempos y tiene en Venezuela una aplicación práctica de vieja data durante el proceso revolucionario, y en el Comandante Hugo Chávez su mayor gestor e impulsador.
¿Qué es lo que se descoloniza, si ya somos una nación libre y absolutamente soberana?
Indudablemente que la conciencia de un conglomerado social, de una sociedad, de grupos etarios; el colonialismo ideológico, cultural o transcultural. Hacia allí se ha dirigido la política de descolonización a través de múltiples políticas públicas de nuevo tipo, novedosas, impulsadas por el Presidente Chávez durante su gobierno, políticas que comprenden la inclusión de las grandes mayorías nacionales y el estímulo a su participación en las grandes políticas.
Hay, pues, unas novedosas políticas que tienen que ver con el hecho teórico/práctico, que apuntala no sólo la justicia social para cerrar la brecha de la eterna deuda social que arrastró nuestro pueblo por décadas. El impulso de esas políticas, llamadas Misiones y Grandes Misiones tuvieron –y tienen– una característica que le imprimió el Comandante Chávez para que pudieran tener el efecto descolonizador, las construyó no dentro o bajo la égida del Estado burgués sino al margen del mismo, especie de Estado palalelo o nuevo Estado dentro de la concepción, entonces incipiente, de la construcción del socialismo, única garantía para fracturar la dominación cultural, ideológica de la colonización o dominación pensamental burguesa.
El desarrollo de las políticas de las Misiones, en tanto políticas descolonizadoras, tuvieron varias columnas vertebrales fundamentales: la educación, la cultura, la identidad y la nacionalidad, la justicia social. Con ellas el Estado Revolucionario priorizaba, en lo ideológico y en lo político e impulsaba una ofensiva descolonizadora en gran escala.
La educación constituyó el primer eje de la política de descolonización, aunque formalmente no se lo dijera abiertamente así. ¿Cómo se expresó, por ejemplo, el inicio de esa política? Enfrentando la vieja política colonial del "cupo universitario", excluyente, inhumano, que le cercenaba a la juventud en acceso a las universidades públicas. Abrir las puertas de las universidades tradicionales dominadas por sectores burgueses, simultáneamente se abrió la política de crear nuevas y robustas universidades como la Universidad Bolivariana de Venezuela, con el añadido que sus sedes fueron antiguas edificaciones de las empresas petroleras extrajeras o en las ya "nacionalizadas" que insurgieron en el 2002/2003 contra la Revolución. Comenzó así el impulso del eje cultural educativo en la educación universitaria con el enfrentamiento práctico al colonialismo educativo.
En esas políticas descolonizadores siguieron las Misiones Robinsón, Ribas y Sucre. Es decir, aquella consigna de José Martí: "Ser culto para ser libres", o las de Simón Bolívar: "Un pueblo ignorante es instrumento de su propia destrucción". "Moral y luces son nuestra primeras necesidades".
Se abría así el abanico de la lucha cultural y educativa que llevaba como eje transversal la lucha ideológica contra el colonialismo ideológico, es decir, ir hacia la descolonicación de nuestro pueblo. Una primera y contundente demostración fue, con la alianza cubano/venezolana, la campaña de la alfabetización, que a la vuelta de un año evidenció que se había corrido una parte del velo de la ignorancia, millón y medio de compatriotas, un quinto de los habitantes de la nación, fueron alfabetizados.
Pero no paró allí el proceso descolonizador impulsado por el Comandante Chávez y el gobierno revolucionario. A la Misión Robinsón le siguieron las Misiones Rivas y Sucre. La Misión Ribas para no dejar a los alfabetizados sólo con la dicha de saber leer y escribir, había que dar el siguiente salto cultural, sacar la educación primaria completa, los seis grados en la educación de adultos, simplificado pero no por ello menos importantes en el manejo básico de las matemáticas, la Geografía de Venezuela y la Historia de Venezuela, el manejo de la Gramática y el idioma castellano, a lo que se le incluía el estudio de la primaria en las lenguas indígenas: guayú, pemón, barí, etc.
Simultáneamente, la lucha descolonizadora se amplió aún más en un amplísimo espectro, se municipalizó le educación universitaria a través de la Misión Sucre. Enorme salto cualitativo y cuantitativo en el proceso educativo/descolonizador que ha llevado al país al orgullo de estar entre los primeros del mundo en materia de educación universitaria, no sólo por la calidad de la educación sino por los millones de venezolanos y venezolanas que estudian en universidades o aldeas universitarias.
Otro aspecto de la lucha descolonizadora fue la lucha por el fortalecimiento y liberación de las más de 40 etnias indígenas. Si algún sector social ha sido secularmente oprimido, explotado, exterminado, humillado han sido las etnias indígenas venezolanas. Los primeros venezolanos, las heroicas etnias indígenas, quienes enfrentaron con valentía sin par a los invasores imperialistas españoles, fueron, una vez consolidada la Patria, los grandes excluidos y colonizados. Sólo el proceso liberador que se inició con el triunfo electoral del Presidente Hugo Chávez y la discusión de la Constitución de 1999 es que comienza el proceso liberador y de justicia histórica de los pueblos indígenas, comenzando por incluir un Capítulo dedicado a las etnias indígenas, el reconocimiento de sus derechos como venezolanos, pero igualmente el reconocimiento de sus culturas, de sus idiomas, de sus territorios que vinieron a enriquecer el acervo cultural venezolano. En esa tónica vino después la iniciativa del Comandante Chávez, de llevar simbólicamente los restos del Cacique Guaicaipuro al Panteón Nacional. Aún no se han cuantificado los logros y alcances de esa política descolonizadora en estos 20 años de proceso revolucionario y cómo ha incidido en el proceso de fortalecer nuestra identidad nacional.
Un aspecto nada desdeñable, dentro de las políticas de la Unesco, del proceso descolonizador, es el referente al rescate de uno de los componentes de nuestra identidad, aquel que tiene que ver directamente con el hecho cultural, el rescate del folklore, las músicas tradicionales, los cantos populares, el joropo en todas sus expresiones y manifestaciones, las danzas, el teatro popular, el rescate de los juegos tradicionales, en fin, todos aquellos componentes fundamentales de nuestra identidad nacional y nuestro sentido de pertenencia, todo ello dentro del concepto de descolonización, concepto que se extiende a los pueblos y naciones hermanas del continente con las políticas como Petro Caribe, la creación de Unasur o de la Celac.
La descoloniazación en la Venezuela contemporánea, en la Venezuela que surge con el inicio de la Revolución Bolivariana el 6 de diciembre de 1998, como vemos, no es nueva. Los logros alcanzados en estos 20 años en el plano de la educación, la cultura, la identidad, la soberanía y la independencia nacional han fortalecido una conciencia nacional y latinoamericana/caribeña en la lucha contra la pobreza, la miseria, en cumplir las metas del milenio que se ha planteado la ONU/Unesco.