No se le ocurrió nada mejor al gobierno, y cuando decimos gobierno nos referimos a los cinco luceros, no se le ocurrió otra cosa frente al peligro de invasión que recoger firmas para entregárselas, a no se sabe quién pidiéndole no se sabe qué. Nosotros no firmaremos esa irresponsabilidad. Veamos.
Si la amenaza de invasión militar es cierta y no es una excusa barata del gobierno para salirse de la invasión dulce que lo tiene acorralado, la respuesta es impotente. Esperaban un portaaviones, unos marines en las playas de la Guaira, y un día amanecieron con un presidente, embajadores, perdido a citgo, reconocido por medio mundo, conversando con chinos y rusos, y ellos se quedaron paralizados. No encuentran otra cosa que hacer que levantar el miedo de una invasión que ya se cumplió y a la que ellos no pudieron hacer frente por su incapacidad, su miedo y por haber destruido la base social, la conciencia que les dejó el Comandante Chávez. Este es un elemento importante: el gobierno no tiene apoyo, sus acciones tratan de hacer como el gato, tapar su gracia con tierrita.
Hace un tiempo ya que el gobierno está caído, si entendemos gobierno algo que gobierne, que decida, que mande. Este gobierno se dejó montar un copresidente y no pudo ponerlo preso. Sus contradicciones internas, su debilidad y sus miedo, que ya el imperio conoce, le impiden una respuesta más allá de recoger firmas que después irán a la basura. El gobierno está agotado, languideció como el sol al atardecer.
La gran pregunta es quién sustituirá a maduro, si guaidó, y así continuar la instauración de una dictadura con ropaje democrático y corazón fascista, o lo sucede una dictadura militar directa para restituir la dominación capitalista por el medio de la calle, sin miriñaques. Es decir si el capitalismo tiene la fuerza para resolver la crisis dentro de su campo.
O puede ser, y esta es la gran incógnita, que el chavismo, consiga levantarse de la sepultura donde lo pretenden enterrar, y vuelva a transitar los caminos de la disputa del poder, de la conducción social, vuelva a ser una esperanza.
Una opción política revolucionaria, socialista solo será viable si consigue un respaldo religioso de su población, si es capaz de levantar un auge de masas, una conciencia del deber social que haga de cualquier intento de intervención imperial,una empresa muy cara, difícil, y muy alto el número de bolsas negras que retornarán a los estados unidos. Lo contrario, un gobierno divorciado de su pueblo, sin apoyo popular será incapaz hasta de hacer frente a una caravana con unos cuantos camiones cargados de harina, cuanto menos a una invasión en forma.
Entonces razón tenía el Comandante cuando nos dijo que la única manera de tener Patria era el Socialismo, que sólo habrá Patria si es Socialista, porque esa es la única manera de dotar al concepto de Patria de una alta dosis de conciencia del deber social, de pertenencia no sólo a la sociedad en particular, sino a través de ella a toda la humanidad. Transformar al pueblo en una formidable arma de defensa de la Patria, capaz de derrotar a cualquier imperio, más por su poder moral, que por su poder de fuego.
De allí que frente a una agresión, verdadera o inventada, a la Patria, el gobierno que abandonó al Socialismo dándole de esa manera una puñalada al corazón de la Patria, no puede salir con otra cosa que esa recogida de firmas, una mamarrachada, porque la guerra por la defensa de la Patria, la perdió hace años.
Repetimos lo que ya escribimos en una ocasión: Si viene la invasión lucharemos contra ella pero no con esta jefatura apátrida..