Carta a la corte celestial para resolver posible desacato del TSJ y MP

Excelentísimos doctores

No se imaginan ustedes, cómo ahora luce mi entendimiento. Estoy canto que canto:

"Todo se derrumbó dentro de mí, dentro de mí". Luzco confundida y en otros momentos, me siento como con un guayabo de esos que piden a gritos un bolero rokolero de Julio Jaramillo.

Pero no tiene caso. Mi drama es mi drama y no tiene, como drama ningún efecto sobre terceros. Lo vivo y padezco y ya.

No es mi drama, lo que me mueve a solicitarles sus buenos oficios para reparar una situación, en la que según creo, no hay para donde coger y soy de la idea, que ustedes pudieran sacar de la siesta que ahora puede estar disfrutando muy justificadamente San Pedro y lo obliguen a que nos envía una comisión para resolver el desacato del TSJ y supongo también, que debe darnos una mano en el desacato que igualmente ha caído el ministerio público. O sea mis doctores; el TSJ y ministerio publico (MP) están hoy en la misma condición de la Asamblea Nacional.

No soy leguleya y si una cosa he tenido clara en la vida, es que la profesión de abogada tan necesaria en un país de vivos y vividores fáciles no me cabe. En este país, echar una vaina para joder a otros y vivir a costa de los demás se ha vuelto un patrón casi normal.

Recuerdo, y este es punto estratégico de mi solicitud, que el TSJ a finales de enero se pronunció a favor de unas sugerencias oficialmente presentadas por Tarek William Saab y dirigidas a prohibir la salida de Guaidó del país con dos medidas adicionales más. No sé ahora si en esas medidas estaban incluida la falta por usurpación de funciones. No soy partidaria que nuestro problema fuera resuelto por el malandro de Trump, los choros de Eliot Abrams, Marcos Rubio y otro choro más, que no retengo su nombre, pero que es parte de ese grupito que una parte de la clase media venezolana (la más exquisita, culta y refinada) admira muy arrechamente. Prefiero y milito en la idea, de una invasión por parte de ustedes y no una encabezada por estos malandros.

El TSJ y el MP desobedecieron sus propias decisiones y eso para mi, que n soy leguleya deja un vació de poder y cae (según creo) en un desacato. Mis doctores magistrados de la Corte Celestial, como ya es público y notorio, el payasito de Guaidó salió y entró al país. Curiosamente y miren como son las cosas, salió y entró como perro por su casa. No está bien eso, porque jurídicamente eso puede llevarnos a un caos. O sea, casi todos podemos hacer los que nos de la gana y no debería ser así.

No les pido que venga y me encanen a Guaidó. Si la paz en Venezuela pasa porque este payasito se salte las leyes, bueno que sea sólo esta vez, pero les sugiero que como corte celestial le den por lo menos un regaño, un jalón de oreja y un cocotazo. Llamen a la oposición, que supuestamente es democrática para que sea un poquito más seria y responsables. No tiene sentido una oposición que dice una cosa y al rato se voltea. Para mayores detalles sobre este punto, les hago llegar como anexo, un artículo de Enrique Ochoa Antich donde él explica su desencanto con esa oposición supuestamente democrática.

No es tanto lo que le pido por la paz ahora y después. Si esto pasa sin consecuencias, no estaríamos muy lejos de tener como forma de vida, una Venezuela como un cuero seco, que como ustedes saben o deben saber, fue una frase que nos dejó como herencia Antonio Guzmán Blanco y que nos pinta un país de patotas y pranes.
 



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Amaranta Rojas


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