Un vocero gringo se queja de la abundancia de candidatos de la oposición lacaya a la presidencia de Venezuela. Los tontos del gobierno se alegran, dicen: "la oposición está dividida, no tiene liderazgo". Error de improvisados. La verdad es que la división en la derecha de la oposición es signo de agonía del gobierno, los oportunistas, cual buitres, se disputan los restos del festín, de la presa moribunda. En épocas de gran dificultad no habría ningún candidato, todos estuvieran calladitos, abriendo camino a los sacrificados que nunca faltan.
Es así, atravesamos un periodo de congelamiento del gobierno y de la oposición, una parálisis que anuncia desenlace. Los capitalistas internacionales y nacionales hacen fuerza para llevar al país a la época de la cuarta. El gobierno, ya agotado ha perdido la vergüenza, quiere vender las joyas de la abuela y hasta a la hermana con tal de conseguir algunos churupitos para mantenerse unos días más: el oro, los diamantes, todo sale a precio de gallina flaca. Pocas veces se ha visto por estos lados tanta prostitución, están vendiendo las entrañas de la Patria, y los que entrenaron toda su vida para defenderla, se limitan a desfilar. Nadie sale a protegerla, no tiene dolientes. Claro, hay excepciones, pero a esos no los dejan ni respirar, la dictadura capitalista, que comprende la complicidad del gobierno y de la oposición, los condenan a la obscuridad, a no existir.
No obstante las condiciones para avanzar están dadas. El gobierno no tiene apoyo, la situación económica es terrible, las perspectivas son de más dificultades, la oposición se desprestigia al no poder enfrentar a su mellizo, el gobierno, sólo puede pedir elecciones para que todo siga igual. Las condiciones están dadas para un giro revolucionario, sólo falta la dirección, la vanguardia.
Ese es el dilema de los revolucionarios: unas condiciones óptimas para que la gente entienda el fracaso del capitalismo, del reformismo, y comprenda la necesidad de superar al capitalismo, pero no pasa nada, el país está congelado por la falta de una vanguardia. Estamos en una encrucijada histórica, podemos regresar a la cuarta o a una dictadura fascista, o podemos retomar el rumbo de Chávez, el verdadero, no está falsificación de los traidores. Podemos afirmar, sin temor de contradecir a algunos teóricos, que el rumbo del país dependerá de las vanguardias. Esto, ahora, debe ser una disputa entre vanguardias. Los revolucionarios tienen la teoría, la experiencia, están dadas las condiciones, sin embargo están paralizados, dejan el campo libre al capitalismo.
De todo esto surge la pregunta ¿Por qué no existe una vanguardia revolucionaria? La respuesta nos lleva a un problema teórico que se discute hace muchos años: "El papel de los individuos en la historia". Sin entrar en los intríngulis del tema y para nuestros efectos prácticos, podemos decir que los individuos, la vanguardia, el líder surgen influenciados por las relaciones sociales y simultáneamente guían su superación, la solución de sus contradicciones, son parteras del devenir, del movimiento, del nuevo tiempo. Es así, los valores, la ética del líder, de la vanguardia no pertenece a su tiempo, son hombres del futuro que jalonean a la realidad, a sus circunstancias, guían a las masas hacia una nueva realidad. Son gigantes, o como dijo el poeta son animales de galaxia.
En Venezuela existen estos hombres que conocieron el futuro al lado del Comandante Chávez, vivieron el nuevo mundo posible. La historia espera por ellos, por los verdaderos hijos del sueño de Chávez.