Hay que insistir en recuperar el control político revolucionario. Chávez comenzó todo esto, lideró un proceso de cambios y el mismo desarrolló su insurrección bolivariana hacia el socialismo. Esto fue crucial, provocó cambios importantes en el país, cambios revolucionarios; entusiasmó y cambió la conciencia de mucha gente. Emergió el chavismo.
Por eso lo mataron. Lo mataron porque cohesionó una fuerza popular para defender cambios estructurales, o por lo menos, para comenzar hacerlos, tal y como lo expuso en su último plan de acción política, el “plan de la Patria” (original). Hacia ese momento político hay que ir para retomar el curso de la revolución bolivariana socialista, y rehacer todo lo demolido por Maduro y el madurismo, revertirlo todo mediante un esfuerzo multiplicado, titánico, y el concierto de todos los socialistas chavistas de buena voluntad y convición.
Sería algo como retomar la consigna de las “3R al cuadrado”: revisión, rectificación, reimpulso; reunificación, repolitización y re polarización, que sería identificar al enemigo sin vacilaciones. Es tiempo para que Rafael Ramírez aparezca y conduzca al chavismo apocado y a los trabajadores de la petrolera, es tempo para sustituir al madurismo irresponsable, al fiscal alcahuete, liberar al PSUV del clientelismo de Diosdado Cabello, (de la in-diferencia política, la “asepsia política” madurista, del “ni chicha ni limonada”, del “afiche” de Chávez, del Chavismo sin Chávez y sin socialismo, del chavismo madurista). Convocar el concilio chavista para el rescate de la revolución y dejar de lado a Maduro y a los “Nicolaítas” (esta “concordancia” la leí en la biblia y me pareció pertinente usarla).
Comencemos, como punto de partida, con retomar la investigación y el debate sobre el asesinato de Chávez y aclarar de una vez por todas las razones políticas que llevaron a él.
Antes, veamos cómo se comporta Maduro y su gobierno respecto al sabotaje eléctrico y los saqueos en la oscuridad. Esto nos dará una pista de dónde está la pifia de Maduro y su gobierno, y dónde podemos comenzar el asunto de nuestro Concilio, de nuestra reunificación chavista.
Dice el madurismo en boca del fiscal y Maduro:
“(Caracas, 15 de marzo. Noticias24).-El fiscal de la República de Venezuela, Tarek William Saab, en una entrevista dada a el programa colombiano Blu Radio, aseguró que el principal responsable del apagón que vivió Venezuela el pasado 7 de marzo es el diputado Juan Guaidó…
“(Caracas, 15 de marzo. Noticias24).- El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció este viernes que el asesor de seguridad del Gobierno de Estados Unidos, John Bolton, dirigió el sabotaje eléctrico perpetrado el pasado 7 de marzo, que dejó sin electricidad al país...“fue dirigido directamente por el Gobierno de Estado Unidos. John Bolton dirigió el ataque al sistema eléctrico venezolano. Lo supervisó“, manifestó desde el Palacio de Miraflores en Caracas.”
¿Qué hace el fiscal con esta denuncia? ¿Acaso tiene pruebas “policiales” de la responsabilidad de Guaidó? Lo más probable es que no, solo una “certeza política”, establece la presencia de un responsable político. Tampoco Maduro debe tener pruebas policiales para declarar a Bolton como director del sabotaje. Solo se sigue una lógica política, a saber: EEUU tiene interés en recuperar el control sobre el petróleo y control político de Venezuela: es obvio que Guaidó, siendo agente, un tonto útil del gobierno del norte, debe estar involucrado políticamente con cualquier tipo de sabotaje. Lo mismo pasa con John Bolton, la responsabilidad política de este funcionario y su gobierno son más que indiscutibles, así no existan “pruebas policiales”, eso lo sabemos todos; solo conjeturas, ¡eficaces conjeturas!
La pregunta que uno se hace ¿Por qué no se tuvo la misma eficacia, la misma certeza política y la misma reacción ante el asesinato de Chávez? ¿Por qué el asesinato de Chávez no se investigó, no se discutió, se analizó políticamente, y se aprovechó como un alerta, un aviso para todo lo que iba a pasar luego en el país? ¿Cuál es la diferencia que hace el gobierno de Maduro en los dos casos, en cuanto a sus significados: Guaidó y Bolton, en el caso de la conspiración eléctrico; y EEUU y la derecha en el de la conspiración en el envenenamiento de Chávez?
Los dos casos se han debido tratar de la misma manera, como actos hostiles de parte de un enemigo indiscutible: el imperio, el capitalismo (o el imperio capitalista, o el capitalismo imperial, son dos ideas asociadas; es el imperialismo moderno la fase superior del capitalismo, una verdad más que estudiada y divulgada).
La diferencia está en que Maduro hace seis años quiso pasar por alto el asesinato de Chávez para acercarse al capitalismo, sin tropiezos con EEUU, pero le estalló el chopo en la cara. Ahora lo tiene encima y cogido por el cuello para que afloje. De haberse investigado el asesinato de Chávez a fondo, policial, y sobre todo, políticamente, tendríamos hoy un enemigo incuestionable: el capitalismo, sin tantos ñemeos, sin tanto culipandeo político.
Ahora le toca a Ramírez, es el momento de Rafael Ramírez para que llame a reflexionar sobre política con “p” mayúscula, como dice él, con el asesinato de Chávez, sobre las conspiraciones imperiales y de otros ejes capitalistas que se siguieron desde el preciso momento de su enfermedad y su muerte (incluyendo el frenazo dado por de Maduro a la revolución y al socialismo), siendo Ramírez quien, primero que todos los herederos, aseguró convencido que Chávez había sido asesinado; esto está documentado en la película de Oliver Stone “Mi amigo Chávez”, donde el cineasta los entrevista a casi todos ellos.
Ramírez es un líder político y petrolero auténtico, ¡que asume su responsabilidad con el país en este momento aciago y definitorio!
Marcos Luna 16/03/2019