Este 21 de agosto sumaran, 78 del asesinato del Trotsky. Este líder que se templó en la lucha revolucionaria, fue un estorbo para Stalin y su proyecto autoritario con un partido bajo su control absoluto.
No hay aparentemente puntos de encuentros entres Trotsky y Chávez. No recuerdo que en algún discurso, Aló presidente o Artículo, Chávez haya mencionado a Trotsky. Chávez en el tiempo estuvo lejos de Trotsky. Tal vez en la la política, la distancia fueron más cortas. No existe en la superficialidad, nada que los encuentre en el tiempo. Trotsky vivió un momento de una revolución y Chávez también. Trotsky forjó su espíritu revolucionario pelando en una guerra. Chávez tuvo papel igual de importante pero con menos riesgos. Trotsky calculó el daño que el burocratismo a la revolución y Chávez en su última campaña electoral, se preocupó por eso de la eficiencia y eficacia revolucionaria. Dejó ver esa preocupación.
Pudieron ser un estorbo. Trotsky después de la muerte de Lenin lo fue. Tuvo la oportunidad de luchar por mantener vida la esperanza de la revolución, aún después de la muerte de Lenin. No pudo. Muerto Lenin, la descomposición se aceleró.
Trotsky tuvo la oportunidad de ver esa traición y dejar una explicación de ese derrumbe al mundo de la izquierda. Trotsky proyectó el retorno del capitalismo a la llamada Unión Soviética y observó, el desalojo de los cuadros revolucionarios de las estructuras de poder en la Unión Soviética.
Chávez agonizando ya, visualizó el derrumbe con su “Golpe de Timón”. Chávez, pidió un gran esfuerzo para poner en el centro de las acciones políticas, su propuesta de Comuna o nada, que era el alma del socialismo del siglo XXI. Tal vez, la vida no le permitió a Chávez verse como un estorbo ni poder ver desde su soledad, la traición a revolución venezolana.
Su reclamo de Comuna o Nada se volvió nada, frente a una estructura partidista autoritaria, que muy probablemente Chávez ayudó a empollar. Sorpresa de la vida y no de la política.