Mi palabra

El Caracazo visto por una adeca, Héctor Navarro y el odio de la oposición

«Se deja de odiar cuando se comienza a respetar».

Tertuliano

A los casi setenta años, me he topado en los caminos de la vida a personas con distintos caracteres, y maneras de pensar. Estoy casi seguro de no haberme ganado ningún enemigo por alguna ofensa, a pesar que en el pasado me encontré con activistas, tanto de AD, como de COPEI sumamente arrogantes, y presumidos, cuando copaban todos los espacios de la vida política nacional. De esas andanzas conocí a una mujer, tan adeca que en su vivienda, solamente se veían rostros muy bien enmarcados de los dirigentes nacionales del llamado partido del "pueblo", faltándole solamente un altar para convertir ese sitio en un templo para adorar a sus compañeros.

Esta madre de cinco hijos con el correr de los años, desencantada por la grave crisis económica creada por esos mismos partidos–AD y COPEI– se acercó a las filas del chavismo, al extremo que hoy en día se encuentra defendiendo el proceso bolivariano a capa y espada, sin dejar de lanzar sus criticas antes los errores del gobierno. Hablar con esta dama es aprender de las vivencias de una persona, la cual estuvo por más de cuarenta años militando en una organización, que no daba un paso sin escuchar la orientación emanada desde Washington, bajo la presión del FMI. Uno de los grandes responsables de esa entrega, fue su máximo líder: Rómulo Betancourt, al continuar la política de regalía del país al imperialismo–especialmente el petróleo– iniciada por Juan Vicente Gómez.

Hace pocos días, tuve una amena conversación con esta mujer de avanzada, y a medida que el tiempo pasaba me iba confesando experiencias vividas en un partido, que después de ser gobierno en varias oportunidades ha venido tambaleando, faltándole poco para caer totalmente en el olvido, a raíz del triunfo del Comandante Chávez; son muchas las sedes de esa organización, convertidas en unos sitios fantasmales, que hasta las partidas de domino han desaparecido. Todo esto es el resultado, al no tener nada por defender al estar plegados a los intereses del gran capital, y los pocos dirigentes que todavía se presentan en representación del decaído partido, defienden la política intervencionista de los gobiernos gringos hacia nuestro país.

En medio del dialogo le escuché una opinión el cual me llamó la atención, por su gran valor en el sentido del análisis del momento que estamos viviendo; al expresar totalmente convencida: ¡No podemos comparar la situación de hoy en día, con los tristes momentos que produjeron el "caracazo"; lo viví en carne propia en un barrio de Caracas! Esas palabras me recordaron las declaraciones del ex ministro del Comandante Chávez–por más de 15 años– Héctor Navarro*, precisamente sobre este tema, al formar parte del grupo interesado en hacer la comparación, para tratar de crear una matriz de opinión en contra del gobierno.

La semejanza sobre este caso, necesariamente tenemos que comenzarla sobre la opinión emitida por dos personas, desde trincheras totalmente opuestas; la posición económica de cada una, y la preparación académica de esta ex militante de AD, y el ex ministro Navarro, tan distante que no admite ninguna comparación; pero ahí, está precisamente el papel que juega la conciencia de clase, y la posición económica de cada quien en defensa de los intereses del país; colocándolos en el sitio preciso, para que todo interesado saque sus propias conclusiones.

El "caracazo" se produce en momentos, cuando los grandes partidos vivían una verdadera luna de miel con los gobiernos estadounidenses, y a pesar de ese idilio, las condiciones de vida del pueblo venezolano, llegó a una situación de pobreza inaguantable. La represión estaba presente en cualquier barrio, contra todo aquel que disintiera en lo más mínimo del gobierno. El petróleo se lo llevaban los gringos al precio más irrisorio, con el visto bueno de los gobiernos entreguistas; pero, como bien me lo confiesa esta ex adeca, después de abrir los ojos, antes tantas injusticias: "Yo, nunca vi en el barrio, donde vivía en Caracas, a ningún dirigente de izquierda odiar, como lo hacen algunos opositores de Nicolás Maduro. Ni deseándole la muerte a ningún presidente, y menos nombrarle la progenitora; parece que este es el único mensaje por trasmitir."

Nadie puede negar la grave situación económica del país, pero llegar a lanzar similitudes entre un hecho del pasado, y el presente de manera ligera, es una falta de seriedad, y profesionalismo. Estamos enfrentando en estos momentos una guerra mediática nunca vista, con serias amenazas de una invasión, y la causa principal: la defensa de la soberanía, la paz, y la libertad, el cual nos los quiere arrebatar el imperialismo, y sus lacayos dentro, y fuera del país.

Narciso Torrealba narciso_t_29@hotmail.com

*https://www.aporrea.org/ideologia/n340517.html

 



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Narciso Torrealba


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