Donald Trump, Nicolás Maduro y la guerra en desarrollo

Reconozcamos que estamos inmersos, venezolanos y latinoamericanos y caribeños, en desarrollos históricos cuales podríamos calificarlos como de "muy graves" cuando los "tambores de la guerra" envían sus sonidos para que transiten en los aíres continentales americanos cuando el Imperio norteamericano/estadounidense ha decidido realizar una profunda reingeniería de la "Doctrina Monroe" en sus variables "patio trasero" y "América para los americanos".

La razón geopolítica de esa decisión de Washington, concretamente, "el Poder" aquel que señalara con explicación profunda el General don Alberto Müller Rojas en nuestras clases de maestría que cursábamos junto con oficiales de diferentes componentes en el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos "Pedro Gual", instituto adscrito al Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores, bajo la dirección actual del Embajador Roy Chaderton Matos.

Desde tiempos pretéritos, en privado como en público, sustentándome en los estudios realizados sobre "Guerra Política", en la Academia Militar de Fuxinggang en Taiwan, por espacio de varios meses, donde tuvimos la oportunidad de conversar con el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la República de China en Taiwan, originario de Beijing, hemos expresado ciertas preocupaciones sobre las realidades en desarrollo tanto durante la Cuarta República como en el actual proceso en permanente revolución titulada como "Revolución Bolivariana" adicionándosele los conceptos e ideas propuestas por el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, bajo la denominación de "Revolución Chavista" cual en su conjunción se reconoce como "Revolución Bolivariana y Chavista" cual contiene en su seno la particularidad de la "unión cívico-militar" en el marco conceptual de la "Guerra del Pueblo", guerra en permanente desarrollo, guerra de largo alcance, guerra total, sí se desea desarrollar, académicamente, el nuevo concepto de guerra para Venezuela y, quizás, para toda América Latina y el Caribe y es esta verdad la que se confronta, en estos tiempos en curso, con la tesis de Donald Trump ya referida más arriba como "reingeniería de la Doctrina Monroe".

¿Era previsible un desarrollo de estas realidades en curso?

Los historiadores, en líneas generales, sustentándonos en tiempos pretéritos, solemos reflexionar sobre "probables y posibles escenarios" de diferentes naturalezas entre ellas, la guerra.

¿Por qué una guerra, "la guerra"?

Es importante tener presente varias variables que nos permitieran, en tiempos pretéritos, percibir las posibilidades de confrontación bélica entre los intereses de los Estados Unidos de América sobre las bases fundamentales de sus propias realidades y objetivas debilidades internas y externas como Imperio global, los lógicos desarrollos dialécticos del sistema capitalista global, el proceso socio-político en Venezuela que, en concreto, se había desarrollado desde los tiempos del General Juan Vicente Gómez gracias al petróleo, los efectos reales de las influencias de la Tercera Internacional en los avatares venezolanos llegando hasta México y sus consecuencias en tiempos variados como en diferentes países latinoamericanos y centroamericanos como caribeños, la crisis de la Dependencia, las necesidades de nuevas maneras de alienación cultural y, en última instancia, la "nueva realidad militar" diseñada por Washington para América Latina en función, según nuestros pensares, en la relación existente entre la producción, tráfico y consumo de estupefacientes y los efectos financieros que ello conllevaba y conlleva, toda esa dialéctica en el referente inevitable de dos variables: la derrota del "socialismo real", el MAS como punta de lanza, y la inevitabilidad de la importante presencia tanto de Rusia como de China en el escenario internacional ambos convertidos en sus transiciones del modo de producción socialista hacia el capitalista por lógicas temporalidades. Ese era el escenario de la globalización del Imperio norteamericano/estadounidense como "poder unipolar".

Ahora bien, entra en escena "lo militar venezolano" cual sustentándose en la Historia Patria venezolana como ejemplo histórico y referencia obligante de los procesos independentista americano (discusiones entre Hugo Chávez y Douglas Bravo en Sabaneta) se desarrollaría una conciencia nacionalista que fuera secundada al unísono por una sociedad civil político-intelectual (conversaciones personales con el Presidente Rafael Caldera Rodríguez en Beijing), para confrontar tanto la propuesta de degrade de lo fundamental de "lo militar" venezolano como "policías de punto" entre otras importantes variables como las aplicaciones de las políticas neoliberales que se venían desarrollando en Venezuela gracias a sectores de derechas de los partidos políticos Acción Democrática y COPEI.

Ni el accionar militar del "4 de febrero" (1992) como tampoco el triunfo en las elecciones presidenciales de aquel diciembre de 1998 de Hugo Rafael Chávez Frías fueron y son ajenos al proceso contrarrevolucionario que se ha venido desarrollando a lo interno de Venezuela como tampoco los accionares en intentos de "golpes de Estado" como las participaciones tanto de Washington como de España como sus políticas fundamentales en función de evitar la consolidación del nacionalismo-patrio como destruir lo "contrario-ideológico" al neoliberalismo.

El ideario contrarrevolucionario comenzaría en escritos publicados en El Universal durante todo el año 2002 que no pudieron evitar el triunfo de Chávez Frías como al tiempo, aún en las actuales circunstancias, esas derechas contrarrevolucionarias ni han entendido, ni comprendido menos asumido las objetivas razones de aquel triunfo y del mantenimiento del proceso revolucionario actual bajo el liderazgo de Nicolás Maduro Moros.

Están presentes otros factores que nos están encaminando hacia una confrontación bélica latinoamericana y no solamente venezolana.

El actual escenario de confrontación contiene varias variables cuales están produciendo varias e importantes realidades en permanente contradicción, a mediano plazo, dentro y en el seno de la contrarrevolución de derechas.

Es fundamental, sin perder el rumbo, que Donald Trump tiene como "objetivo de Estado" invadir, conquistar y controlar toda Venezuela por razones geopolíticas como geo-estratégicas globales; es decir, no se quedan en el tintero esos objetivos en el marco continental americano. Nos explicamos.

Según se viene desarrollando lo sistémico capitalista, en su objetividad tanto en lo estructural como en lo super-estructural, dos incómodos actores globales se encuentran en el escenario global: Rusia y China, ambos, curiosamente, ubicados a ambos lados de ambos océanos, Atlántico y Pacífico, que bañas las costas de la nación estadounidense. Es decir, en caso de guerra global, las debilidades energéticas de los EEUU de América son obvias y de fácil demostración por lo que es fundamental el control de un "proveedor confiable", como se remachaba durante la Cuarta República, sobre la llegada del crudo venezolano a las costas estadounidenses, concretamente, a CITGO. Lo demás es obvio y no se necesita mayor desarrollo.

Otra variable es el "hermano" país de Colombia. Este tema, además del energético, es histórico. Los historiadores hemos venido caminando en serio y objetivo tratamiento del tema, analizando las realidades históricas del proceso de guerra de la Independencia que liderara don Simón Bolívar junto con el Mariscal Antonio José de Sucre, entre otros líderes independentista. Es evidente que está presente la animadversión de las clases altas de Colombia de "lo venezolano", "la venezolanidad", entre otros factores comprensible para lectores inteligentes. Pero no todo es color de rosa.

En alguna oportunidad, en Beijing, estando don Mario Santodomingo en funciones de Embajador de la República de Colombia ante el Gobierno de la R.P.China, en aquel año de 1983, año del Bicentenario del Natalicio del Libertador, Simón Bolívar, sostuvimos una interesante conversa sobre dicho Bicentenario y la participación de su persona como representante de Colombia en aquel mes aniversario. Lacónica respuesta. Dudaba que pudiera estar presente.

En fechas muy recientes, recibí unos textos de una dama de la clase alta y dirigente en la Política colombiana muy cercana a don Álvaro Uribe y al actual Presidente, Iván Duque, sobre cómo observaba los desarrollos en curso. Me permití ser muy preciso cuando le comuniqué que iríamos hacia una guerra entre Colombia, la promotora, y Venezuela, en su proceso de mantener la paz. Ello era inevitable a menos que ocurriera un milagro. Su respuesta, la verdad, me asombró porque "su NO", en calidad de preocupación seria, fue extenso en letras. Es decir, aparentemente, es probable que las clases altas colombianas no perciban ese peligro de guerra y mucho menos aceptarlo.

En ese mismo orden de ideas, en Colombia hay que reconocer las diferencias entre el ex-Presidente Juan Manuel Santos, quien fuera militar y cursara el mismo curso en Taiwan, arriba en referencia, y el actual Presidente Iván Duque muy cercano a la derecha católica continental que está mas cerca de José Antonio Primo de Rivera en tanto y cuanto esa derecha "piensa en el mediano y largo plazo franquista".

Por último, esas derechas conservadora-católicas continentales no se percatan que el "calvinismo" de Donald Trump no está dispuesto a "compartir el pastel" en tanto y cuanto los contenidos reales de los significados de "América para los americanos" además del obligante mantenimiento del Imperio norteamericano/estadounidense como miembro del tripartito geopolítico mundial pero fundamental conformado por "Rusia, China y los EEUU de América".



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Miguel Ángel Del Pozo


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