"La mayoría de problemas a los que me enfrento a veces implican un choque, no entre el bien y el mal, a veces entre dos maneras de entender el bien. A menudo la existencia de conflictos se debe a la incompatibilidad de lo que dos partes consideran que es bueno. No se trata de que uno de ellos pretenda hacer el mal". Barack Obama.
El venezolano hoy, tiende a ser una persona castrada de pensamiento, palabra y obra. Pero, lo que se está viviendo en nuestra patria debido a la hiperinflación y especulación es de terror, un absurdo des aceleramiento de la calidad de vida dentro del mismo espacio de los 912.000 kilómetros de la republica, lo que se traduce en mayores sufrimientos ahora por los altos e incomparables precios de las medicinas, según las diarias quejas que recogemos en farmacias y boticas. Para colmo, nos invadieron los peores comerciantes extranjeros en estos ramos.
Ahora vemos reiteradas explosiones de violencia en las colas debido al hambre por la falta de alimentos, la muerte y sufrimiento por la falta de medicamentos, la mayoría relacionada con el caos socioeconómico, por ser el barómetro del estrés colectivo y las áreas más abandonadas por el Gobierno. Ya que tienen la excusa "perfecta", "la guerra económica, y Trump": Un país con petróleo y gas, y sin vías de comercialización. Hasta impiedosos de hablar por celular o telefonía fija con el exterior por el desastre de cantv y movilnet. Todo florece dentro de una sopa de mediocridad, corrupción, indolencia y anarquía. Sin embargo, cada vez que hay una presentación política internacional del "presidente Guai-ido", ¿ya que no se sabe si está aquí o está ido? Desde allá tampoco se resuelven los tranques de la economía por arte de magia.
La especulación, lavado de dólares, escasez, alto costo de la vida; es el espejo de cómo anda el país. ¡Todo está trancado! La gente trata de abreviar procesos con absurdos "jodiendo y especulando a su hermano venezolano", y las autoridades atropellan a los que no deben, mientras a los comerciantes extranjeros que sí exterminan al pueblo… les dan protección policial y militar. Todo en medio de una impunidad, como si viviéramos inmersos en un coágulo criminal. A este ‘presidente’ fantasma le empieza a fallar el arraigo, ya muestra el escuálido recibimiento hoy 4 de marzo en su retorno al país; lo que el otro presidente mal entiende por "canfinfleros, comiquitas y obras de mal gusto". Gracias a Dios, el actual no anda así en esas giras, curiosamente porqué el pueblo no desarrolla empatía hacia quien lo tiene pasando ronchas y pésimas condiciones de vida. Sin embargo, tampoco le recomiendo a gua-ido lo de los honores de jefe de estado, cuando el pueblo no le esta viendo el queso a esa tostada.
Si de verdad para Guaidó: "el pueblo es primero", hay muchas cosas por resolver, antes que ponerse a pasear sin resultados. Menos por una ayuda humanitaria cuyo prestigio internacional ha sido tan vapuleado porque nunca llegó. Entiéndase que el mayor arraigo se logra con más soluciones que marchas y concentraciones. Para entender esto habría que ser estadista, no solo como los comerciantes extranjeros especuladores; que hacen de Venezuela un país que "decrece poblacionalmente" muy débilmente, porque no tenemos fortaleza social. Distribuir las riquezas no significa repartir migajas.
¿Quiere Guaidó mayor violencia social? Entonces que construya una ‘alternativa’ sin ordenar el estado y el problema ético y moral que hoy vive el venezolano. Solucionar esto no significa cotorra o muela discursiva, sino que la autoridad trabaje como debe ser. Eso tendría un impacto social mayor, y un costo político menor que la dadiva social. Claro, también tiene que resolver lo del transporte público para recuperar la productividad nacional. Para eso se necesitan personas honestas, y con capacidad gerencial no militares. Y no se entusiasme mucho con la luna de miel que vive ahora, porque las personas tienden a recordar lo primero de cada bien, y eso… usted no puede perderlo.
Nuestra crisis política hace recordar a un personaje de la mitología. Un fantasma al que le costaba retirarse al más allá. Y aparecía cada vez que lo nombraban y empeoraba todo, siempre con la excusa de "mejorar las cosas". El nobel ‘presidente’ hoy de moda parece que no termina de entender que tiene dos sombras a cuesta. La propia, proyectada nacionalmente, y otra que le viene del (USA y UE) extranjero. Eso lo contraría y acecha, cuando no pudo usar ese poderío militar para meter la ayuda humanitaria. Es un presidente fantasma que quiere mantener una comunicación remota sin mandos que la cumplan, de la que él manifiesta en presencia y ausencia, Venezuela y Miraflores. Su juventud y aparente templanza le cede arraigo. ¿Por qué el Presidente no elimina esa sombra de que no tiene capacidad real de fuego? Los israelitas resolvieron su mayor problema de existencia, enfrentando al mundo árabe que rodea esa porción de territorio del tamaño de Anzoátegui-Venezuela en función de su fuerza militar, sin la cotorra diplomática, y acá todavía Guai-ido se anda por las ramas. Será porque sobre el actual ‘presidente fantasma gravita la otrora sombra del pasado, y ahora el pasado es la sombra del actual presidente Nicolás Maduro. Estamos hablando de un simple asunto de rotación de la primera magistratura venezolana. No sé, sin embargo, la figura del presidente fantasma vive en Venezuela o en el exterior, tanto de un lado como del otro. A buen entendedor, pocas palabras.