El día 26 de abril pasado, Maduro interrumpió iracundo su discurso en un acto de graduación de docentes para contestar a un maestro que a gritos desesperados pedía aumento de salarios (noticierodigital.com/2019/04/maduro-le-grita-docente-le-pedia-mejoras-salariales). En esa ocasión, Maduro expresó su doctrina económica: "Arroparse más allá de donde llegue la cobija", lo que viene a complementar aquella de "Dios proveerá". Es un pensamiento mágico, supersticioso, alejado de la realidad, que sirve para dormir como un bebé, mas inútil para gobernar un país. Asusta que el timón del país esté en estas manos, no cabe duda de que no podrá solucionar lo que su mente mágica creó.
Lo sensato sería arroparse hasta donde llegue la cobija, entender que más allá de la cobija es imposible cubrirse, pero no quedarse allí, investigar las causas por las cuales la cobija se empequeñeció, proceder a tomar medidas para que la cobija crezca de nuevo.
Empecemos por el principio. La cobija de este país era PDVSA, entre Maduro, Tarek y Quevedo la llevaron a la mitad de la mitad de su dimensión, de tres millones de barriles a 700 mil. Y al gobierno no se le ocurre otra cosa que sacarle el cuerpo al problema, dejar eso en manos de las trasnacionales gringas, rusas y chinas, raro antiimperialismo que quedó sólo para la tribuna y el programa de chistes, de stand-up, de Diosdado. Y hacer planes productivos inútiles con algunas hectáreas en Cojedes, y en la mente de Castro Soteldo.
Esa es la verdad, gracias al pensamiento mágico madurista, no tenemos cobija y el gobierno no consigue otra solución que ahondar la crisis entregándole el país a los imperialismos. No sabe qué hacer, sólo le queda engañar, engañarse y la represión brutal. Por supuesto que pensando en sana lógica este gobierno debe salir, debe renunciar, debe irse.
Pero no para ser sustituido por más de lo mismo aunque con diferente traje. La tarea es difícil: ya los gringos, aprovechándose del desastre espiritual producido por el madurismo, instalando y profundizando la mentalidad clientelar, mercenaria, la pérdida de los principios éticos de este pueblo, prometen migajas a cambio de estabilizar la entrega del país. Quieren que traicionemos a la Patria que heredamos en custodia con el deber de cuidar, perpetuar, para las generaciones futuras.
Ahora es de vida o muerte construir una opción que rescate el camino chavista primitivo, que sea capaz de alargar la cobija material, recuperar a PDVSA, y que sea capaz de reconstruir la cobija espiritual: "la conciencia del deber social, de pertenencia a la sociedad". La opción de la Junta Revolucionaria de gobierno es una excelente propuesta, debe ser repicada en todos los ámbitos, juntas regionales, juntas locales, en universidades, liceos, centros de trabajo, de los obreros, de los vecinos. Y todo debe culminar en una Junta Revolucionaria Nacional. Es urgente, necesario, que aparezca esta Junta, no hay tiempo para perder. Bastante talento hay aquí para emprender esta tarea, bastante desprendimiento hay aquí para correr los riesgos que supone, y como dijo, Chávez bastante cojones hay aquí para defender, para acudir, al llamado del clarín de la Patria, que no es otro que regresar a Chávez.